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Que un niño de once años y su hermano de quince estén jugando con un objeto espiritista sin supervisión adulta debería ser considerado como una clara negligencia por parte de sus padres, sin embargo, Castiel y Lucifer no fueron concebidos dentro de un seno familiar normal "fanático religioso".

Sus nombres implicarían lo contrario, pero no es así.

Por fortuna, Naomi y Chuck se consideraban seres libres que creían en el sol, la luna, las estrellas, el universo y el destino; ambos se encontraron sin siquiera buscarse y su  casamiento no sorprendió a ningún pariente o amigo cercano.

Ellos eran tal para cual.

La mitad y el complemento del otro.

Y desde que sus hijos tienen memoria, saben de su hermosa historia de amor...

-¡Esto es una mierda Cassie! -grito el mayor de entre los dos hermanos que portaba el nombre del primer ángel caído.

-Si dejarás de quejarte estaría funcionando...y no me llames así.

-Llevamos una hora intentando contactar algo. Tengo una teoría. O los espíritus no existen o definitivamente cierto mocoso es un asco interpretando los libros que papá tiene en su biblioteca privada.

El "mocoso" al que se refería torció los ojos mientras negaba suavemente con la cabeza, quizá la actitud escéptica de su hermano era la que estaba arruinando algo. Era bien sabido que a pesar de que Lucifer formará parte de una familia 'espiritual' no congeniaba con la mayoría de sus ideologías a diferencia del hermano menor.

-¡Deja de empujarlo! Se supone que debe moverse solo...¡Mamá!, ¡Luc lo esta empujando-gritoneo quejumbroso el chico desde la sala de estar que era tenuemente iluminada por la flama de una veladora.

La naturaleza represiva de Naomi se escuchó a lo lejos, no requería estar en la misma habitación para saber que el primogénito de los Shurley Novak estaba cometiendo una travesura contra el angelito de sus ojos.

Como ella era ajena a lo que hacían...

Lucifer rezongo divertido antes de continuar molestando al pobre niño de ojos azules que tenía hincado justo frente a él del otro lado de la mesa.

-¿Recuérdame por qué estamos haciendo esto?

-Porque no tengo más hermanos.

Y trágicamente a Castiel le tocó el más molesto de todos (según él).

-Me amas y lo sabes enano. Ahora, recuérdame bien la razón o me voy a la mierda.

-Estás ayudándome a saber el nombre de mi alma gemela, así sabre a quién debo esperar -contesto, ignorando por completo la desagradable mueca de Luci, ya estaba acostumbrado a su falta de empatía y modales.

-Cierto... Pero ¿qué tal si el tipo ya está muerto?

Castiel suspiro, apartando una de sus manos del puntero móvil para poder anotar otra letra "a" en el pedazo de papel que previamente arranco de su diario.

Hasta ahora llevaban la palabra 'Baltha'.

-Las cosas no funcionan así, bobo. Las almas gemelas son nuestro destino. Papá dice que viven al mismo tiempo que nosotros.

Lucifer debatió ese argumento con otro que consideraba lógico y sólido; quizás ya había conocido a su alma gemela al cruzar la calle y no lo sabía. Cas por supuesto descarto esa posibilidad.

-No podría pasar Luc. Lo sabría. Es algo así como las abejas cuando hacen la miel. Lo saben por instinto... Tú también sabrás algún día quién es tu alma gemela porque tienes una. Todos la tenemos. Aunque, no sé si está te quiera.

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