Mierda, Gavira

72 7 0
                                    

Rodrygo y Camavinga no tardaron nada en empezar murmurar cuando divisaron a Vinicius ingresando en la cafetería acompañado de nada más y nada menos que Gavira.

-¿Qué mierda les pasa a ustedes dos? Parecen viejas chismosas.

Se quejó Bellingham, dirigiendo su mirada hacia sus extraños amigos quienes le miraron estupefactos y segundos después señalaron hacia donde Vinicius se encontraba, acompañado por el tímido futbolista en la fila por algo de almorzar.

-Oh, Vini está con el chico anaconda.

-¿Le contaste a Bellingham?-preguntó Rodrygo, mirando acusadoramente al de trenzas.

-De hecho fue el mismo Vini quien me contó. Estaba tan desesperado porque el chico anaconda lo perdonara, que me contó su romántica primera charla-respondió sarcástico el más alto.

-Hola, chicos-saludó Vinicius, sonriendo con un poco de tensión. Sabía que sus amigos podían ser algo... extraños. A él no le importaba, sólo que, no quería asustar al pelicastaño otra vez- Eh, él es Pablo Gavira. Va hacer nuestro amigo ahora.

Rodrygo, Camavinga y Bellingham se miraron entre sí con un poco de sorpresa.

-Yo soy Camavinga, encantado de conocerte-saludó el más alto del grupo.

-Un gusto-murmuró, correspondiendo el saludo con timidez.

-Mi nombre es Rodrygo-exclamó con una enorme sonrisa- Camavinga es el menor de todos, así que espero nos ayudes a cuidar bien de nuestro menor.

-Ah, sí... c-claro.

-Bellingham-se presentó, encogiéndose de hombros- Así que, tu eres el chico anaco-

Las palabras del imprudente de su amigo fueron interrumpidas por las rápidas manos Camavinga sobre su boca y las nada disimuladas carcajadas de Rodrygo.

-No le hagas caso a Jude, no sabe lo que dice-aseguró Vinicius al jugador, sonriendo tranquilo- Y dime, ¿qué estudias?

Casi se muere de un infarto. Si no fuese por Camavinga, el estúpido de Bellingham habría dicho algo verdaderamente estúpido e imprudente, lo que hubiese desencadenado un ataque de pánico en Gavira y de seguro habría huido como parecía ser costumbre.

Iba a ser complicado que Gavira y sus amigos se llevasen bien, pero esos idiotas estaban advertidos; tenían que ayudarle a entrar en confienza con el tímido chico para conseguir su objetivo o se vería obligado a hacerles pasar vergüenza frente a sus novios, ya que ser el consejero de todos tus amigos y su cofre de secretos tenía algunas ventajas que olían a chantaje

-Ah...

De nuevo Gavi empujaba en su interior, más duro, más rápido. Oh, joder, podía sentir todas y cada una de las hinchadas venas sobresltando y palpitando por la carne caliente... o al menos eso era lo que se imaginaba.

Vinicius no podía entender porque, pero cada vez que pasaba más tiempo con Gavi, sus fantasías se volvían mejores. Más realistas, más deliciosas.

Movió su mano con rapidez, buscando llegar lo más rápido posible. No tenía demasiado tiempo, pero no había podido evitarlo.

-M-Mierda, Gavira-susurró, intentando venamente morder sus labios para callar sus quejidos placenteros.

Muy en el fondo se sentía insatisfecho. Aunque la potencia de su vibrador estaba al máximo y aunque se encontraba moviéndolo fervientemente adentro y afuera de su entrada, no se sentía satisfecho.

Porque lo que Vini quería no era masturbarse pensando en Gavira, lo que él quería era que Gavi lo masturbara mientras le metía ese gran y deseable pedazo de carne que cargaba ebtre sus piernas y que, al parecer, no le daba uso alguno. Siempre pensó que eso era un absoluto desperdicio.

Sacudió sus caderas un par de veces más antes de correrse ruidosamente y en abundancia sobre su propia camiseta.

"Otro orgasmo más a la lista de pajas que me hago pensndo en Gavira", pensó Vini, riéndose sin gracias una vez se hubo considerado recuperado un poco de la euforia de su corrida.

Habían pasado alrededor de tres semanas desde que incluyó a Gavi en su grupo de amigos y,¿quién lo diría? Todos se llevaban de maravilla. Aunque el menor seguía siendo la criatura más tímida del planeta, lograba hablar sin sin tartamudear con el desvergonzado de Gavi y se reía de los chistes de Rodry. Incluso Vini los había invitado a cenar en su apartamento, donde Gavi tuvo la oportunidad de darse cuenta de que Pedri; su compañero de equipo era pareja de Rodry.

Vinicius bufó al darse cuenta de que había manchado su camiseta, la que recién se había puesto para salir.

No estaba en sus planes ponerse caliente antes de salir con sus amigos, pero estaba hablando con Gavi y al pelinegro no se le ocurrió mejor idea que enviarle una foto de cómo iba vestido.

Si había algo de lo que se arrepentía, era de haberle presentado al tímido chico a Rodrygo. Pues éste había obligado al pelicastaño a cambiar por completo su armario, de modo que Gavi ahora vestía como un jodido fuckboy demasiado caliente para la cordura de cualquier perasona con la capacidad de verlo.

Se sentía un poco enojado consigo mismo por no poder controlar los impulsos y las reacciones de su cuerpo, pues su polla respondío a la foto antes de que sus manos pudiesen escribir un mensaje concreto que no implicaria rogarle a Gavi que lo follara hasta perder la consiencia.

-¡Vini!-gritó Camavinga desde la planta baja.

Soltó un bufido ante el grito.

-¡Apresúrate que tu novio te espera!

Después de que Vinicius bajara, salieron del edificio y se dirigieron hasta el auto de Gavi.

•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•
Otro capitúlo más despúes de mucho

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 14 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

•FALOFILIA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora