Kintsugi (roto pero no irreparable)

Capítulo 48 : El detective Hitoshi está en el caso

Como era de esperar, Hitoshi no durmió bien la noche anterior.

No mucho después de que Izuku abandonara el café para gatos, Hitoshi le envió un mensaje de texto rápido, solo para asegurarse de que había llegado sano y salvo a casa, pero Izuku nunca respondió. Cada hora que pasaba sin respuesta de su amigo empeoraba la sensación de malestar en su estómago. Y no era como si pudiera ir y hablar con ninguno de sus profesores sobre su preocupación, no cuando Eraserhead estaba en lo más alto de su lista de sospechas.

Hitoshi debería haber sabido que no debía confiar en ningún maestro, independientemente de si eran héroes o no.

¿Pero la posibilidad de que Eraserhead, su ídolo , tenga algo que ver con lastimar a su mejor amigo? La sola idea de ello se sintió como una cruda traición. No solo como estudiante de la UA, sino como un niño que fue constantemente acosado por tener la peculiaridad de un villano.

Desde que descubrió al héroe clandestino Eraserhead, un héroe con una peculiaridad de "villano" que dependía principalmente de la técnica y el combate sin peculiaridades, Hitoshi estaba decidido a seguir los pasos del hombre.

¿Pero ahora?

Hitoshi suspiró, ajustándose el cuello de la camisa de su uniforme escolar.

Ahora, sólo quería asegurarse de que Izuku estuviera bien.

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Hitoshi llegó al edificio principal del campus relativamente temprano. Se las había arreglado para escapar de los dormitorios mientras Iida estaba sermoneando a sus compañeros sobre la importancia de un desayuno equilibrado. Hitoshi puso los ojos en blanco al ver a Ashido y Kaminari, encorvados con sentimiento de culpabilidad, con el glaseado de chocolate aún cubriendo sus labios por su "pastel de desayuno". Y por mucho que le encantaría mirar a Iida directamente a los ojos mientras bebía lentamente una taza entera de café para el desayuno, Hitoshi tenía otras cosas que hacer.

Ayer había visto a Izuku entrar al edificio principal, siguiendo obedientemente los talones de Aizawa-sensei como un cachorro entrenado. Originalmente, Hitoshi no había pensado en eso, e incluso se creyó su excusa de que se habían topado al entrar. Pero no es estúpido. Vio la forma en que Izuku miraba en dirección a su maestro antes de responder cualquiera de las preguntas de Hitoshi, como si silenciosamente pidiera permiso para algo.

Hitoshi se mordió el labio inferior al recordar las muchas ocasiones en las que Izuku había parecido nervioso con Aizawa. Hitoshi no había pensado mucho en eso antes, no cuando Izuku parecía nervioso con todos, pero cuanto más reflexionaba sobre las interacciones entre su amigo y su maestro, más se daba cuenta de cuán diferente era ese nerviosismo en comparación con todos los demás con los que hablaba Izuku. .

Con sus compañeros de clase, Izuku se mostraba asustadizo, como se comporta un gato con personas en las que aún no confía. ¿Pero con Aizawa? Izuku casi parecía... culpable, como si estuviera a punto de ser atrapado haciendo algo malo en cualquier momento. Y, claro, Aizawa había amenazado con expulsarlos el primer día de clases, pero seguramente eso no fue suficiente para causar el comportamiento aprensivo de Izuku con su maestro de salón. ¿Bien?

Hitoshi resopló y se metió las manos en los bolsillos. Miró las baldosas bajo sus pies mientras atravesaba el edificio principal. Era una pena que su peculiaridad solo le permitiera controlar las mentes y no leerlas, entonces tal vez ya tendría todo resuelto en lugar de tener que encontrar todas las piezas y juntarlas individualmente como un rompecabezas jodido. Por lo general, le gustaban los acertijos, le gustaba poder resolver problemas. Siempre había una sensación de triunfo cuando obtenía la respuesta correcta a algo.

Pero esto no era sólo un enigma o un problema con una solución sencilla.

Su amigo estaba sufriendo y su profesor pro-héroe era potencialmente el que le hacía daño.

Hitoshi se preguntó, no por primera vez ese día, si estaba perdido con este problema en particular.

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Hitoshi estaba fuera del salón de clases, apoyado contra la pared mientras esperaba que Izuku apareciera en la escuela. La puerta de la clase estaba abierta, pero decidió esperar afuera en caso de que viera a Izuku siguiendo a Aizawa por el pasillo nuevamente.

Se dio cuenta de que Izuku se había acostumbrado a llegar temprano al campus. Tal vez fue el horario del tren o el propio mérito de Izuku de nunca llegar tarde, pero de cualquier manera, Hitoshi esperaba que su amigo llegara temprano como lo había hecho todas las mañanas hasta ahora. Y si tenía suerte, vería a Izuku detrás de Aizawa nuevamente, lo que haría que su excusa de haberse topado fuera mucho menos creíble si sucediera dos días seguidos.

Unos pasos firmes llamaron la atención de Hitoshi, pero cuando miró hacia el pasillo, esperando ver a Izuku, fue Todoroki quien lo miró con los ojos entrecerrados. Hitoshi asintió en silencio, pero Todoroki desvió la mirada, pasando junto a Hitoshi y atravesando las puertas del salón de clases como si Hitoshi fuera simplemente parte de la decoración de la escuela en lugar de un compañero de clase.

Hitoshi chasqueó la lengua con molestia. Comparado con el legado de Todoroki de ser el hijo del héroe número dos, Hitoshi bien podría ser suciedad en la suela de su zapato.

Estúpido.

La siguiente persona en llegar tampoco fue Izuku. Iida, seguido de cerca por Asui, Uraraka y Yaoyorozu, caminaron por el pasillo como grupo.

La sonrisa segura de Iida se torció por la confusión cuando vio a Hitoshi.

"¡Shinsou! ¡Ahí estás! No te vi salir de los dormitorios esta mañana. ¿Por qué estás parado afuera del salón de clases? ¿Está todo bien?" Preguntó Iida en voz alta, su voz rebotando por los pasillos vacíos y Hitoshi tuvo que reprimir una mueca. Las chicas redujeron el paso y luego se reunieron alrededor de él y de Iida como una manada de lobos preocupados.

Hitoshi puso los ojos en blanco. "Solo esperando a Izuku", respondió secamente. "Pero se agradece su preocupación, vicepresidente".

Iida hinchó el pecho y sonrió, con el orgullo brillando en sus ojos ante el título. "¡Por supuesto! ¡Es mi deber como vicepresidente de la clase asegurarme de que todos mis compañeros estén bien! Y me tomo mi trabajo muy en serio".

Reprimiendo una respuesta sarcástica, Hitoshi simplemente le dio a Iida un gesto de aprobación a medias.

"Solo asegúrate de estar dentro del salón de clases antes de que suene la primera campana", dijo Iida asintiendo, "Estoy seguro de que Midoriya aparecerá pronto".

"Sí."

"Y asegúrate de informarme a mí o a Yaoyorozu si necesitas ayuda con algo".

Hitoshi arqueó las cejas. "Sí", dijo de nuevo, pero esta vez con un toque de desprecio.

"Vamos, Iida", interrumpió Uraraka, "entremos". Agarró a Iida por la muñeca, ignoró el balbuceo de pánico de Iida y saludó a Hitoshi mientras pasaban. "¡Nos vemos adentro, Shinsou!"

Hitoshi le devolvió el saludo con dos dedos y observó mientras cruzaban la puerta.

El resto de la clase entró poco a poco, a veces en grupos y a veces solo, como Bakugou, quien miró fijamente a Hitoshi mientras pasaba pisando fuerte junto a él y entraba al salón de clases.

Pero aun así, ninguno de ellos era Izuku. Y cada minuto que pasaba causaba que la preocupación de Hitoshi aumentara, su estómago dando bandazos al mismo tiempo que los latidos de su corazón.

¿Dónde estaba Izuku? Su amigo siempre fue uno de los primeros en llegar al campus, entonces, ¿por qué llegó tan tarde hoy?

Hitoshi sacó su teléfono de su bolsillo y miró la hora. La clase comenzó en sólo un par de minutos y no podía ver a nadie más en los pasillos.

Sus hombros cayeron.

Si Izuku no estaba aquí ahora, entonces probablemente no llegaría a clase a tiempo, por lo que no tenía sentido esperar y correr el riesgo de llegar tarde.

Con coloridas maldiciones susurradas en voz baja y náuseas inducidas por la ansiedad dando vueltas en su estómago, Hitoshi se apartó de la pared y se deslizó dentro del salón de clases.