Prólogo

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En un mundo como el nuestro es difícil ser una chica que nunca tuvo una pareja, que a sus 18 años todavía no dio su primer beso, que nadie se la queda mirando perdidamente con ojos de amor.

Más doloroso es vivir en una tormenta infinita de dudas, con relámpagos que dibujan su ansiedad e inseguridades en todo momento y, por dios, la peor parte son los fuertes truenos de angustia y culpa que aparecen en las noches suplicando poder ser una adolescente normal y no una que

Inventa excusas para no salir de su casa

Y que se agobia si esas excusas no funcionan.

Esa que sus lágrimas la traicionan y escapan sin su permiso.

Aquella que se queda callada y no se permite conocer gente nueva por miedo al abandono.

La que no puede sostenerle la mirada a nadie por temor a que le puedan leer los ojos y el alma.

Dicen que si logras leer los ojos de alguien, estás leyendo su alma y ese es uno de los peores miedos de Maia; porque leerían el origen de sus dudas, debilidades, su fragilidad, su ansiedad pero también su amabilidad, su delicadeza y su cursi corazón que conserva las esperanzas de ser amado por alguien que no sea su familia o sus amigas más cercanas.

Ella cree en el amor, en enamorarse como lo hacen las protagonistas de sus libros o películas favoritas, en tener su final feliz pero todo eso se ve nublado cuando los chicos le pasan por al lado y la ignoran o cuando se le acercan solo para pedirle el instagram de sus amigas o cuando sus miradas de burla van dirigidas a Maia. Su corazón se encoge progresivamente hasta convertirse en un pequeño cristal filoso listo para defenderse o para romperse si es necesario.

En un mundo como en el que vivimos, las personas como Maia son observadas y juzgadas por la sociedad pero la verdadera guerra es interna y arrasa con todo a su paso.

Under the MoonlightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora