Capitulo I - Universidad

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 Llegó al edificio luego de caminar 17 cuadras desde la parada del bus. Observó el gran edificio bien cuidado con un suspiro. Esta semana fue realmente difícil. Lo despidieron de su empleo de medio tiempo y aunque buscara, le era muy difícil encontrar otro. Con pesadez entró por las grandes puertas de caoba y se dirigió al ascensor para ir a la biblioteca en el piso 14. Cuando llegó, caminó directamente a una de las esquinas donde se encontraba sentado en una mesa un chico de tez pálida y cabello tan negro como la oscuridad. Tenía la cabeza metida en un libro mientras que la capucha de su sudadera negra le cubría parte de esta.

– Buen día para usted, conde Drácula – saluda exagerando una reverencia. El joven dejó su escritura y posó en él sus dos orbes esmeraldas para luego sonreír divertido.

– Hola pequeño conejo – devolvió el saludo a Alex, un joven universitario de 22 años, de cabello castaño oscuro y ojos color miel.

– ¿"Pequeño conejo"? – interrogó dejando su bolso a un lado y sentándose al lado de Leo.

– "Conde Drácula" – obvió su respuesta viéndolo con burla. Alex le codeó un hombro mientras se les escapaba una risa divertida.

– ¿Qué lees?

– "Selección Poética de Antonio Machado" – leyó mostrando la portada de tapa dura del libro que tenía en manos.

– Aburrido~ – canturreó a forma de crítica.

– Se llama "cultura", por si no lo sabías – regañó ofendido. Alex reprimió una sonrisa de victoria – Olvídalo, ¿No tenías que estudiar para los exámenes de Agosto?

– .... – desvió la mirada con un puchero en sus labios. Leo arqueó una ceja para verlo directamente.

– No has hecho nada – aseguró viendo en las expresiones del contrario como había dado en el blanco.

– ¡Es que son muy difíciles! – se quejó haciendo un corazón con sus carnosos labios rojos que lo hacían ver adorable.

– Déjalo, te ayudaré el fin de semana. Vayamos a mi casa – los ojos avellana de Alex resplandecieron con alegría.

– ¡ERES EL MEJOR LEONCITO! – apenas gritó eso sintió un golpe en la parte trasera de su cabeza.

– No se grita en la biblioteca.. – susurró Leo con el ceño fruncido. Aunque por dentro sentía calidez cada vez que escuchaba ese apodo de su amigo.

El timbre sonó indicando el comienzo de las clases y cada uno se dirigió a su salón correspondiente a cada carrera. Leo se dirigió a una de ellas, de la cual no tenía otra opción. Entró en un salón que decía "Administración y Finanzas" y se sentó en la esquina del fondo contra la ventana. Sacó sus cosas y se apoyó en su codo viendo hacia afuera. El otoño se dejaba notar en los árboles y en el manto de hojas doradas y secas que se caían de estos para terminar adornando el suelo con sus colores rojizos. Rojas, amarillas y naranjas. Eran los colores preferidos de Leo, porque se parecían mucho al color de ojos de Alex. Esas orbes color miel le parecían tan perfectas y hermosas, profundas y con tantas emociones.

Dicen que los ojos son la puerta al alma, y esa filosofía aplicaba en todos los sentidos al castaño. Si te mentía, lo podía ver en sus ojos que trataban de evitar tu mirada. Si estaba cansado, lograba ver una pequeña nube cubrirlos con somnolencia. Cuando estaba triste, podía notar como se apagaban ligeramente.

Pero lo que más le encantaba a Leo de aquellos ojos, era el brillo de estos cuando estaba feliz. Como cuando le regalaba uno de sus tantos dibujos, le leía uno de sus poemas o cuando le ganaba en una partida de póker.

MI BELLA ADVERSIDAD (BL) ¡¡+18!!  --Aurora Anónima--Donde viven las historias. Descúbrelo ahora