Otra Vida, Otra Oportunidad

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Capítulo 2 - Dinero

Ha pasado una semana desde que comencé con esta nueva vida. Al principio, pensaba que me encontraba en una pequeña cabaña, pero resultó ser un palacio con un aspecto muy anticuado. Además de Hanni, había algunos guardias y otras empleadas, así que no estaba completamente abandonada en un lugar desolado.

Al principio no salía de la habitación, pero poco a poco me fui adaptando, aunque era aburrido sin tener Internet ni poder salir a diferentes lugares. Aunque Lilibeth era muy solitaria, tenía un amigo de infancia que tuvo que irse con su familia a otro reino extranjero porque les iba mal. Eran una familia noble, pero todos sus negocios habían fracasado, así que estaban en bancarrota.

Hoy el día está muy lindo, con muchos pájaros y el sol en su punto. Hanni me dijo que cerca de aquí hay un pequeño pueblo que me da curiosidad por visitar y conocer más sobre esta cultura, aunque no podré ir sola.

Aunque mayormente pasaba comiendo y leyendo, hoy quería hacer algo nuevo. Hice sonar mi campana y luego de un rato, Hanni estaba en mi habitación.

"Hanni, ¿qué te parece salir?" - le mencioné mientras comía una galleta.
"Disculpe, señorita?" - me miró sorprendida.
"Sí, quiero salir. Quiero ver qué hay más allá de todos estos árboles" - le dije mientras señalaba aquellos grandes árboles.
"Pero señorita, a usted no le gusta estar rodeada de gente plebeya, además su padre, el gran Duque, le prohibió que salga" - habló.
"Oh, uno cambia de gustos, ja ja ja. Es cierto, pero él me exilió de este pueblo, así que no veo nada de malo en querer salir y ver sus alrededores" - reí nerviosamente. Había visto todos los recuerdos de Lili, pero ella era completamente diferente a como yo actuaba, así que se me complicaba actuar como ella. Aunque sus modales estaban intactos, ocurrían naturalmente.

"Está bien, señorita, ya le voy a preparar su vestido" - inclinó y ya estaba dando la vuelta para irse.
"Espera, Hanni, quiero algo sumamente sencillo. No quiero llamar la atención" - su cara de sorpresa volvió a aparecer.
"Lo que usted desee, señorita. ¿Desea algo más?" - negué con la cabeza. Hanni salió y yo volví a comer mis galletas.

Luego de unos minutos ya me encontraba saliendo de aquel palacio en un carruaje. No estaba sola, estaba acompañada de Hanni y un escolta de aspecto rudo llamado Lucas.

Las calles estaban repletas de gente alegre y bulliciosa, niños correteaban entre risas y los negocios lucían animados. Era un lugar vibrante y espléndido, muy diferente a la quietud del palacio. A medida que exploraba el pueblo, me di cuenta de la riqueza cultural que lo impregnaba. Las tiendas exhibían productos artesanales únicos, desde tejidos coloridos hasta cerámicas elaboradas. Los aromas tentadores de la cocina local llenaban el aire, invitándome a probar sabores nuevos y exóticos.

"¿Qué tal si comemos algo?" - pronuncié. Aunque estaba con compañía, también me sentía un poco sola ya que era la más emocionada por la salida además  como es hora de comer, es un buen momento para tener una agradable charla.

"Como usted diga, señorita, voy a buscar un restaurante apropiado" - cuando Hanni estaba a punto de dar vuelta, sostuve su mano y mencioné - "Quisiera comer ahí" - señalé una pequeña carpa que estaba en medio de la calle. Su olor era increíble, así que quería probar la comida de tal lugar.

Nos dirigimos y el lugar estaba casi lleno, así que nos sentamos en una de las mesas, a esperar que nos atendieran. La vista era sin duda buena, me acordé de mis días de aprendiz. A veces comía en puestos callejeros cerca de mi edificio.

"¿En qué le podemos ayudar?" - se nos acercó un chico de buen aspecto, parece tener unos veinte años.

"Queremos lo mejor de la casa" - le dije con una gran sonrisa. Alcé la mirada y me fijé en un leve rubor aparecer en sus mejillas.