Oriana
Con cada palabra que sale de sus labios, siento que me sumerjo más en la conversación, como si estuviera flotando en un mar de historias y ocurrencias compartidas. Fernando tiene ese magnetismo que hace que todo a su alrededor parezca más brillante, más interesante.
Es increíble cómo puede mantener el ritmo de la charla, cómo encuentra el equilibrio perfecto entre escuchar y hablar, entre ser divertido y ser reflexivo. Me hace reír con sus bromas y sonreír con sus comentarios perspicaces.
—Oriana, ORIANAAAAAAAAAA —el grito de Gloria me arranca de mi ensoñación y de la conversación que estoy manteniendo junto a Fernando. Gloria es mi excompañera de universidad y mi compañera de piso.
—Oriana, they are looking for you, in few minutes its your turn —Gloria me señala que ya son las casi las 2:30, hora en la que me toca competir en estas carreras clandestinas. Normalmente solo me dedico a modificar los motores de los coches que corren pero cada cierto tiempo me permiten competir.
—¿Por que te están buscando?¿Tu turno..? —me pregunta Fernando, con cierta confusión en su mirada.
—Me están buscando para la carrera, hoy me toca competir. .—Le sonrío a Fernando, tratando de transmitirle mi emoción a través de mi mirada.—¡Será genial! ¿Te gustaría venir a ver la carrera—le pregunto con entusiasmo, esperando que acepte.
La idea de tenerlo allí, animándome desde la línea de meta, me llena de energía y emoción. Cuando veo su expresión emocionada y su respuesta afirmativa, siento un cosquilleo de felicidad en mi interior. Es como si todo estuviera encajando perfectamente en su lugar, como si este encuentro fuera destinado a suceder. Con una sonrisa aún más amplia, le doy las gracias y le prometo que le haré saber cuándo comience la carrera. Con un rápido intercambio de miradas cargadas de expectación, nos despedimos por el momento, pero sé que esta noche aún tiene muchas sorpresas guardadas para nosotros.
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¡GANÉ! La emoción corre por mis venas mientras cruzo la línea de meta, sintiendo la adrenalina aún palpitando en mi cuerpo. La carrera ha sido intensa, pero he demostrado una vez más mi habilidad en las pistas. Me siento poderosa, invencible, como si pudiera conquistar el mundo con solo el rugido de mi motor.
El premio de 2500 libars es solo la guinda del pastel, una recompensa por mi esfuerzo y dedicación. Sé que no necesito tanto dinero, pero no puedo evitar sentirme emocionada ante la idea de poder darme algunos caprichos. Después de todo, ¿Quién puede resistirse a la tentación de un nuevo equipo de carreras o una actualización para mi vehículo?
La pasión por la velocidad y la ingeniería corre por mis venas, algo que llevo en mi ADN. Crecí en una familia vinculada al mundo del motor, donde mi padre es un hábil mecánico y mi madre, aunque profesora de historia, guarda lazos familiares con el mismísimo Ayrton Senna.
La emoción aún palpita en el aire mientras me reúno con Fernando cerca de la meta. Su entusiasmo es contagioso mientras me elogia por mi desempeño en la carrera.
—.. Y la manera en la que le has cerrado en la curva antes de la ultima recta ha sido, ha sido... IMPRESIONANTE— destacando mis habilidades en las curvas y cómo logré mantenerme adelante.— Mientras que la mayoría les a costado cruzar la cuarta curva tu la has cruzado como si nada. Por favor, explícame como lo has hecho!!!
—Un mago no revela sus trucos...mentira, tal vez algún día te lo cuente—le contesto con una sonrisa de oreja a oreja. Por un instante mis ojos caen y se posan en sus labios, tienen pinta de que son suaves y me pregunto como seria besar esos labios tan. . .
Pero de repente, el sonido de sirenas rompe el ambiente festivo.
—JODER!! ES LA POLICIA, LARGUEMONOS DE AQUÍ!! —escucho a alguien gritar. Instintivamente, sé que debemos actuar rápido. Le doy a Fernando instrucciones rápidas mientras nos dirigimos hacia mi coche, sintiendo el pulso acelerado de la adrenalina. Él, decidido, insiste en que él debe ser quien tome el volante.
—Oriana, dame las llaves del coche, puedo sacarnos enseguida de aquí—por un segundo dudo en si aceptar su propuesta, me mira a los ojos con una determinación que no he visto en años y la cual me esta haciendo ceder poco a poco.—Oriana, solo necesito que confíes en MI!!
Acepto su propuesta con gratitud, confiando en su habilidad para manejar la situación. Juntos, nos deslizamos dentro del coche y él arranca el motor con destreza. Siguiendo mis indicaciones, nos alejamos del lugar de la carrera a toda velocidad, evitando las luces intermitentes de la policía que se acercan.
Finalmente, llegamos a mi bloque de apartamentos donde decidimos estacionar el coche. La adrenalina sigue corriendo por mis venas, pero también siento una sensación de alivio al estar a salvo junto a Fernando.
—ESO, eso ha estado muyyy cerca de costarnos una noche en el calabozo, sabes? JAJAJAJA —comento a risas, mientras a Fernando se le escapa una pequeña carcajada. Sigue manteniendo las manos en el volante aun cuando ya ha apagado el motor. De repente el silencio llena todos los rincones del auto.
El aire se densificaba dentro del coche, el silencio parecía más cargado que el anterior. Nuestras miradas se encontraban fugazmente en el retrovisor, reflejando la tensión apenas contenida que fluía entre nosotros. Es un silencio semi-incomodo.
—¿Quieres que te lleve a tu hotel? —rompo el silencio tratando de sonar lo más casual posible aun sabiendo que tengo los nervios a flor de piel.
Su respuesta fue inmediata, aunque suavizada por la cautela que me imponía la situación.
—No, ni siquiera me acuerdo de donde esta el Hotel y no quiero discutir con mi manager justo al llegar. —por primera vez desde que llegamos me mira directamente a los ojos, cauteloso, analizando mis facciones tan lentamente que noto como sus ojos se posan en mis labios durante unos segundo eternos.
El ambiente se volvió eléctrico, como si la distancia entre nosotros se estrechara repentinamente. Cada centímetro parecía un campo de fuerza magnética, atrayéndonos el uno al otro con una fuerza irresistible. Nuestros cuerpos se movían instintivamente, acercándose lentamente.
Y entonces, en un susurro apenas audible, nuestros labios se encontraron. Fue un beso cargado de todas las emociones , una explosión de atracción mutua que no podíamos negar. En ese momento, el mundo entero parecía desvanecerse, dejándonos a nosotros dos atrapados en una burbuja de intensidad compartida.
Los minutos se deslizaron sin que ninguno de los dos quisiera romper el hechizo. En ese coche aparcado, en medio de la noche, éramos solo el y yo, perdidos en un torbellino de pasión que parecía no tener fin. Y mientras nos besábamos, el peso de cualquier preocupación o responsabilidad se desvanecía, dejándonos envueltos solo en el calor de nuestro deseo mutuo.
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NOTA DE AUTORA: Hasta aquí el capítulo de hoy. Agradecería que comentarais vuestras opiniones sobre la historia. Así me es más fácil saber que errores debo mejorar :)
att:Britray230
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𝖚𝖓𝖈𝖔𝖓𝖉𝖎𝖙𝖎𝖔𝖓𝖆𝖑𝖑𝖞|Fernando Alonso x OC
FanfictionLet go and just be free 'Cause I will love you unconditionally Fernando Alonoso x OC Fem