My new friend... Pablo Paéz Gavira

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-¡Realmente tienes que-!¡Tienes que estarme jodiendo, Vini!-Rodrygo gritó, golpeando el suelo con su puño.

Se había caído de la cama en la cual se encontraban en un principio hablando después de que el menor llamase a su mejor amigo en busca de desahogar todo lo que tenía en su interior desde aquel desafortunado suceso. Pero su exagerada risa que no había cesado desde que el pelinegro empezó a relatarle su primera charla con Gavira, lo hizo empujarle de una patada al piso.

-¡Demonios, Rodry, deja de reirte!-exclamó, lanzándole una almohada en el rostro. Estaba muy avergonzado- Me haces sentir mucho peor.

El pelinegro inhaló un par de veces antes de encontrar su voz.

-No creo que eso sea humanamente posible, Vini-confesó, apoyando sus codos en el colchón de la cama aún sentado en el piso- es decir, lo primero que sale de tu boca la primera vez que hablas con una criatura inocente como Gavira es "¿Me dejas cupártela?"

Las mejillas de Vinicius estaban de un intenso tono carmesí.

-Sólo porque quedaste sorpredido por el tamaño de su mini-Gavi; no tan mini según lo que me estás contando, no te da derecho de ser tan indecente-bromeó Rodrygo- debiste invitarle un café primero.

-¡Basta!-gritó.

Se tiró de espaldas en su cama, cubriendo su rostro con una almohada, ahogando un grito de frustación en ella. Tenía ganas de llorar debido a lo avergonzado que se encontraba con Pablo.

Demonios, después de haber soltado tal cosa, no se dio cuenta de la esrtupidez que había dicho hasta que el rostro entero del chico se volió tan rojo como una manzana madura. El labio inferior le tembló, no pudo decir una palabra y Vinicius en seguida se dio cuenta de lo profundo que había metido la pata.

-"Lo siento... creo que debo irme".

Fue lo único que pudo articular el pelicastaño, quien se olvidó de su ducha y salío corriendo con la ropa a medio poner, dejando a Vinicius con una disculpa en la boca y la vergüenza más enorme que había experimentado en su vida.

-Debo disculparme con él-balbuceó, aún con el rostro enterrado en la almohada.

-¿Mmh?-espetó el pelinegro, subiéndose a la cama y quitando la almohada del rostro de su pervertido favorito-¿Qué has dicho?

-Que debo disculparme con él. No podré vivir en paz conmigo mismo si él sigue teniendo esa errónea impresión de mí, Rodrygo-dramatizó, sentándose sobre sus pantorrillas y meneando a su mejor amigo de los hombros- ¡Lo traumaticé!

-Sí, eso me ha quedado bastante claro-ironizó, rodando los ojos- Pero créeme cuando te digo que Gavira va a ignorarte hasta en los almuerzos. Debe estar tanto o más avergonzado que tú.

-Por eso tú me ayudarás a atraparlo-canturreó, sonriendo de forma inocente.

-Si lo vamos a "atrapar", se va a asustar mucho más-analizó, llevándose los dedos a la barbilla con una expresión pensativa.

-Rodry-lloriqueó, fingiendo lágrimas de verdad- Debes ayudarme, quiero disculparme con Gavira, no puedo dejar las cosas así aunque me muera por tener ese gran pene entre mis manos.
Quizá si me disculpo con él podamos ser amigos y me deje... me deje.. oh demonios. Voy a tener una erección si sigo pensando en él.

-¡Ugh, eres asqueroso!-se quejó, empujando al pelinegro hasta hacerlo caer de la cama- Te ayudaré sólo porque tú me ayudaste a pedirle una cita a Pedri antes de que fuéramos novios. Te la debo.

-¡Eres el mejor amigo del mundo!-gritó, arrojándose a los brazos del otro pelinegro.

-Vale, te ayudo. Pero a cambio de una sola cosa.

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