Epílogo

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Las cosas habían marchado tal y como habían imaginado al revelar su relación, por lo que no estaban sorprendidas con las opiniones divididas respecto a la noticia. Si bien el retiro de Becky, y su última pelea ganada, habían sido temas que se mantenían en tendencias por la magnitud de cometarios que habían provocado entre los internautas, también sobresalían las noticias de las nuevas marcas las cuales Freen encabezaba para promocionarlas, así como las sesiones de fotografía que había preparado con tanto tiempo.

Hasta que revelaron su relación.

En el caso de Becky ya no le afectaba porque estaba retirada, solamente un par de marcas no estaban a favor de tener a una boxeadora homosexual con ellos porque ya no daba la apariencia de intimidante y atractiva como lo requerían. Por otro lado, Freen se estaba llevando la peor parte.

El rechazo que estaba teniendo era algo para lo que ya se había preparado, pero tener tantos contratos anulados en pocos días porque no la creían lo suficientemente buena para manejar su propia imagen y la gestión de ella, fue muy duro para ella. Saint le había informado que no todo estaba perdido, había otras marcas interesadas en ella puesto la nueva imagen que brindaba, pero eso no quitaba que se sintiera apartada por sus preferencias.

Sabía que no todos iban a ver de una manera positiva su atrevimiento por saltar a los brazos de su novia y confesarles a todos que estaban en una relación desde hace tiempo y tampoco podía negar el gran alivio que había sentido cuando los portales y los internautas ya no estaban en busca de su secreto más escondido.

El tiempo pasó, las calles donde vivían ya no se sentían tan seguras como alguna vez lo fueron, por lo que Freen no se negó cuando Becky le preguntó sobre la idea de vivir fuera del país. Lo que convenció al castaño de mudarse fue escuchar como su novia decía que el matrimonio entre parejas del mismo sexo en Hawái había sido aprobado hace tiempo, así que ¿Por qué no mudarse a un lugar donde pudieran ser bien recibidas? Además, Sarocha había aceptado con la ilusión que la exboxeadora le estuviera haciendo una propuesta de matrimonio de manera indirecta.

—¡Que les vaya bien! —Heng agitó mano tan pronto como cruzaron hacía la parte del aeropuerto donde ya no tenían permitido acompañarlos.

Estaban a punto de subir al avión y las despedidas habían sido un tanto agridulces. Extrañarían demasiado a sus menores, a quienes más habían apoyado cuando iniciaron esa aventura, pero ya no se sentían parte de ella: ahora era el momento de ellas dos

—¡Los llamaremos cuando lleguemos! —Gritó Freen sobre su hombro, agitando su mano de regreso antes de perderlos de vista.

Para cuando habían tomado sus asientos respectivos en el avión, una parte de ellas sentía casi imposible imaginar que realmente estaban viajando a otro continente para poder vivir allá. Tener sus papeles legítimos entre sus manos, pensar en que al llegar no se hospedarían en un hotel, sino en una linda casa que habían comprado entre las dos para vivir en dicho estado, y saber que ya no tenían que ocultarse parecía un sueño.

—Creo que podrías pellizcarme en este momento porque siento que nada de esto es real. —Mencionó Becky mientras recargaba su cuerpo contra el respaldo del asiento, cerrando los ojos.

Con una mirada divertida, Freen se inclinó lo suficiente para pellizcar su muslo y Becky soltó un quejido de dolor, abriendo los ojos y arrugando la frente mientras veía la gran sonrisa en el rostro de su novia.

—¿Qué? Tú lo pediste. —Sonrió de manera inocente antes de envolver su brazo con el ajeno, pegando su mejilla contra la piel expuesta. —No puedo esperar para llegar.

—Lo sé, cariño. Una vez que lleguemos ya no tendremos de qué preocuparnos más, solo seremos tú y yo, ya no habrá qué ocultarnos. —Depositó un beso en la cabeza de Freen.

Nothing「 Freenbecky 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora