┊♯ IV ⭒ ¡Estrategias!

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   -¿Y Nardo? -Asomó Donnie, sorprendiendo al mayor con su caja de lanas-

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-¿Y Nardo? -Asomó Donnie, sorprendiendo al mayor con su caja de lanas-. ¿Desde cuándo tejes?

-Shhh... Mikey te va a escuchar. -regañó un tanto avergonzado por su descubrimiento.

-Oooh... Es eso ¡JA! Yo ya tengo mi regalo listo y envuelto. Las probabilidades de que le fascinen son del cien porciento, raphita. -Alardeó el de caparazón blando.

Y es que su regalo consistía en una cajita musical para que el menor utilizara las noches que no pudiese dormir, así de simple sonaba su regalo. Pero estamos hablando de Donnie, a él le gusta relucir y presumir su tecnología y nunca desaprovecha la oportunidad. Su caja musical incluía un proyector olográfico 3D personalizado. Diseñado para proyectar imágenes o videos de luciérnagas, estrellas, el sistema solar incluido y mariposas que simulen revolotear por la habitación de Mikey.

Daba por asegurado que le fascinaría su regalo y aquello no estaba lejos de la realidad, Angelo amaba esas cosas, Pero su regalo todavía era un secreto para el resto de la familia y lo tenía bien ocultado en su taller.

-¿Leo? Ah, salió, fue a ciudad oculta a por un regalo para Mikey.

-Me preocupó que estuviera en mi taller, solo por eso, para aclarar. Ahora si me disculpas debo volver allí a hacerle unas reparaciones a Shelldon. -Sin más y sin menos se fue tal como llegó y una pequeña brecha de silencio le hizo alzar la voz al mayor.

-¡Que no se te olvide cenar con nosotros cuando llegue Leo!

Él también salió de la habitación en que se encontraba, llevando entre manos una caja con las cosas que ocupaba para tejer. Iba en dirección a su cuarto cuando vió a Mikey con múltiples bolsas, de todos colores y formas, suponía que una era más pesada que la otra, puesto que el menor se veía dificultado en el traslado de estas a su habitación.

-Déjame ayudarte con eso tortuguita. Yo puedo llevarlas. -Inmediatamente agarró las bolsas con una sola mano y sin esfuerzo.

Mikey no rechistó por ello, en realidad estaba agradecido porque le ayudaría a ahorrarse el trabajo, así que subió también al caparazón de su hermano mientras este tomaba rumbo a la habitación del menor.

-¿Entonces, cómo les fue?

-¡De locos! En Nueva York siempre hay mucha gente en todos lados. El Clan del Pie abrió una tienda de zapatos en el edificio al que fuimos, muy de mal gusto los diseños y el uniforme. -Comenzó a enumerar las cosas que hicieron-. Compramos ropa, fuimos a comer, Donnie se estuvo quejando, revelamos accidentalmente que habrá un asalto en un par de días en las joyerías del edificio, estuvimos en una persecución... ¡Ay!

El mayor detuvo su andar abruptamente y, con suma preocupación, miró al menor.

-¡¿El Clan del Pie!? ¡¿Los persiguió!? ¡¿No les hicieron daño!? ¡¿Están bien!? -Dejó enseguida las bolsas en el suelo y tomó en brazos a su hermano, inspeccionando su rostro y mirándolo de pies a cabeza buscando que no tuviese ni el más mínimo rasguño en su caparazón-. ¡¿Por qué no nos llamaron!? -cuestionó preocupado.

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⏰ Última actualización: Jul 23 ⏰

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