Hasta el ultimo gramo de mi alma.

DENTRO DE MI ESTÁ ÉL

Dios, no se ni por donde comenzar, y es que al parecer mi ego está muriendo con cada segundo que pasa de esta semana, entre el lunes 10 y el domingo 16 de junio mi vida ha entrado en un trance, en una bifurcación tan profunda, que me estoy deshaciendo de toda limitación, y la verdad me lo estoy quitando todo: el placer, el contacto humano, las emociones guardadas por otra alma y mis apegos tanto emocionales como materiales. Estoy de muchas maneras disolviendo la ilusión de mi identidad y el engañoso sufrimiento en el que mi mente ha trabajado tanto para mantenerme preso de mis creencias inconscientes, también puedo confesar que en realidad mi ser no ha encontrado consuelo espiritual más que en Dios, y aunque aún no vuelvo a salir de esta fosa oscura y deprimente, desde este suelo metafísico internamente tengo fe de que volveré a nacer, solo estoy aprendiendo el bello arte morir antes de poder decir que aprendí a vivir estando vivo, porque sinceramente todos estos años que he estado vivo, me había faltado el valor necesario para que mente le dejara de temer a la muerte, a soledad y a vivir siendo un don nadie. Quizás vivir en verdad, en honor al propósito con el que fuimos enviados significa simplemente estar presente en el ahora, el único momento que tenemos, experimentando el principio y el fin eternamente en nosotros mismos cada segundo, ilusos pensando que la creación de Dios es comprensible para nuestras diminutas inteligencias, pero me ha visitado un esperanzador pero desgarrador despertar que ha tocado mi espíritu, mi mente y corazón, mostrándome que no necesito nada para gozar ser en amor con mi padre, el creador principal, la causa primera, aquel que es y todo lo contiene, y que nunca me deja solo.

No tengo palabras suficientes para describir algo si quiera parecido a lo que siento cuando estoy en plenitud dejándome caer rendido ante Dios, el todo, la consciencia universal que todo lo ve, que todo lo sabe, que todo lo ES. Por lo que honestamente ni hoy ni nunca podré o tendré la capacidad mental e individual de imponer mi percepción expresada en versadas prosas lingüísticas , ya que, inteligencia no es igual a sabiduría, y ni por más conocimiento que haya obtenido o acumulado, no servirá de nada si me tendré que atar a solo una forma de entender la vida, porque nadie es dueño de la verdad, la luz no necesita de un testigo y la oscuridad no necesita de un juez, solo la consciencia infinita de Dios es capaz de ofrecernos y regalarnos todo esto que llamamos vida, por ende, mentalmente no puedo más que sino comprometerme ha decidir estar en el ahora, amando, vibrando, siendo, enseñando y aprendiendo, eternamente.

Hasta volver a ti DIOS. [...]