02_Zack

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¿Quién lo diría?. El chico de la biblioteca estaba justo frente a mí y su hermana era nuestra nueva amiga. Sinceramente es muy atractivo, de los pocos chicos que te hacen querer tener un hijo con ellos. Pero yo ya tenía un padre para mi futuro hijo. Adam.

Él ni siquiera me mirava, pero yo ya llevaba rato mirandolo. No mirandolo, sino pensando. Pero cualquiera pensaría que estaba babeando por él como toda una chica hormonal. Aunque cualquiera se daría cuenta de que ya alguna que otra chica le había puesto el ojo desde otra mesa.

La verdad, para mí es como todo un chico normal, atractivo, pero normal. Estaba todo de negro como la última vez que lo ví, al parecer era su color favorito. Ahora si podía ver sus ojos cafés, muy llamativos. Se veía como una persona muy introvertida o reservada. Su expresión era  completamente neutra, muy frío diría yo. Tenia curiosidad sobre lo que había detrás de ese lindo rostro.

El chico, o como su hermana dijo que se llamaba, Zack, nos dió una sonrisa, claramente fingida, para luego dirigirse a su hermana.

—Cuando termines me buscas —dijo él, todavía muy serio.

—¿Por qué no te quedas?  —miré a Clara extrañada una vez oí lo que dijo.

¿A caso se volvió loca? como va a invitar a un chico que ni siquiera conoce a sentarse junto con nosotras, que además tiene semejante cara de culo como si le cayera mal medio mundo, incluyéndonos a nosotras, claro.

Dí que no, dí que no, dí...

—Bueno, si insistes —dijo el chico de una manera ¿arrogante? y con esa sonrisa fingida, otra vez.

Ni te insistió, pedaso de...

Ok, tenía que calmarme, si no me notaba no tendría que dirigirle la palabra. Solo tenía que quedarme allí y no volver a decir una palabra.

Y te preguntarás ¿Por qué no quieres hablar con él si ni siquiera lo conoces?

Pues es muy simple, no quiero complicarme la existencia y eso es lo único que haría si le hablaba, por la simple razón de que los chicos guapos lo único que traen es problemas, si te enamoras de ellos está claro que no volverás a tener estabilidad emocional.

¿Por qué me enamoraría de él? simple, es guapo, parece todo un fuckboy de libro, tiene un aro en la nariz y eso me gusta mucho, además lo vi en una biblioteca, con un libro en la mano y esas son muchas razones por las que me podría gustar.

Si conversaba con él ahora y me hablaba sobre algún tema que me gustara mucho, caería completamente y yo no soy así.

Por eso es mejor no hablar con Zack.

Y es que sí, soy muy paranoica, pero que esperas, si es lo que siempre pasa, la chica se enamora y el chico se olvida de su existencia después de que consigue lo que quiere. Ya sabrás tú de que hablo.

—¡Oye!

Volví a la realidad después de quedarme disociada pensando, como siempre hago. Todas las personas en la mesa tenían su vista puesta en mi.

Bonita manera de que no te notaran, Harper, muy bonito.

—¿Yo? ¿Qué?

—Te estaba diciendo —empezó Clara, remarcando cada palabra—, que Zack también lee.

Ok, me estaban mirando y yo todavía estaba pensando. Sabía que Zack leía, lo vi la otra vez en la biblioteca, pero no lo iba a decir.

—¿Ah, si? No lo sabía.

Claro, estúpida, como ibas a saberlo si ni lo conoces.

—¿Cómo te llamabas? ¿Hasley? —dijo el tal Zack dirigiéndose a mi.

Ok, esto ya es personal. Hasley tu...

Cálmate Harper, cálmate.

—Harper —le corregí—. ¿Y tú eras? ¿Jack?

Me reí mentalmente, toma esa, Zack. No merecía que me acordara de su nombre, si el ni siquiera se sabía el mío. Porque, vamos ¿De Harper a Hasley?. Ni siquiera son parecidos. Tal vez un poco, pero no para confundirlos.

—Zack —volvió a sonreír, aunque yo sabía que no era una sonrisa genuína—. Te quería preguntar, ¿cuál es tu género literario favorito?.

—No tengo uno favorito, leo de todo, aunque me gusta más todo lo que tenga que ver con romance.

El sonrió de lado, la verdad, tenía una sonrisa muy linda, se le marcaban unos hoyuelos hermosos. Sacudí mi cabeza, ¿qué estás pensando Harper?.

Miré a nuestro alrededor, las dos chicas en nuestra mesa nos miraban expectantes, como esperando para ver con que salíamos ahora.

—Interesante —dijo el chico, refiriéndose a lo que le había dicho.

—¿Y tú? ¿Qué género te gusta? —alcé una ceja.

—Fantasía.

Predecible.

Vi que entreabrió los labios para volver a hablar pero los cerró inmediatamente cuando un teléfono sonó, anunciando una llamada entrante. Metió su mano en el bolsillo de su jean y sacó el aparato que reproducía la música.

—Lo siento, me tengo que ir, es importante.

Dijo el chico para luego pararse de la silla y alejarse mientras contestaba la llamada. Sin dudas era un chico muy extraño.

—¿Qué les pareció mi hermano? —habló Zadín con una sonrisa en sus carnosos labios.

Obviamente, no le iba a decir que su querido hermano me parecía un arrogante, extraño, con moral cuestionable y para colmo con cara de "ni se te ocurra hablarme porque es posible que mueras en el intento".

No iba a decirle eso.

—Me perece muy agradable —dijo mi mejor amiga, le agradecí mentalmente que hubiera hablado ella primero.

—Parece un chico muy reservado —fué lo único que logré articular.

No dije nada que no pensara, él se veía así, por lo que decidí decir eso antes de todo lo que pensaba.

—Lo es, pero una vez que lo conoces es una persona totalmente diferente —nos aseguró la chica—, creeme, es mi hermano, lo tengo que aguantar todos los días y no es algo que me guste mucho.

Las tres nos reímos a la vez. Zadín era una chica muy linda, todo lo contrario a su hermano, no siendo así en apariencia, ya que los dos tenían unos rostros muy parecidos.

Luego de unos minutos nos movimos de allí para los asientos del patio, donde pasamos el restante tiempo que nos quedaba en la escuela.

Compartimos más con Zadín. hablamos sobre sus gustos y ese tipo de cosas triviales. Su color favorito era el rosa, no le gustaba mucho leer ya que desde pequeña presentó problemas en la vista, cosa que le impedía utilizar mucho los ojos para algo como leer, aún asi no era como si no pudiera hacerlo, solo que no le gustaba; era un poco extrovertida, pero no mucho y le gustaba salir de vez en cuando.

De verdad esa chica es muy diferente a su hermano.

¿Por qué sigo pensando en su hermano? Tengo que empezar a dejar los rencores de lado. Pero es que ¿Cómo se le ocurre confundir Harper con Hasley?

Vale, tengo que superarlo.

Acordamos con Zadín que nos veríamos mañana en la escuela y saldríamos un rato por la tarde para mostrarle el lugar. Me había caído muy bien y Clara pensaba lo mismo. Así que decidimos que podría ser nuestra nueva amiga, según como se dieran las cosas.

Las horas de escuela acabaron y debíamos ir para nuestras casas. Me despedí de Clara y Zadín, ya que vivíamos en diferentes direcciones y no podíamos irnos juntas.

Tomé el camino en dirección a mi casa y empezé a caminar mientras pensaba en todo lo que había ocurrido en el día.

Y apenas era el primer día.

¿Qué me esperaba para el resto del curso?

MariposasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora