Tres años y medio después...
Incluso antes de morir el rey Kieran de Avernell, Jonas había crecido con la idea en la cabeza de que él algún día iba a tomar el relevo de su padre. Lo cual era completamente cierto, su educación se basó en ello; política, historia, etiqueta, etc. Aquellas eran algunos de los temas con los que le tocó crecer.
Avrey nunca le tuvo envidia a su hermano en ese sentido, ella sabía que Jonas estaba atado a la corona de por vida, en cambio ella, era un alma libre, pues el único título que siempre llevaría con ella era el de princesa. O al menos eso pensaba, su libertad tenía límites, aunque aquello no lo entendió hasta que fue lo suficientemente madura.
Su título también es algo que al final si va a cambiar, en cuestión de siete meses, se iba a celebrar su coronación y oficialmente se convertiría en reina de Avernell. Para su desgracia, los grupos radicales en contra de ello, seguían surgiendo, y a pesar de que siempre trataban de mantener a la princesa al margen del tema, Avrey no era tonta y siempre encontraba una forma u otra de leer las actualizaciones del asunto.
Avrey no era perfecta, ella misma lo sabía, pero después de asimilar el ascenso a reina, ha estado trabajando muy duro en formarse. Tenía ocho horas de lecciones al día, además tenía que compaginar eso con asistir a los eventos que requieren de su presencia o ir a las reuniones parlamentarias. Llevaba tres años tratando de alcanzar la perfección para ser digna de Avernell, aunque parece ser que nadie se daba cuenta.
—Te estoy hablando, Avrey—su madre habló a un par de sillas de distancia.
—Disculpa—se mordió el labio nerviosa—. ¿Qué estabas diciendo?—agarró un vaso de agua, necesitaba hidratar un poco su paladar.
—Sé que llevas queriendo retrasar este asunto lo más que has podido, pero con la coronación a la vuelta de la esquina... Creo que va siendo hora de plantearte el matrimonio.
La noticia no le pilló de imprevisto, pero el hecho de que se lo hubiera soltado en una reunión así y sin previo aviso, provocó que de la sorpresa, el agua que había introducido en su boca saliera disparada hacía delante. Murmullos y risas se escucharon en el interior del despacho. Avrey pudo ver la irritación en los ojos de su madre, pero esta no dijo nada al respecto.
—El pueblo sigue viéndote como una joven débil. Mostrarte al público de la mano de un hombre, de un marido, te haría ganar poder. Es una ventaja muy valiosa que no podemos perder.
Cuando Avrey recibió el comunicado oficial sobre su ascenso al trono, dedujo también que en algún momento iba a tener que contraer matrimonio con un hombre bien posicionado en la sociedad, un hombre al que, seguramente, no conocía. Era consciente de ello, pero siempre vio esa idea cumpliéndose en un futuro lejano. Escuchar a su madre pronunciar esas palabras fue como una bofetada de realidad para la chica, un matrimonio concentrado estaba más cerca de lo que le gustaría; y estaba aterrada.
ESTÁS LEYENDO
Una Corona en Juego
RomanceAvrey Nightingale es una princesa que siempre lo ha tenido todo, pero su vida se ve trastocada tras la repentina muerte de su hermano Jonas, quién iba a ser coronado rey de Avernell en cuestión de meses. Tras esta tragedia, la corona pasará a manos...