El Ganador

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El Ganador

Solía ser un hombre frío distante y taciturno. Pocas veces demostré el amor que sentía por Serena. En uno de mis tantos viajes tuve un mal momento y fui a dar al hospital en donde los doctores dijeron algo que jamás me imaginé. Y ahí mi percepción de lo que yo llamaba vida cambió.

Volví de mi viaje y decidí no decirle nada a mi esposa. La amaba y no quería preocuparla. Cambié mi modo de ser, mi ritmo de vida cambió,  me volví más atento y cariñoso. Empecé a tener más salidas con ella, más detalles. Al principio ella se sorprendió y le dije que era mi manera de decirle que la amaba.

—Te amo Sere, estos años a tu lado han sido los más felices en toda mi vida. Perdón por mis ausencias, se que pocas veces te digo que te amo pero siento que no es necesario decírtelo, me gusta más demostrarlo. Pero hoy te digo te amo mi amor.

Su mirada se nubla por las lágrimas y me abraza. Su llanto es inconsolable y me asusta.
—Amor, tranquila. Perdóname por tardar mucho en decírtelo. Creo que ha llegado el momento en que tengamos hijos. ¿O crees que aún no estamos listos? el llanto de Serena se hace más fuerte e intenso y no entiendo nada.

—¿Acaso no quieres bebés?— le preguntó preocupado.
—Claro que quiero mi amor. Gracias por decírmelo. Yo también te amo. Pero… es mejor esperar para pensar en bebés. Tu estás en plena expansión y yo con mucho trabajo en el hospital.

Escucharla me tranquiliza.

—Tienes razón amor. Tengo que viajar en un par de meses a Estados Unidos, después de eso Princesa me gustaría que tuviéramos unas vacaciones y una segunda luna de miel,  ¿qué dices?— me mira y con una bonita sonrisa asiente y me besa

Nuestros días pasan del trabajo a la casa, salimos a comer o con los amigos. Sus guardias me tienen loco. Pero sé que ama su trabajo y siempre la he respetado. Nuestro tiempo juntos es de mejor calidad.

Pasan las semanas y llega el momento de hacer ese viaje en el cual siento temor. Pero es necesario.

—Mi amor. Tengo que viajar, a mi regreso hablamos de cómo me fue. Ya sabes cómo localizarme.—le entrego los números anotados en la agenda.
—Está bien amor, me hubiera encantado ir contigo pero ya vez que estoy hasta arriba de pacientes.

La abrazó y la besó. Transmitiendo todo mi amor.
Quisiera hacerle el amor pero ya no hay tiempo.

—No tienes idea de las ganas que tengo de hacerte el amor. Pero a mi regreso te haremos mía como nunca.

Ella se ríe suavemente. Dios como la amo.

—Anda galán. Se te hace tarde para ir a aeropuerto

Nos despedimos y me voy rumbo al aeropuerto.

Llego y lo primero que hago es llamar para avisar que llegue y no preocuparla.

Llega el día en el que deben operarme.

Hace unos meses me detectaron un tumor cerebral que estaba afectando mi vista. Me llené de miedo y vi mi vida pasar. Fue ahí donde me di cuenta que estaba dando por sentado el amor de Serena y otras cosas a mi alrededor.  Por eso cambié mi actitud y empecé a disfrutar más de mi mujer y pasar más tiempo con ella. La amo tanto. Hacer el amor con ella me hace sentir pleno. Por eso quise operarme y así disfrutar más de mi esposa y de todo lo que la vida tenía deparado para vivir y disfrutar.

La operación fue todo un éxito. El tumor estaba en etapa inicial y gracias a que se detectó a tiempo se pudo extirpar.

He llamado a Serena y no responde. No he podido hablar con ella y en casa la ama de llaves es quien me dice que no está, que salió temprano a trabajar o que ya duerme. El saber que está bien me tranquiliza pero por otra me preocupa que se exija demasiado y pueda enfermar.

One Shot: Escritos del Corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora