DESTINO (STONY y THORKI)

Parte 6

Parte 6

— Señor, yo le doy mi palabra de que Tony estará mañana a primera hora en su puesto, pero hoy le es imposible asistir, entienda —trataba de explicar al hombre que se suponía era el jefe y lo había llamado reclamando su inasistencia laboral.

— ¿Usted no entiende que yo le pago? Necesito de su presencia...

— Él se lo recompensará con horas extras, está descompuesto.

— Lo siento mucho, pero debo buscar una persona autosuficiente, Tony no es la primera vez que falta, conozco bien sus "descomposturas" por alcohol y drogas —mis ojos se cierran con fuerza ante sus duras palabras.

Sé que las ha consumido, pero que el hombre lo comente tan crudamente, es una puñalada, es un tema delicado, es el hombre que amo destruyéndose.

— Lo sé, señor y me disculpo en su nombre. Prometo que la situación cambiará, hoy mismo él se corregirá y usted no tendrá nuevos problemas por parte suya, solo por esta vez, créame.

— Se hubiera preocupado antes...

— Yo lo sé, lo sé todo, ahora sí.

— ¿Tu nombre?

— ¿Mi nombre? Steven —respondí confundido, unos segundos después de un tormentoso silencio el hombre hablo.

—Tony, la semana pasada llegó borracho y me dijo: "perdí mi camino". Yo, le pregunte qué camino era ese y a dónde lo llevaba, me dijo: "no lo sé, se llama Steven y yo lo perdí", le dije que eso era una persona, no un camino, "Era por él y caminaba junto a él, mi camino", pensé que era palabrería de borracho, desde ese día comenzó a pedirme adelanto de su paga cada tantos días, llegaba cada mañana aun drogado de la noche anterior. No sé quién eres, qué le has hecho o qué ha pasado con ustedes, pero si eres su "camino", hazlo caminar por donde iba antes que era un gran chico —el hombre me cortó sin que pudiera decirle algo.

Mañana a las diez lo quiero aquí o estará despedido —me envió un mensaje después de cortarme.

Lo vi dormir en mi cama, de pie en medio de mi habitación, no puedo hacer más que llorar al sentirme perdido en esta situación, no sé qué hacer, cómo solucionar este problema, pero sé que encontraré la respuesta y saldremos adelante.

Lo veo removerse, comenzando a despertar, frota sus ojos, bosteza y los abre, comienza a buscar algo con su mirada hasta que esta cruza la mía, veo claramente su expresión de alivio.

— Buen día —suelta con la voz pastosa.

— Buenas tardes —corrijo, aunque solo son las 12pm —. ¿Te duele algo? —niega, pero sé que es mentira, aparte de los golpes de su hermano, debe sentir un martillo golpeando su cabeza —. Necesitamos solucionar esto...

— Te juro que intenté no molestarte, no venir, pero... —se incorporó en la cama y se quedo sentado mirando a la nada misma entre las mantas.

— Tú no sabias lo que hacías anoche.

— Pero ahora sé lo que hice —murmura y las lágrimas comienzan a caer de su rostro, lo veo, es un llanto silencioso pero abundante —mi madre, mi hermano... ¡mi trabajo! —pasa una mano por su cabello—prácticamente lo perdí todo —esconde su rostro entre sus grandes manos —. En serio, lamento estar aquí e involucrarte en mis problemas, solo... dame un momento y me iré —asegura entre jadeos de llanto.

— Tú no te irás a ninguna parte más que a darte una ducha, tenemos que solucionar esto he dicho. Si mañana a las diez no estás frente a tu jefe este me pateara el trasero por mentiroso, además de que hay que hablar con tu familia—me observa sorprendido, está mareado, adolorido física y mentalmente, al borde del colapso, sino es que ya colapso.

— No quiero más esto, Steve, no puedo más, necesito ayuda —las lagrimas brotan con fuerza una vez más, renovando el llanto —. Creí que podía dejar esta vida cuando quisiera, pero entonces ya no estabas y yo te necesitaba... ¡Casi golpee a mi madre por esta mierda! —estira sus cabellos —. Necesito ayuda —me subo a la cama buscando abrazarlo.

— Buscaremos la ayuda adecuada, estarás bien —le aseguro cuando lo consigo entre mis brazos, sintiéndolo pequeño e indefenso, perdido y abrumado.

— No quiero nada de todo eso nunca más en mi sistema —se aferra a mi pecho —. Casi golpeo a mi madre —comienza a balbucear una y otra vez acompañados de —. Lo siento, mamá —lo dejo llorar y desahogarse, lo abrazo hasta que su pequeño episodio pasa.

Cuando está más calmado, lo acompaño hasta el baño y lo dejo allí con todo lo necesario, me cruzo con mi madre antes de que se vaya al trabajo.

— ¿Has avisado que no irás? —me pregunta con respecto a mi trabajo.

— Si, expliqué que tenía serios problemas familiares.

— No lo abrumes...

— No lo haré, mamá. Solo le daré de comer y buscaremos centros de rehabilitación —me mira arqueando una ceja —. Dijo que necesita ayuda, buscaremos la ayuda correcta, quien sepa tratar eso... ¡Yo no sé cómo demonios tratar con un adicto!

— Lo sé, llama a su familia antes que nada —me besa la mejilla —. Cuídate y me llamas cualquier cosa —puedo llegar a tener cuarenta años, familia e incluso hijos y presiento que ella me seguirá tratando como un niño.