Platicas, risas y ranas de chocolate

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Me aparezco en Hogsmeade y cientos de recuerdos de mi época escolar me invaden, bien podría ir a una dulcera muggle, pero se honesta mente prefiero no hacerlo, prometo que no lo hago por mis prejuicios,enserio ya los he dejado atrás, pero simplemente son mejores éstas golosinas.

Entro a Honeydukes y una sonrisa se me escapa al pensar en aquellos tiempos que pasaba en el colegio con Lucius detrás de mi regalándome caramelos con algún pretexto.

Los estantes se encuentran repletos de varios tipos de golosinas, no es que sea yo quien los comerá, pero especialmente esta semana es más que necesario tener un buen arsenal de dulces en casa, así que comienzo a curiosear entre los dulces, eligiendo los más seguros.

Tomo un cesto y comienzo a llenarlo tomo varios calderos de chocolate,babosas de gelatina, plumas de azúcar (mis favoritas), sapos dementa, calaveras de chocolate, cubitos de coco cubiertos con helado y bolas de chocolate. cuando creo que ya es suficiente me dirijo adonde se encuentra el encargado de la tienda, coloco mi cesto encima del aparador y dirijo mi vista a la parte de abajo de este, visualizo una cajita con ranas de chocolate cuya decoración es de los colores verde y plata.

El verde y el plata son colores muy presentes en mi vida desde mi ingreso a la casa Slytherin en mi temporada de estudios en Hogwarts,sin embargo ver estos dos colores precisamente en una cajita de ranas de chocolate me parece un detalle con mas significado del que cualquiera pueda darle, cualquiera pensaría que es por que fui una Slytherin en todos los sentidos, pero más bien tiene que ver con un recuerdo personal de un día de los enamorados.

flashback

Dia de los enamorados, toda Slyterin que se respete tiene que tener una cita, hasta mi hermana Bellatrix tenia una cita, yo no, y no es que necesite una o que no pueda conseguirla, sino todo lo contrario a lo que podrían creer, no estaba interesada en ninguno de los chicos queme habían invitado a Hogsmeade, así por primera vez en mi vida dejaría la superficialidad de lado.

A pesar de que Lucius me gustaba desde primer grado siempre pensé que no estaría interesado en mi, y no es por que yo no fuera bonita,sino por que a él le preocupaba más ser el mejor de la clase que tener citas con chicas, aunque tampoco se las negaba. Hacia algún tiempo que Lucius Malfoy no lograba salir de mi cabeza, desde aquella vez del perfume me quedo una sensación extraña en el estomago, me ponía nevosa en su presencia y procuraba no hacerlo notar, Lucius,el chico perfecto Slytherin, apuesto y perseguido por muchas mujeres.

No es que yo no creyera en mi belleza, por que esa siempre la he tenido en cuenta desde que tengo memoria, y la verdad es que soy de las chicas mas guapas de Hogwarts, así que no es que dudara mi capacidad de obtener la atención de Malfoy, es solo que seguro esta atendiendo una cita con alguna chica que le ha pedido compañía este día, y el quizá acepto por pura cortesía obviamente, suelto un suspiro depura resignación y me siento en el sofá de la sala común, tomo un libro de la mesa de centro y comienzo a hojearlo distraída, sin leer pero con clara intención de evadir preguntas incomodas de por que no me estoy arreglando para ir a Hogsmeade.

-¡Hey!-me llama la conocida voz de mi hermana Bellatrix-¿no piensas salir hoy?- pregunta sentándose junto a mi con su habitual falta de modales, se desparrama y sube los pies al respaldo de él sofá,recargando su cabeza en mi regazo.

-no lo se, aún lo estoy pensando, ya sabes aún no me ha invitado alguien digno de mi compañía- respondo quitando los despeinados cabellos del rostro.

-valla valla!! nadie digno de la pequeña Black la ha invitado, ni ese chico que tanto te gusta?, el prefecto Malfoy no?- alza una ceja, ruedo los ojos y hago un gesto de indiferencia.

Memorias de Narcissa Black de MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora