La confianza entre Amores (T2)

3. En el hospital

Me había despertado en este lugar que tanto odio. Me dolía la pierna. No me podía mover a penas pero a mí lado estaba mi hermano Steven. Se le notaba preocupado por la situación. Me daba pena que, por un descuido mío, tuviera esa cara. Me miraba constantemente y cuando abrí los ojos se sorprendió.

- ¿Qué te ha pasado? ¿Cómo te has caído? ¿O te han empujado? - me dijo sin respirar apenas.

Eran tantas preguntas que no sabía por cual empezar. Él notó que estaba nerviosa y paró de hablar. Ahora me tocaba a mí. Cogí aire y muy despacio le expliqué hasta lo último que recordaba.

- No lo sé. Solo, le iba a dar al balón y sentí como que algo o alguien me empujaba. Pero creo que solo a sido un descuido mío. Nada más. No te preocupes.

Se le notaba más tranquilo cuando le conté esto. Pero sabía que estaría a la defensiva durante un tiempo. Para que no me ocurriera otra desgracia.

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Cuando llegamos a casa, eran las 23:57. Mañana era mí segundo día de Instituto y no quería llegar tarde. Esa caída me la había jugado pero bien. Mientras me duchaba pensé en lo ocurrido: Por un lado pensaba y le había hecho pensar a mí hermano, que había sido un descuido mío. Pero por otro, pensaba en el tacto que había sentido de algo o alguien empujándome para hacerme caer. Cuando salí de la ducha, me puse el pijama y me tumbé en la cama. Cogí el celular y escribía a Cadrien para contarle lo ocurrido.

Hima: Hola amor :(

No tardó en responder.

Cadrien: ¡¿QUÉ HA PASADO?!

Hima: Me he caído pero pienso que alguien me ha empujado por la espalda.

Cadrien: ¿Pero, estás bien? No me asustes.

Hima: Si, estoy bien. Mañana iré con escayola al Insti pero ya se me pasará.

Cadrien: Mañana voy a tu casa y te acompaño.

Hima: Gracias mi amor.

Cadrien: Bueno, acuéstate ya que es tarde.

Hima: Tienes razón. Buenas noches.

Y dejó de escribir. Estaba muy contenta. Tenía un novio que se preocupaba por mí. Y eso es lo que todas queremos. Solté el celular y me acosté. Me dormí tan rápido que ni si quiera me di cuenta.

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Al día siguiente, Steven, me trajo una bandeja con el desayuno. Yo se lo agradecí pero le dije que no tenía por que.

-  No deberías moverte tanto. Creo que hoy no iras al Insti. Yo me quedaré aquí contigo por si necesitas algo.

- Pero Cadrien va a venir a buscarme. Llegará tarde.

- Pues escríbele YA -  me dijo mientras salía por la puerta.

Rápidamente, cogí el celular y escribí a Cadrien. No sabía como iba a reaccionar, pero esta decisión no la había tomado yo. Había sido mi hermano. Cuando me contestó, me dijo que se quedaría conmigo en casa. Yo le dije que no hacía falta. Que fuera al Instituto para que siguiera con sus estudios. Me dijo que no. Yo lo dejé. Que hiciera lo que quisiera.

Al rato, llamaron a la puerta y supuse que era Cadrien. No acerté. Era un doctor. Llevaba gafas cuadradas y tenía los ojos claros como la miel. Pelo de punta castaño y era blanco como la nieve. Era joven y muy guapo. No sería de mi edad pero me enamoré al instante. Por un momento pensé en Cadrien y quité ese pensamiento de la cabeza.

- Muy buenos días, señorita. ¿Usted se llama...? - me dijo con curiosidad.

- Hima, me llamo Hima - le dije aún embobada.

Durante un rato, me examinó el tobillo. Me dijo que dentro de una semana estaría bien y podría seguir yendo a clases. Cuando se fue, volví a escuchar la puerta. Este debía ser Cadrien. Otra vez me equivocaba. Era mi madre. Se había enterado de lo ocurrido pero le dije que estaba bien. Me dijo que debía ir a a hacer la compra y luego a sacar dinero del banco. Cuando se fue, a los 5 minutos, llamaron a la puerta otra vez. Esta vez si que era Cadrien. Se sentó en mi cama y vi que traía mis patatas favoritas.

- Hola mi amor. ¿Estás mejor? - me dijo un poco preocupado.

- Si estoy bien. No te preocupes - le dije para tranquilizarlo.

- Vale. Le he dicho a tu hermano que se vaya a la Universidad. Que yo me quedaría aquí contigo.

Me quedé más tranquila. Él me daba todo lo que necesitaba.  Y me inspiraba tranquilidad. Así no me sentía sola.