Nicolás Williams, es... cerrare un momento los ojos, y traeré a mis pensamientos su belleza casi, casi asfixiante, sus ojos azules dominantes y fríos es lo primero que viene a mi mente, seguido de sus rizos rubios y sonrisa ganadora, todo un típico niño americano, el campeón de papá, el consentido de mamá y el cabronazo más grande. Alto, jodidamente alto y con cuerpo que haría pensar mal y sonrojarse hasta las puritanas monjas del convento que quedaba a pocas cuadras de su preparatoria.
Pero, aunque dicen que el dinero no da la felicidad, no hay nada en este mundo que él no pueda tener, o al menos nadie le ha negado nada. Una familia rica, unos padres cariñosos, amigos y un sinfín de mentiras que esconde debajo de su fachada de niño perfecto son las cosas que poco a poco empiezan a desmoronarse con la llegada de la chica que le robara el aliento con una sola mirada. Enamorarse no es fácil, y más cuando tienes más secretos que el área 51.
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