Final

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El taxi se estaciona frente al hotel y de él baja una mujer con cabello oscuro, su rostro no demuestra otra cosa que no sea fastidio al atravesar la recepción tirando de su maleta, ajusta su abrigo y se limpia la garganta para llamar la atención del hombre sentado del otro lado del mostrador.

- Buenas noches, ¿Podría decirme en que habitación se hospeda Moon Wheein? Es mi hija- Pregunta con toda la amabilidad que puede reunir.

- Esa información es confidencial, lo lamento.

Yong Sun chasquea la lengua con fastidio y se retira sabiendo que no tiene ningún sentido luchar contra el hombre. Wheein no ha respondido sus llamadas desde que dejó el país, no se preocuparía demasiado por su inteligente e independiente hija si no fuera porque ella salió sin permiso, la chica nunca antes ha hecho algo como esto, ella siempre ha sido una hija ejemplar y es exactamente por eso que le preocupa tanto que saliera corriendo de su casa tan pronto como cumplió la mayoría de edad.

Para Yong Sun ha sido relativamente fácil criar a Wheein, pero nunca sabe si de verdad está haciendo un buen trabajo hasta que ocurren cosas como esta, la adolescencia de la chica fue mucho más tranquila que la de la mayoría de chicos de su edad y la relación que tienen está basada en confianza pura, el problema es que la chica comenzó a estar inquieta por saber más sobre su país natal tan pronto como supo que podía volver al cumplir los dieciocho años. Una parte de Yong Sun no puede culparla y otra está aterrada de como puedan resultar las cosas.

Saben que la orden de aprensión contra Byul fue retirada cuando el abuelo de Wheein murió, pero eso no significa que la anciana desistió en sus intentos para contactar a su única nieta, y pese a sus supuestas buenas intenciones, ellas decidieron que lo mejor era mantenerse alejadas. Los primero años del exilio los pasaron en Tailandia, solidificaron su familia y patrimonio, buscaron la forma de arreglar su situación familiar.  Tuvieron que reunir una enorme cantidad de dinero para que una persona hiciera tramites por ellas y así poder tener en orden los documentos de todas, fueron varios años ahorrando por completo el sueldo de Yong Sun solo para eso y valió completamente la pena, gracias a que esa persona corrupta les ayudó pudieron hacer que Wheein tenga el apellido de Byul y dejar a Yong Sun como su tutora legal por si algo le pasaba. Fue lamentable que si se necesitara.

- ¿Mamá? -Yong Sun levanta la cabeza cuando escucha la voz de su hija, ha esperado por dos horas y ya es casi media noche-. ¿Qué haces aquí?

- Tú deberías responder eso ¿Qué hacemos aquí, Moon Wheein?

Ambas se miran esperando una respuesta, demasiado cansadas como para discutir sobre quien tiene más derecho a estar molesta, pero muy tercas como para dar un paso atrás. Si en algo se parecen, es en el carácter, y lo saben ambas, no hay forma en que esto pueda solucionarse si se convirtiera en una pelea.

- Ya es tarde ¿Conseguiste una habitación? -Wheein pregunta con la voz suave en señal de buena fe, Yong Sun niega en respuesta-. Bueno, podemos compartir la mía.

La chica toma la pequeña maleta para tirar de ella sin preguntar siquiera y guía a su mamá hasta el elevador, no dicen una palabra mientras hacen el camino hasta la habitación. Yong Sun la mira con cariño sin evitar estar orgullosa de ella, pueda que haya hecho algo preocupante y que casi le causó un paro cardíaco cuando leyó la carta que dejó en casa para informar de su paradero, pero eso no le quita méritos por ser su pequeña niña que sigue sorprendiéndola con cada ocurrencia. Yong Sun puede ver mucho de Byul en su hija, en la determinación que demuestra frente a las adversidades de la vida, en su sonrisa amable, en las pequeñas acciones desinteresadas hacia los demás y como se preocupa por su familia. Byul estaría tan orgullosa.

-Mamá, estás haciendo esa cara.

- Lo siento- Se ríe Yong al ser reprendida por su pequeña, porque no importa cuanto grande sea siempre será su pequeña, camina detrás de ella cuando el elevador se detiene en el séptimo piso y mira la sonrisa en el rostro de la chica cuando se detiene a abrir la puerta-. Me pone sentimental verte convertida en un adulto.

- Siempre seré tu bebé- Le resta importancia la chica, provocando una risa en su madre, el gato que dormía a lo largo de la cama se levanta para recibirlas con algunos maullidos cuando las dos entran en la habitación-. Lamento haberme ido así, no sabía si estabas de acuerdo con esto y realmente tenía que hacerlo, no quise arriesgarme a que intentaras detenerme.

La mujer mayor sopesa la respuesta antes de hablar. Ella definitivamente habría intentado disuadir a su hija.

- Debes entender que no te quiero prohibir cosas solo porque sí, mis razones tiene que ver con todo lo que pasó cuando eras una niña y el ferviente miedo a que algo te ocurra. Tienes apenas dieciocho años Wheein, eres muy joven, yo no quiero perderte por culpa de los errores que hemos cometido en el pasado- La culpa se dibuja en el rostro de Wheein y baja la mirada-. Sabes que tu madre no pudo volver porque huimos y yo tenía miedo de que al volver me detuvieran, no sabemos que tanto la policía me involucró. Si algo te pasara por mi culpa jamás me lo perdonaría, tu mamá me confío tu cuidado.- Las dos saben que es un golpe bajo, mencionar a Byul siempre duele.

- Lo sé, mamá. Es que yo no voy a seguir huyendo y no quiero que tu lo hagas, yo sé que ustedes fueron tan felices como pudieron, pero ¿No habrías deseado que las cosas fueran diferente? Porque yo sí, a mi me habría gustado tener un hogar estable para crecer en el mismo sitio por más de cinco años, y no es una queja, porque tú y mamá hicieron todo lo que estuvo en su poder para darme normalidad- Wheein se deja caer en la cama junto a Yong Sun intentando formular bien sus oraciones para no lastimar a su madre-. Quiero vivir en un lugar que pueda llamar hogar, así que tan pronto como supe que era seguro venir, lo hice, necesitaba saber dónde está mami Taeyeon, visitar a las tías Kang y ese columpio del que Yeri tanto habla, fui a ver a esa anciana que nos arruinó la vida…

- ¿Viste a tu abuela? -Yong Sun la mira con preocupación desde su lugar y Wheein asiente.

- Estaba muy sorprendida por verme, supongo que no esperaba mi visita, ella se portó bastante bien y se disculpó conmigo, como si eso sirviera de algo ahora- Sonríe con tristeza-. Prometió no buscarme de nuevo y dejarme en paz a menos de que yo lo quiera, solo me pidió un favor- Yong Sun levanta una ceja interrogante-. Quiere que yo herede lo que ella deje al morir y que me haga un examen médico, dijo que al parecer lo que mató a mi madre es hereditario y solo se dieron cuenta porque ella lo tiene.

- Mierda- Wheein asiente de acuerdo mientras acaricia distraídamente a Gatsby-. Esa decisión es solo tuya, has lo que te parezca mejor.

- La mandé al infierno- Murmura lo suficientemente para que su mamá escuche-. No quiero nada de ellos, le dije que su dinero no vale nada para mi y que su apellido es basura, el único valor que podría tener es que lo comparten con mi mami, luego salí de allí y te encontré aquí.

- ¿Qué haremos ahora?

- Volver a casa, supongo- Yong Sun le sonríe y despeina un poco su cabello ganándose un grito indignado.

Wheein sabe que no podría quedarse aquí aunque lo deseara y Yong Sun comparte el sentimiento, así que deciden pasar la noche en ese hotel y reservan un vuelo para la noche siguiente porque Wheein no dejará que su mamá se vaya del país sin visitar la sepultura de su abuela, la mamá de Yong Sun. Puede que los padres de Yong Sun fueran personas que le causaron daño de una forma que no puede explicar, pero los amó mucho y exactamente por eso es que le causó tanto daño su partida, Wheein no se perdonaría si deja que el rencor inunde el corazón de Yong Sun de nuevo. Ambas se apoyan para salir adelante porque saben lo que es el dolor, lo que perder a quien más amas y cuando tienes que aferrarte a algo para no hundirte. Cuando Byul murió Wheein ya tenía la edad suficiente para entender lo que pasaba y entonces pudo entender un poco mas a Yong Sun.

Wheein recuerda que antes de la muerte de su madre paneas habían vuelto a Tailandia para estar más cerca de su país natal con la esperanza de que la señora Kim se retractara, pero eso no pasó. Fue Irene la encargada de avisarles sobre la muerte del señor Kim y la intención que la señora Kim tenía para hablar con ellas, se suponía que nadie sabía sobre su paradero, pero era obvio que la abogada estaría enterada si cada año salía del país en fechas específicas. Las charlas fueron a través de correos electrónicos y acordaron que si la señora Kim quería volver a ver a su nieta tenía que cerrar el caso por completo. Pero la vida es una ruleta rusa.

Salir de Corea fue extraño, primero vivir en Bangkok fingiendo ser una familia conformada por una madre soltera y su “amiga”, años después vendieron todo para probar suerte en otras tierras ya que Yong Sun consiguió un empleo en una agencia privada como elemento de seguridad en Londres y se mudaron allí. Así que Wheein habla inglés y tailandés con fluidez gracias a su vida semi nómada, para ella fue más cómodo vivir en Londres donde sus mamás pudieron disfrutar de la vida sin tener que ocultarse como pareja, además de que pasó los mejores años en el colegio exclusivo para chicas que en aquel colegio mixto de Tailandia. Fueron buenos tiempos para su familia, hasta que ya no lo fueron.

Wheein protestó con fuerza al enterarse que regresarían a Bangkok e hizo tantos berrinches como una chica de once años puede hacer, intento cada clase de chantaje y negociación con sus madres, pero nada funcionó. Byul y Yong Sun eran felices con sus vidas a pesar de todo, hicieron funcionar su relación a través de las dificultades que representó huir y adaptarse a nuevos entornos junto con una niña pequeña, tuvieron momentos en los que no fue fácil, por supuesto, pero sé tenían para superar las cosas. Tan pronto como se hizo el acuerdo y el nombre de Wheein fue borrado oficialmente de la lista de niños extraviados fue seguro volver a Corea, la policía elimino la carpeta de investigación que tenían contra Byul por petición de la señora Kim y Yong aparentemente no tuvo nunca una investigación en su contra.

El problema es que Byul no pudo volver a Corea, la vida tuvo otros planes para ella. Tuvo un accidente de tránsito por culpa de un conductor ebrio, ella estaba volviendo a casa después de haber visitado el consulado coreano para legitimar su tutela sobre Wheein, planeaba darle la sorpresa a su familia. En ese pequeño momento entre la realización de su inminente muerte y el impacto del coche Byul sólo pudo pensar en su hija y Yong Sun, su último pensamiento fue un deseo para que ellas tuvieran una buena vida.

Al final, resulta que la vida no tiene misericordia en nadie, no puedes esconderte del amor o del destino, que usualmente están ligados. La vida es solo una historia que contamos, una canción que cantamos, y en ella contamos las historias de los que amaron.










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Gracias por haber leído esta historia y tener paciencia con las actualizaciones.

Hasta leernos otra vez ♡

Solo para valientes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora