Capítulo 5/4 - "Sólo recuerdos..."

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(Continuación)

Ya se imaginarán; plumas por aquí, brillos por acá, piel de animales por allá, más brillos más allá, etc. ETC.

Después de su minusiosa revisión a cada una de las chicas, llegó mi turno. Al igual que a las otras, me observó a más no poder.
Pensé que nunca iba a terminar de escanearme con sus arrugados ojos, pero por fortuna, lo hizo.
Con su voz algo chillona y presumida me indicó que me sentara en el banco frente al espejo para arreglarme. Y... así lo hice.
Ni siquiera parecía yo cuando me ví en el espejo. Estaba tan pálida y demacrada; tenía el maquillaje corridísimo: un aspecto del asco.
La abuela (llamemósle así), se dirgió hacia mí, me giró para quedar en frente suyo y comenzó a pintarrajear mi cara.
Cuando terminó pensé que al darme vuelta, me vería de lo más vulgar... pero no; estaba justo como cuando salí de mi casa emocionada y satisfecha por lo hermosa que había quedado. Me acomodó el peinado, me levantó del banco y arregló mi vestido. Sí. Debo admitir que esta abuela hizo 'magia' conmigo, "¿será bruja?" una voz vaciló en mi cabeza, "Ja! ¡Dúdalo!" otra le respondió.

Una vez terminada su labor le indicó que hiciera lo mismo que yo a otra chica, mientras que el fornido calvo me tomaba del brazo y me sacaba de aquel lugar.

Caminamos un poco y nos paramos frente a lo que parecían ser unas gradas hacia un escenario. ¿Un escenario? ¿Por qué tendría que haber un escenario en este lu...

- ¡Hey! ¡Niña! - el calvo me habla. - Sube.

Y sip, otra vez lo obedecí en vez de intentar huir, pero creo que fue porque algo muy dentro de mí me decía que no lo lograría si lo intentaba.

Caminé un poco hasta que se terminó la cortina y pude apreciar en efecto, un escenario como los de las pasarelas de moda. Escuché una gruesa voz que estaba hablando a través de un micrófono y ví al hombre de quién provenía esa voz. La verdad parecía mago; traje negro, sombrero, zapatos de charol, barba de candado y unos cuantos anillos adornando los largos y delgados dedos de sus manos.
Se giró a verme y se acercó a paso rápido hacia mí. Me tomó del brazo y me llevó hacia el centro del escenario.

No sabía qué tipo de 'público' estaba presenciando el show. Pero lo que mis ojos captaron, no fueron señoras vestidas como la abuela que me maquilló u hombres igual de rídiculos como el tipo que me llevo hasta ahí; no.
Era algo espantoso.
En aquel sitio alrededor del largo escenario y hasta más lejos, habían hombres. Y no creo que sean gays como para ir a ver un desfile de chicas. Además de que elegantes o no, cuando el mago presentador me preguntó mi nombre y me empujó para que hiciera una pasarela delante de todos esos asquerosos hombres, todos, TODOS los espectadores, me comían y desnudaban con la mirada. Tenía sobre mí como quinientos ojos llenos de lujuria viendo todos y cada uno de mis detalles.
Me quedé parada y ya no avancé, causando la impaciencia del mago y que éste se acercara a mí para llegar hasta el final de la pasarela y con su mano hacerme dar una vuelta.

- Ella es ____ señores!! Observen su belleza. ¿Muy hermosa cierto? ¡Pues vamos comenzando!

¡Dios pero que fuerte grita este tipo!

- Comenzamos con 10 mil!

Uno de los hombres ahí presentes levantó su mano al aire y gritó:
- ¡¡Diez mil!!

Otro hizo lo mismo pero él dijo:
- ¡¡Veinticinco mil dólares!!

- ¡Vaya! Buena cifra. ¡¿Quién da más?!

Esperen un momento.
¿¿Me están vendiendo al mejor postor??
Y fue entonces cuando recordé a Angelica:

- ¿Qué es este lugar? ¿E-en dónde estamos?

- En una su...

E-e-en una... subasta...
Eso fue lo que quiso decir. Dios voy a morir en vida si uno de esos tipos llega a comprarme.
Cuando reaccioné, un tipo lleno de tatuajes, fornido, con los brazos al descubierto, sonrisa siniestra y ojos brillantes de deseo y lujuria gritó potente y satisfecho:

- ¡¡250,000 dólares!!

Nadie ofreció más. Y eso hizo que el tipo sonriera aún más.
Y lo peor, era que ese tipo no me estaba comprando para tener con quién jugar a las cartas o porque quería una hija o una pequeña hermana. Sus intenciones conmigo eran más que notorias y no eran buenas.

- ¡¡Perfecto!! ¿Nadie da más? - nadie habló. - Entonces vendida a la una!! ... ¡¡Vendida a las dos!! ... ¡¡ Y vendida a las...

- ¡¡¡700,000 dólares!!!

Otro hombre habló.
Al escuchar su voz, hasta yo volteé a verlo, pero... no se veía muy bien. Estaba en lo más oscuro del lugar y apenas y se veía un poco de él debido a la poca luz que lo dejaba ver.
El tipo que casi me compra lo fulminó con la mirada y volviendo a hablar gritó:

- ¡¡¡850,000 dólares!!!

Y el ortro, sereno, respondió:
- ¡¡¡900,000 dólares!!!

¡Se estaban peleando por mí!

- ¡¡¡950,000 dólares!!! - gritó con todas sus fuerzas el tatuado. Pero aún con esa cantidad ofrecida, el otro gritó y aún más fuerte:

- ¡¡¡¡2,000,000 de dólares!!!!

¿¿¿¿DOS MILLONES DE DOLARES POR MI???

Un dulce encuentro ...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora