Hay algo que me parece importante aclarar, en esta historia Jean y Marco tienen 20 años, Marco 21 y Levi 35 o un poco más, pero sólo un poco c:
JeanMarco Week 2015
Día 2 - Paint or Electric.
Desde aquel día había pasado ya un mes, Jean había conseguido aquel ascenso. Por lo cual tenía menos tiempo libre, pero no le importaba mucho ya que era más tiempo con Marco.
Por qué Jean había mandado casi todo su orgullo a la basura cuando fue a pedirle, casi de rodillas y no por la estatura de Levi, a su jefe que le dejara encargarse él personalmente del contrato que tendría la empresa con la agencia de modelaje de la cual Marco era dueño.
Después de tener a Jean molestando por tres días completos, Levi acepto con tal que le diera un momento de intimidad.
Al principio Jean estaba feliz por eso, hasta que se enteró en base a mucha experiencia que Marco en el trabajo no trataba nada más allá de lo estrictamente profesional. Eso llevó a Kirchstein rumbo la desesperación absoluta, teniendo como consecuencia que mientras realizaban unos arreglos al contrato en un acto de desesperación Jean le gritara a Bodt que el jueves, día libre de ambos, lo esperaba en la estación central del subterráneo.
—Ni se te ocurra faltar, Marco Bodt, es una cita.
Y después de eso, huyo con la poca dignidad que le quedaba, sin lograr ver la sonrisa que crecía en la boca del pelinegro.
Le había alegrado el día con eso.
Así es como el jueves 30 de julio, ante un cielo grisáceo y un viento que helaba hasta los huesos Jean y Marco tuvieron su primera cita.
Demonios se supone que era verano y el clima debería ser perfecto para una cita.
La vida odiaba a Jean. Sí, la vida y el karma odiaban al joven Kirschtein.
Pero aun así no era tan perra con él, porque a las 10:30 vio llegar a Marco, caminando rumbo a él con una sonrisa en los labios.
Al verlo Jean empezó a creer en Dios, pues esa etérea belleza no podía ser real.
Inconscientemente los labios de Jean se curvearon en una ligera sonrisa, acercándose a él joven que caminaba rumbo a él, dispuesto a que esa pequeña salida no se viera influenciada por el mal clima que había.
No había nada fuera de lo común, fueron a una plaza comercial para comprar unos cafés y quitarse el frio del cuerpo, pasearon por unas cuantas tiendas e hicieron escala en el salón de videojuegos unas cuantas horas. En vez de cita, como la había llamado Jean, más bien parecía una tarde entre amigos de toda la vida.
Ya para el anochecer una suave lluvia comenzó, por lo que tuvieron que ir al café que estaba cerca de la estación a esperar que el cielo dejara de llorar.
Estaban en silencio, viendo el lugar y esperando los cafés que habían ordenado, pues no podían quedarse sin ordenar nada, cuando un señor de edad avanzada con la ropa empapada entró al local.
El corazón bondadoso de marco se oprimió un poquito al verle, causando una sonrisa de ternura a Jean. Cuando el señor se sentó en una mesa cercana con la mirada triste sin llamar la atención de los demás clientes el pobre corazón del pelinegro estallo y en un acto de bondad se levantó para poder acompañar un poco al señor.
Jean lo miraba un poco molesto, más aun cuando vio que ambos venían a la mesa donde momentos antes estaban solos.
Kirschtein estaba listo para soltar un par de palabras respecto a lo que pensaba, pero su amigo le calló al sentarse a su lado con su sonrisa permanente alumbrando su rostro.
La siguiente acción fue completamente inesperada para el castaño.
Marco recargo su cabeza en el hombro de Jean, cerrando los ojos completamente cómodo.
—¿Así está bien?
El anciano le devolvió la sonrisa.
—Si así lo deseas, por mi está bien.
Acto seguido sacó un bloc de dibujo y un carboncillo, comenzando a dar trazos a conciencia, manchando la blancura y pureza de la hoja.
Jean no sabía cuanto tiempo pasó, ni cuanto autocontrol tuvo para no abrazar a Marco por la cintura y acércalo más a él. Cuando sintió alejarse la calidez del pecoso su café ya estaba frio.
Y frente a ellos estaba el dibujo más maravilloso del mundo.
Una sensación electrizante le recorrió la espina dorsal y coloreó sus mejillas al verlo.
Con el cuidado que tomaría una muñeca de porcelana examino cada detalle del dibujo, asombrándose de la gran habilidad que había en aquellas viejas manos.
Un artista callejero.
—Es hermoso, muchas gracias señor.
—No es nada, ustedes hacen una pareja hermosa. Yo sólo trate de retratar el amor que se tienen.
Las mejillas de Marco de incendiaron con esas simples palabras.
Pero no tanto como el corazón de Jean, que sintió un calorcito amable y gustoso dentro de él.
La lluvia fuera ya había concluido, por lo cual tras que Jean pagara los cafés y Marco el dibujo, Jean había querido pagarlo mas el pelinegro se lo impidió, ambos salieron de aquel cafecito, sintiendo la fría y húmeda brisa golpearles la cara.
Entraron a la estación que se encontraba ya casi vacía, pagaron el boleto de entrada y esperaron al subterráneo entre risas y una amena platica.
Marco bajaba una estación antes que Jean.
El viaje no fue muy diferente a la espera, quizás la única diferencia fue el beso que Jean le dio a su amigo para despedirse.
Un contacto tenue y efímero en los rosados labios del pecoso.
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JeanMarco week 2015
RomanceSerie de pequeños One-shots con relación entre sí. Hechos para aumentar el material de esta hermosa pareja.