VIII. PRENDE EL MOTOR

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Pasan tres semanas después de esa “discusión” nadie ha dado el siguiente golpe, ni han salido cabezas volando… bueno tal vez uno que otro empleado asustado por el marcado humor de Mark, o por la tensión que hay en cualquiera de las salas en las que el par coincide.

Si no es por la indiferencia que ha tomado Donghyuck o por la mandíbula apretada de Mark al notar que este es halagado por su trabajo con los autos.

Lo que es peor es ver cómo uno u otro busca con la mirada lo que el otro hace, todo apunta que ellos son los únicos que no saben lo que sus ojos hacen, pero los empleados ya no saben cómo manejar lo que está pasando con sus “Jefes”, porque aunque a ninguno le gusta ser llamado de esa forma todos los consideran sus jefes.

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Ciertamente se que soy un poco (muy) idiota, pero él sin saberlo presiona cosas que ni yo mismo me explico, nunca me habia sentido tan voluble, ni peleando con el ex dueño de este lugar, ni con Jeno, aun recuerdo nuestra unica pelea a golpes, me sorprende que gracias a esta las cosas fluyeran mejor, posiblemente ambos lo neceitabamos… pero dudo mucho que esa sea la solución con este chiquillo…

Nunca podría ponerle una mano encima para golpearlo de esa manera, por mi mente la única forma en que mis manos lo tocan muestran imágenes totalmente distintas, Oh My God!!! ¿que soy?, ni estando en la correccional estuve tan hormonal como ahora me siento.

No comprendo porque su presencia, su carácter, su forma de confrontarme, su forma tan fluida de dar órdenes “aunque diga que no lo hace”, el cómo arregla los autos, esas manos… se ven tan delicadas, pero han demostrado ser capaces de cargar con un motor y de mucho más, tengo problemas para contenerme cuando recuerdo lo que dijo que podía hacer con sus manos… Me siento tan perdido en él y no sé, nunca me había sentido así.

Todo el es… me causa problemas para mantener el control, no se como zafarme de esto, lo intente saliendo casi diario a cualquier bar para acostarme con quien fuera, pero nadie me hace sentir como él cuando lo tengo delante de mí, cuando las veo a los ojos no me hacen querer consumirlas, acelerar sin mayor razón, simplemente me concentraba en disfrutar del momento, pero cuando estoy ligando con alguien me sabe a algo sin chiste… para mi estar caliente era sencillo, iba y me tiraba a la mujer que fuera y fin, pero ahora no me es suficiente.

Intente besar, ser más cariñoso, estar más borracho, correr con mis “ligues” en el asiento de copiloto… no funcionó, algunas lloraban porque manejaba muy rápido, a otras solo les gustaba el auto en el que iba si era caro o si se veía “bonito”, nunca las subí al Gran Torino, pero me sabía mal subirlas al auto que fuera, no me sentía cómodo, me rendí apenas ayer con la idea de dormir con alguien, no está funcionando.

Aun así tampoco funcionó tratar de hacer desistir al chico de que trabajara solo con su computadora en las oficinas, se que eso es caso perdido y yo nunca me rindo, no me gusta no tener la razón y eso solo incrementa mi mal humor y que me desquite más de la cuenta con medio mundo, Bill ya me ha reprendido en más de una ocasión por ello.

Debo tratar de mantenerme tranquilo de alguna forma, pero al parecer eso tendrá que esperar, porque lo que me dice Jeno no produce en mí tanta tranquilidad… ahora estoy más estresado.

— De qué demonios me hablas, ¿por qué debe ir otro corredor?- Trato de no levantar la voz.

— Es lo que dijeron, todos piensan que las carreras están compradas porque siempre ganas tú.- dice tan tranquilo como siempre, pero su cara se nota un poco distinta a como la vi hace un par de meses, es raro.

— Genial… yo tendré la culpa que no sepan conducir sus propios autos, son una bola de niños mimados que no soportan que les gane porque yo si se correr.

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