En las sombrías calles de Nueva Orleans, un nuevo enigma envuelve a la ciudad con la desaparición del prominente Omega, Lucifer Étoile, esposo de la enigmática Lilith Vipère. Mientras la policía lucha por desentrañar el misterio, un enigmático locut...
"El amor siempre empieza soñando y termina en insomnio."
— Ricardo Arjona.
Para Lilith, la vida junto a Lucifer era como un sueño hecho realidad. Los días que antes parecían grises ahora se pintaban de un resplandeciente color amarillo, tan radiante como el sol y tan luminoso como la sonrisa de su amado.
Paseaban juntos por el Barrio Francés, disfrutando de cada momento al ritmo vibrante de su canción favorita, "When the Saints Go Marching In", seleccionada con maestría por Lucifer, quien siempre sabía cómo alegrar el día de Lilith con la música adecuada.
Su conexión era palpable, su Omega era una mezcla perfecta de audacia, alegría y sensualidad, siempre atrayendo a Lucifer con su encanto irresistible. Lilith se dejaba llevar por los movimientos de su amado, creando juntos una danza armoniosa y romántica que cautivaba a quienes los observaban.
Enamorados y perdidos el uno en el otro, parecían olvidar el mundo que los rodeaba, entregándose por completo al amor que compartían. Para ellos, cada día era una aventura llena de pasión y complicidad, donde el tiempo se detenía y solo existían ellos dos, unidos por un lazo indestructible de amor y compañerismo.
Exploraban las calles empedradas de la ciudad, disfrutando de la arquitectura antigua y la energía vibrante que llenaba el aire. Entre risas y conversaciones íntimas, Lilith y Lucifer compartían sueños y aspiraciones, construyendo juntos un futuro lleno de promesas y posibilidades.
Cada mirada, cada gesto, hablaba del amor profundo que florecía incesante sin querer detenerse. Los momentos difíciles se hicieron escasos, casi inexistentes, para Lucifer, la alfa era su lugar seguro. Juntos, enfrentaban los desafíos de la vida con valentía y determinación, sabiendo que siempre tendrían el apoyo incondicional del compañero de sus sueños.
Cada día junto a Lucifer, Lilith lo veía como una bendición, una oportunidad para crecer, amar y ser amada en retorno. En los momentos de felicidad, celebraban con alegría y gratitud, sabiendo que estaban viviendo el amor verdadero. Estaban confiando en su amor a primera vista.
Y así, en medio de las calles llenas de historia y encanto, Lilith y Lucifer continuaban sus viajes llenos de aventuras, juntos; confiando en su destino.
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El tiempo fluía con una calma aparente, pero para Lilith cada minuto que pasaba se convertía en una eternidad. Los nervios la tenían al borde de la desesperación, y la espera de la policía parecía interminable. Sentía el impulso de salir y deshacerse de esos turbios pensamientos de culpa que atacaban su mente, negándole sentir paz.
Harta de esperar, se enfundó en su gabardina y se dirigió hacia la puerta, decidida a salir de ese caos, la policía podría encargarse, de eso estaba segura. Sin embargo, justo en ese momento, se encontró con los oficiales que llegaban a su casa.
