2. El comienzo del fin

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Así empezó a pasar el tiempo, Zarcort y yo seguíamos ganando fama, ya se expandía aún más y a más países nuestra música y las oportunidades se empezaron a dar casi de la nada. Empecé a hacer colaboraciones con otros raperos españoles y también lancé mi primer sencillo en solitario.

Y jamás dejé de hablar con ella. En ocasiones, cuando llegábamos de la preparatoria conectábamos nuestras cámaras web. El solo recordar la primera vez que la vi por cámara me hace sonreír. Una charla de chat como solíamos tener fue el comienzo de todo, y terminó proponiéndome que nos viéramos por ahí. Entonces nos conectamos y... ella apareció en el monitor de mi pantalla con el cabello recogido en una coleta y un flequillo que caía libremente en su amplia frente. Aprecié su piel blanca y tersa acompañada de algunas pecas en sus mejillas, y sus ojos negros al igual que su cabello. Así fue como comenzaron las tardes enteras por cam, en ocasiones no encontrábamos más temas de conversación y nos quedábamos sólo mirándonos en silencio, y riéndonos también de aquel mismo silencio, como dos tontos sin razón. Era casi como si no necesitáramos palabras porque nuestras miradas hablaban.

Así llegó mi cumpleaños número diecinueve, y claro, Miguel Ángel tenía un rap listo para felicitarme, ese chico tonto siempre sabía cómo hacerme sentir bien, no por nada le había dado ya el título de mi mejor amigo. En la prepa muchos me felicitaron también, y en las redes sociales los buenos deseos no paraban tampoco; ni yo sabía cuándo me había vuelto tan popular. Pero lo más lindo llegó cuando hablé con ella, cuando la vi por cam... había decorado su habitación con globos de colores y tenía un silbato, incluso un gorrito de piñata.

Feliz cumple, JoséMa!" -Gritó eufórica a través de la pantalla.

¿JoséMa? ¿Ya me había puesto un sobrenombre cariñoso o algo por el estilo? Todos me conocían ahora como Cyclo, o incluso José Manuel aunque eso ya empezaba a pasar a la historia. Sin embargo esta chica estaba llamándome JoséMa de la nada. Fue la celebración más bella que pudieran haberme realizado a pesar de que sólo estaba ella, y además estaba a millones de kilómetros, pero... todo aquello era tan real, tan mágico.

Al menos así lo sentí yo...

"Tienes que venir a Colombia" -dijo una vez con una enorme sonrisa - "no te arrepentirás, es un país hermoso".

"Te creo de verdad, y sé que no me arrepentiré cuando vaya; el problema es que aún no puedo ir."

"Bueno, pues entonces te estaré esperando para cuando llegues, ¡y entonces te daré un abrazo enorme! Te quiero mucho."

Y pensar en que ella me estaría esperando me llenaba, yo también la esperaba, esperaba poder verla, esperaba poder tenerla cerca, esperaba con ansias el día en el que pudiera estar a su lado para no irme a no ser que ella lo decidiera.

Pero aunque jamás lo pensé así, todo aquello cambió...

Amor virtual, amor incondicional |Finalizado|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora