Quinto capítulo "QUE"

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“Las melodías ayudan a calmar las bestias”
Sigo mirando hacia el techo mientras las manos más tiernas acarician mi cabeza, es extraño estar tranquilas en una casa tan peligrosa, hemos estado aquí durante 3 meses y en esos 3 meses, el señor Nikolai solo a estado en 2 meses mañana cumpliremos un mes desde que el se fue, a sido tranquilo no verlo. Mientras mi madre acaricia mi cabeza, imagino como sería estar en nuestra casa y vivir una vida normal sin todo esto, durante el transcurso de estos meses he hecho todo lo posible para que mi madre no supiera en el peligro que yo me metí y que lastimosamente la involucre a ella.

Mi teléfono suena eso me alarmó muchísimo de que el ya volviera nuevamente, observo y es un compañero de trabajo que me está llamando. Contesto la llamada mientras voy a otra habitación.

-Hola- se escucha esa voz tan familiar, muchas veces me correspondió trabajar con el. -Amelia que sucede, tiempo sin saber de ti, ¿dónde has estado? Lia me haces falta –

-Hay no hables así Thiago- río – me ofrecieron un trabajo en otro lugar, y esto si me ayuda a pagar los medicamentos de mi mamá- digo para que no se escuche lo mentirosa que soy

-No podías llamar- sonrío – o avisar, me hubiese gustado haber escuchado el Thiago me voy, te quiero – se me escapa las risas acompañadas por lágrimas.

-Eres todo un loco, me haz hecho llorar y reír al mismo tiempo – doy vueltas por la habitación, escucharlo a el contarme las cosas chistosas que sucedieron en la empresa, el es el alma de la empresa el pelea mucho con lo jefes pero es el más querido.

-Pero cuéntame, cómo te va es un trabajo mejor, por lo que me dijiste te pagan bien para cuidar a tu mamá-

-Si, es un buen trabajo- mi teléfono comienza a cortarse  o la llamada se ve interrumpida. – me escuchas, Thiago  oye Thiago.

Se colgó, ¿que sucedió? No entiendo porque se cortó la llamada. Reviso mi celular y sale un icono de bloqueo.

-¿Qué pasó? No entiendo – trato de desbloquear mi celular – que pasó.

Alguien entra al cuarto en dónde estoy
-El señor Nikolai quiere que vaya a dónde el está-

-¿Qué?

-Si tomarás el barco para llegar a dónde el está.- extiende un vestido rojo y con una mochila con otra ropa- dice que se ponga el vestido rojo con las zapatillas la otra ropa es para después no la olvide.

Voy al cuarto de mi madre antes de cambiarme a decirle que iré a limpiar a otro lado.

-Hija no es extraño que vayas a limpiar a otra parte, si es en esta casa que debes limpiar.

-Mama no sabría cómo explicarte, pero debo ir quédate aquí no hagas nada, vendré cuando termine.

Me voy a unas habitaciones mes alejadas de la casa, para cambiarme e ir como el quiere, solo eso no me peinaré ni me maquillaré.

Subo a la camioneta, nos vamos alejando de esta mansión. Durante el viaje miraba por la ventana es tan largo observo a todas partes cuánto falta. En un momento del viaje me dispuse a observar la mochila que me dieron, la abro y veo artículos de limpieza con una  blusa larga y un pantalón licra. Respiro profundo Amelia tienes que relajarte, son muñecos manchados de rojo. Trato de decirme eso para estar tranquila.

Llegamos al puerto y hay una pequeña lancha. Subo en ella y conmigo suben 2 hombres más, pero ellos van atados de pie a cabeza bien amarrados. Verlos en esta misma lancha me hace pensar, que yo estoy igual que ellos, aunque físicamente no tengo cuerdas que me aten, estoy atada a este hombre. La lancha comienza a avanzar, creo que no estoy hecha para viajar en barco estoy muy mareada, me siento tan mal que no me agrada ver cómo el día se convierte en noche.  Llegamos a un gran yate la verdad que esto es grande, me ayudan a subir la verdad me estoy agarrando las ganas de vomitar, al caminar voy de un lado a otro.

