Capítulo 1

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Ese había sido el día más agotador de Candy trabajando en la clínica, de manera inesperada una joven mujer llegó con los dolores de labor de parto, habían sido las diez horas más angustiosas a las que se había visto sometida pero gracias al señor todo salió perfecto y había recibido a una hermosa niña.

El olor de la cena que estaba por servirse fue como recibió el hogar de pony a su amada hija. La hermana Lane y la señorita Pony con ayuda de los niños y niñas mayores se encontraban poniendo la vajilla y cubiertos para servir la cena. Inmediatamente Candy se lavó las manos y ayudó a sus madres a terminar dicha tarea. Había algo extraño en el comportamiento de sus madres, la miraban furtivamente entre los bocados, a diferencia de otras ocasiones hoy Candy era quien lideraba la plática.

Una vez terminada la cena y los niños aseados y en sus respectivas camas, Candy se dispuso a lavar y asear la cocina, cuando repentinamente la hermana Lane la tomó de la mano, y en silencio extendió un sobre. El corazón aletargado comenzó un loco palpitar al reconocer aquella caligrafía que quedó grabada en su memoria y que reconocería entre miles.

Con manos temblorosas tomó aquella misiva llevándola a su pecho.

-Anda Candy, ve a tu habitación nosotras terminamos los deberes- expresó dulcemente la señorita Pony acariciando dulcemente la mejilla  de su amada niña.

Con sumo cuidado cerró su puerta y prendió la pequeña veladora que descansaba en su escritorio.  Respirando profundamente abrió aquel sobre mientras leía aquellas palabras, gruesas lágrimas rodaban por sus mejillas, mientras quedaban grabadas en su mente y corazón aquellas cinco palabras que pondrían fin a su agonía 𝓟𝓪𝓻𝓪 𝓶í, 𝓷𝓪𝓭𝓪 𝓱𝓪 𝓬𝓪𝓶𝓫𝓲𝓪𝓭𝓸...

Aquellas palabras fueron como la primavera llegando a un árido campo de  flores que estuvo bajo el yugo de un crudo invierno.

𝓟𝓪𝓻𝓪 𝓶í 𝓽𝓪𝓶𝓹𝓸𝓬𝓸 𝓷𝓪𝓭𝓪 𝓱𝓪 𝓬𝓪𝓶𝓫𝓲𝓪𝓭𝓸... Pensaba Candy mientras se disponía a escribir su respuesta...

El día en el teatro estaba siendo fatigante, estas serían las últimas dos semanas que ofrecerían funciones en la ciudad para posteriormente, irse tres meses de gira

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El día en el teatro estaba siendo fatigante, estas serían las últimas dos semanas que ofrecerían funciones en la ciudad para posteriormente, irse tres meses de gira. La incertidumbre llenaba su corazón, pues hacia dos semanas atrás con el corazón latiendole presuroso y con manos temblorosas depositó aquel sobre con aquella carta llena de esperanzas de recibir una respuesta que ponga fin a su miseria.

Sabía que no podía exigir que sus sentimientos fuesen correspondidos después de la separación tan cruel que sufrieron, si bien su cuerpo y mente estuvieron al lado de Susana, su alma y corazón se perdieron aquella noche de invierno de hace casi ocho años.

-Receso de 20 minutos- la voz de Robert lo sacó de su ensoñación- por favor Karen presta atención a los cambios de iluminación, Terry...- se detuvo un segundo antes de continuar con un tono moderado- por favor trata de poner más emoción a tus diálogos- finalizó dándole una palmada en el hombro.

El reencuentro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora