El castaño de nombre 'Dazai Osamu' estaba recostado sobre su escritorio. ya todos sabían que él no iba a la agencia para trabajar, solo para ser un rompe pelotas con todos.
Dazai, ponte a trabajar— hablo el de lentes, regañando al Suicida.
Kunikida-Kun~~ no me hagas esto, estoy muy cansado~~— dice, exagerando todo como siempre— además-...— fue interrumpido por el sonido de su celular, iba a seguir bromeando hasta que vio quien lo llamaba, en ese momento su sonrisa desapareció y solo miraba el celular sin querer contestar..
— que te pasa, Dazai? Contesta el celular, imbécil!— dijo el de lentes, Pero el castaño no le dió bolilla..
—Dazai, contesta el celular.. ahora.— dijo Ranpo, con una cara seria.. sabía que algo andaba mal..
—Hola?..— hablo Dazai a la otra persona del celular..
—.....
Todos sus compañeros se sorprendieron al ver a Dazai asotar el celular contra la mesa y romperlos, sus ojos marrones empezaron a tornar rojizos, sin mencionar esas lagrimas de enojo— no, no, no.. por favor no...— salio corriendo sin dar explicación a nadie.
—Dazai-San.. estará bien?..— Atsushi pregunto, preocupado por su Mentór.
— Pobre, el chico estaba destrozado ¿Vieron esas lagrimas?..— siguió la conversación, la doctora de la Agencia.
— seguro debe estar exagerando todo como siempre..— agrego el malhumorado Kunikida.. ya que Dazai dejó el trabajo.. de nuevo.
— No, Kunikida. Enserio algo paso..— Ranpo comento, era claro que no mentía.. no muchas veces Ranpo esta completamente serio.
— Mañana cuando llegue, le preguntamos..— Hablo Tanizaki, también con una cara de preocupación..
Todos se quedaron esperando haber si mañana el Suicida regresaba, tenían muchas preguntas que hacerle.. Pero no sucedió, Dazai no apareció, no aparecia desde que Salió corriendo a quien sabe dónde. Tres día fueron los que pasaron hasta que el Castaño abriera la puerta de la Agencia, haciendo que todos se alegraran.. hasta que vieron que el castaño tenía ojeras muy notables, sus ojos rojos e inchados, sin duda estaba llorando, y por alguna extraña razón.. pequeñas gotas nuevas de sangre en algunas de sus vendas.
— Lo lamento, Kunikida.. perdón por no venir a trabajar por 3 días, si quieres dame trabajo extra.. me ayudara a concentrarme solo en eso.— Dijo el castaño, entrando al edificio.. dejando a sus compañeros sorprendidos y incómodos, en realidad sentían mucha lastima por lo que le estuviera pasando a Dazai.
— N-no hay problema, Dazai..— algo CLARAMENTE andaba mal, a Dazai nunca.. Pero NUNCA trabajaba, o pedía "tarea extra".. tenía que averiguar lo que le pasaba al castaño.
—Dazai-San, está bien? Es que lo veo muy decaído, quiere hablar de algo?..— Atsushi, en serio estaba preocupado por su Mentór.
— jaja, que dices Atsushi-Kun? Yo estoy completamente bien, no te preocupes. — sonrió, obvio falsamente, no quería alarmar a sus compañeros..
Después de eso todos se pusieron a trabajar, Dazai lo intentaba.. pero solo podía ir voces en su cabeza.. — Tú lo hiciste, no llegaste a tiempo, eres un asco de humano, él está sufriendo gracias a tí.—
— E-es mi culpa...— Murmuró en voz baja, Pero Atsushi, Kunikida, y Yosano lo pudieron escuchar.. el castaño no se queria hacer ver, pero fueron incontrolables las lágrimas que salieron, mojando todas las hojas de trabajo.
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(Me encargue de buscar imágenes de referencia pa imaginar, denada)
— Dazai-San?! Está bien?! Que le paso?!— Rápidamente Atsushi fue al lado de él, Pero Dazai lo apartó y salió por la puerta, azotandola al salir.
— A-acaso yo hice algo mal?..— dijo con una voz quebradiza, Su Mentór nunca lo había tratado así.
— Tranquilo, Mocoso. Estoy seguro que no hiciste nada.— puso una mano en el hombro de Atsushi para calmarlo.
— Tenemos que ayudarlo, es nuestro compañero.. no podemos dejarlo así.— hablo Yosano, llamando la Atención de todos de la agencia.
Había comprado un ramo de Camelias Rojas, son sus favoritas...
Suspiro nervioso al encontrarse nuevamente en el hospital, ya sabía la habitación de memoria.. eso era todo lo que pensaba.
— Eres un idiota.. un completo idiota, c-como te atreviste a usarla?.. S-sabias que tendrías riesgo de muerte.. lo sabías, Maldita sea!— dijo dándole un golpe a la camilla.
