Destino en el Pasillo de la Escuela: Un Amor Adolescente

Capítulo 4: Entre Risas y Confesiones

El sol se filtraba por las cortinas entreabiertas de la habitación de María mientras ella hojeaba un viejo álbum de fotos. La habitación estaba impregnada del cálido aroma a café, mientras María esperaba la llegada de Juan para una tarde de estudio juntos.

Un suave golpe en la puerta anunció la llegada de Juan. María abrió la puerta con una sonrisa, y sus ojos se iluminaron al verlo.

"¡Hola, Juan! Entra", lo recibió María, apartando el álbum de fotos y ofreciéndole un asiento.

Juan entró con un brillo juguetón en los ojos. "¡Hola, María! ¿Qué tienes ahí?" preguntó, señalando el álbum de fotos sobre la cama.

"Oh, solo estaba mirando algunas fotos antiguas", respondió María, sonrojándose un poco por ser atrapada en ese momento de nostalgia. "Mi abuela me las envió hace poco. Es divertido ver cómo éramos cuando éramos niños."

Juan se sentó junto a ella, y juntos comenzaron a hojear el álbum. Se rieron de los atuendos anticuados y las poses torpes, compartiendo recuerdos y anécdotas de sus propias infancias.

Con el pasar de las horas, la conversación se volvió más íntima. María y Juan compartieron sueños, miedos y aspiraciones, revelándose mutuamente partes de sí mismos que nunca habían compartido con nadie más.

Entre risas y confesiones, la conexión entre María y Juan se profundizó aún más. Había una comodidad entre ellos que iba más allá de la amistad, una confianza que crecía con cada palabra compartida.

A medida que el sol se ponía en el horizonte, María y Juan se dieron cuenta de que esta tarde había sido especial. Habían descubierto una nueva capa en su relación, una complicidad que los unía de una manera que ninguno de los dos había experimentado antes.

Y mientras se despedían con una sonrisa y la promesa de verse nuevamente pronto, María y Juan sabían que este capítulo en su historia apenas estaba comenzando, y que aún quedaban muchas páginas por escribir juntos.