harry potter reaccionando a muertes de niños¿[Pausada]?

six

El Gran Salón de Hogwarts bullía con el murmullo de cientos de estudiantes. Los ojos curiosos y preocupados buscaban entre la multitud, pero Harry Potter no estaba por ninguna parte. Los susurros crecían, tejiendo teorías y rumores. "¿Cobarde?", decían algunos. "¿O quizás algo más siniestro?", se preguntaban otros.

Los profesores y directores se mantenían al margen, sus rostros tan serios como las antiguas piedras que rodeaban el salón. La tensión era palpable, como si todos presintieran que algo estaba a punto de suceder.

Y entonces, sin previo aviso, el Cáliz de los Tres Magos, situado en el centro del salón, comenzó a brillar con un fulgor amarillo intenso. Los estudiantes retrocedieron, algunos con miedo, otros con asombro. Los más valientes se quedaron, observando con cautela el espectáculo.

Con un estruendo que resonó por todo el castillo, el cáliz explotó en una luz cegadora. Todos cerraron los ojos instintivamente, protegiéndose del destello. Cuando la luz se disipó y los estudiantes abrieron los ojos, una caja marrón normal y corriente flotaba en el lugar donde antes se encontraba el cáliz.

La confusión se apoderó del Gran Salón. "¿Qué es eso?", "¿Qué ha pasado aquí?", "¿Dónde está el culpable?". Las preguntas volaban de un lado a otro, pero nadie tenía respuestas.

Los profesores se acercaron a la caja con precaución. La directora McGonagall, con un gesto decidido, extendió su mano y la caja descendió suavemente hasta sus brazos. Con manos temblorosas, abrió la tapa y miró en su interior.

Lo que vio dentro hizo que su expresión severa se suavizara. Se giró hacia los estudiantes y, con una voz que llevaba un matiz de sorpresa y alivio, anunció: "Parece que Lady Magic nos ha dejado un misterio más para resolver. Y creo que juntos, como una verdadera comunidad de Hogwarts, encontraremos las respuestas".

El Gran Salón estalló en un torbellino de conversaciones mientras McGonagall cerraba la caja con cuidado.Lady Magic había demostrado su existencia, sí, pero había dejado tras de sí un enigma que uniría a todos en su búsqueda. Y en algún lugar, oculta en las sombras, ella observaba, sabiendo que su próximo movimiento sería crucial en el juego que apenas comenzaba.