Se llevan a los 2 hombre para la parte de abajo, mientras a mi me llevan para arriba. Al llegar lo veo a el recostado en un sillón con un vaso de vidrio con alcohol, el está con el cabello mojado en si está sudado.

-Amelia, Melia, Lía – me mira y sonríe- espero que el viaje halla sido hermoso mira que te traje para que veas el atardecer. ¿Te gustó?

No puedo ni hablar sigo mareada trato de agarrarme de algo.

-ooh, alguien está mareado- se ríe a carcajadas- al principio es así ya después te acostumbras.- se levanta y se acerca a mi – estás lista es hora de comer – dice eso y me lleva con el a sentarnos, hay una mini mesa con unos cojines.

Nos sentamos y había muchas cosas ahí pero solo había un plato el comienza a comer yo solo miro como come, me da mucha hambre, pero a la vez me da más ganas de vomitar. Todo se está oscureciendo afuera se ve como a lo lejos está la civilización.

-Como fue estos meses sin mi- dice eso mientras usa un cuchillo para picar la carne.

-Bien-  no se que decir solo lo obvio- Mi mamá está mejor gracias a los medicamentos.

-Claro si tú haces un buen trabajo- muerde la carne- ella recibe el mejor trato- toma la botella de vino- pero si haces algo mal, ella no vive- se para y se acerca a mi - ¿Quieres vino? – me comienza a bañar con el vino.
De mi sale un grito suave de asombro esta bien frío. Sin mencionar que la noche es muy fría y más en el océano.

-Vamos tenemos que trabajar- dice eso y se acerca ala puertas – Ha se me olvida algo. – regresa a la mesa y agarra el mismo cubierto con el que cortó la carne.

Caminamos hasta la parte de atrás donde están los 2 hombres que venían conmigo, seguían atados pero está vez estaban bañados en sangre.

-Dile a tu jefe que no me gusta jugar a las escondidas- habla con el hombre a la izquierda - que sea un macho y que se entregue o quedará como tu- señala al hombre de la derecha mientras lo mira agarra el cubierto que uso para la carne y le agarra la lengua a de la derecha y comienza a cortarla

-No que hace por favor – dice el de la izquierda, el hombre de la derecha da gritos de dolor, mientras Nikolai corta comienza a mancharse de sangre.

-Toma este es el recuerdo de tu amigo, te recomiendo que lleves bien cuidada la lengua de tu amigo a tu jefe- comienza a reír y todos se ríen la verdad no puedo seguir viendo voy a uno de los lados de este barco y comienzo a vomitar no aguanto más esto.

Escucho un disparo y comienza a sonar música clásica como instrumental, se enciende la lancha que me había traído y solo veo como se aleja de nosotros.

-Amelia Melia Lía ven – Nikolai llamándome. La verdad que eh comenzado a odiar mi nombre, solo por escucharlo a el. – lo que te corresponde a ti – dice sonriendo. – eres especial ¿Sabes? - se sienta en el suelo la verdad verlo sonreír con la cara y el cuerpo lleno de sangre me provoca muchas más ganas de vomitar. Y es lo que hago.

Vómito encima de la sangre, en verdad me siento muy muy mal, no puedo soportar esto.

-No puedo, por favor - digo ya si ganas de moverme.

-No me importa, como estés viniste a trabajar.- dice eso y me mira - o no fue eso lo que le dijiste a ese muchacho como es el nombre - chisquea los dedos - Thiago - rie - un quieres un compañero de limpieza o mejor aún, limpiar su sangre- rie a carcajadas- la segunda opción es la mejor esa será - se levanta y antes de irse me mira - gracias por darme una nueva víctima limpia todo.

Comienzo a llorar y temblar, todo me sigue dando vueltas a como puedo termino de limpiar sigue esa música maldita música porque este tipo de música. ¿Por qué a mí?

Las cosas que tengo que limpiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora