Cuando despierto,
con tu nombre en mis labios,
cuando mi corazón,
sufre por tu engaño,
un rocío en mis ojos,
me recuerda que te extraño.
Mas debo dejar,
que todo esto pase,
que mi corazón aprenda,
a no siempre entregarse,
que la vida está llena de tristeza y alegría,
que un sol radiante,
no siempre es un buen día.
Y vagando dolido,
por caminos diversos,
buscaré para mi alma
la paz que te llevaste
y en sólo un instante
de mi corazón herido,
recordaré tu nombre
en la tristeza de un olvido
y serás sólo la hoja
que se ha llevado el viento,
tan sólo un momento,
vivido en el tiempo,
que todo lo esfuma,
lo hace bruma... lo hace nada.Eduardo Crespo.