Conocer y aprender.

- Prólogo -

 Circulo del Orgullo, 06 de junio del año 22.

El hotel ha tomado popularidad desde que el "gran" Demonio de la Radio decidió prestar su ayuda, muchos en el infierno han hablado del mismo tema durante semanas enteras, aunque la mayoría solo hace eso, algunos criticando la decisión del demonio, teniendo en mente que puede que sea un plan del mismo para su propio beneficio.

 Y otros por su lado juzgando la idea central del hotel, insultando sin ninguna pizca de vergüenza la idea de redención en los habitantes del infierno, es ridículo de solo imaginar que una persona que en vida no cumplió las reglas establecidas tenga una oportunidad de entrar al gran paraíso, eso piensan las personas que conforman el segundo grupo.

A pesar de su atención, ninguno de los grupos ha intentado conocer más a detalle el hotel, solamente lo tienen en mente. Pero aun así es un gran avance para todo el personal actual del plan de la princesa del infierno.

Una joven de piel grisácea del mismo personal estaba viendo la inmensa de la ciudad pentagrama desde un balcón del tan famoso hotel, la ciudad era llenada por sus edificios brillando, dentro de ellos por algunas ventanas se podía ver a pecadores trabajando, algunos otros solo "viviendo" normalmente y otros... haciendo cosas desagradables. 

Mas abajo, gran diversidad de demonios teniendo su rutina cotidiana, asesinando, drogándose y seguramente otras cosas más asquerosas al parecer de la joven, incluso pudo ver como una pandilla corría por las calles, parecía que habían robado algo de mucho valor, ya que toda una manada de perros los perseguía. 

La joven soltó una risa ante lo patético que se veían, ya habían atrapado a uno de la pandilla y este estaba lloriqueando por ser mordido por un perro de un tamaño, demasiado pequeño para hacer tal escándalo.

"Tantas lagrimas por un jodido chihuahua." Pensó la chica aun riendo por la patética escena. Tan centrada en la misma, que no pudo percibir como una presencia surgía de la oscuridad del lugar.

Esta presencia se acercó a paso lento hacia la joven aun distraída por la escena, la risa de la mujer hizo que la típica sonrisa de la presencia se agrandara más, se detuvo al estar a escasos centímetros del espacio personal de la contraria, miro hacia abajo admirando el cabello que se mecía con la brisa, hizo notar su presencia al bajar su bastón y hacer ruido al tocar suelo, miro como un mini-salto fue la reacción, permitió reírse ante eso.

— Pensé que siempre estabas alerta, querida. —  se inclinó un poco para poder observar el perfil descubierto de la chica. 

— Cállate maldito...  — apretó el barandal en la que estaba recargada, frunció el ceño y giro su rostro para mirar aquel rostro que se hizo tan familiar en poco tiempo. — Una cosa es que este alerta y otra que puedes teletransportarte o lo que sea que hagas. — solo escucho la ruidosa risa del demonio, sintió como este coloco una mano en su cintura para acercarla a él.

— Eso no es una excusa, cariño. — sintió como el cuerpo de la mujer se puso rígido ante su toque y cercanía, su sonrisa se agrando más. — Solo hay que estar alerta ante el peligro, cariño, ¿acaso soy un peligro para ti?

— Hasta la pregunta ofende, Alastor. ¡Claro que sí, estúpido! — se alejó del toque del contrario y se cruzó de brazos, su mirada se desvía nuevamente a la ciudad. — Eres un pendejo que solo piensa en sí mismo y que no tiene algún signo de empatía, eres u- —

— Alto ahí, primor, sé que soy desagradable y de más cosas para ti, créeme, me lo dejas en claro todos los días. — su sonrisa se convirtió más en una mueca molesta, coloco sus brazos detrás de él, junto con su micrófono, se volvió acerca a la joven. — Puedo aceptar que sea desagradable, pero no te acepto que sea un peligro, no para ti, cariño. 

El demonio de vestimentas rojas dirigió su mirada hacia la ciudad por unos segundos, regreso su vista al perfil de la mujer, vio que su semblante era más relajado incluso pudo notar como sus mejillas tenían unos tonos más oscuros, fue una vista placentera.

— Tu risa fue una melodía dulce de escuchar. — observo nuevamente como se puso tensa, su mirada se relajó. — Deberías hacerme caso, una sonrisa en tu rostro hace resaltar aún más tu belleza, Vaggie. 

Estiro una de sus manos para poder acariciar la mejilla de la chica, pero a mitad del camino se detuvo, volvió a llevar su mano detrás de su espalda, no quería incomodarla de más, aunque es gracioso ya que, para él una de sus mayores diversiones es interrumpir el espacio personal de los demás para hacerlos enojar, por el momento solo se quedaría aquí y se acercaría tanto como ella lo permitiera

Por primera vez, no sería egoísta. 

06 / 04 / 2024