Vínculo de Relaciones

Capítulo 89

Después de que Kang Ji Seok se fuera, pensé que pasaría el resto del día en el coche hasta bien entrada la noche. Woo Seo no había borrado su aplicación de localización, lo cual sabía muy bien, pero eso no significaba que pudiera entrar y encontrarlo sin más. Mire hacia el edificio donde estaría Woo Seo y pensé en dejarle un mensaje, diciéndole que no se saltara la cena y que comiera bien.

Entonces, cuando su reacia madre volviera a casa, Woo Seo, que estaría de los nervios, saldría de casa por su propio pie.

'O tal vez se desmaye allí y la ambulancia llegue primero.'

Si Woo Seo es testarudo y al final no me encuentra y acaba en el hospital, no tendrá más remedio que ponerse en contacto conmigo. Un simple examen en el hospital revelaría rápidamente que sus dolencias físicas son el resultado de no dormir lo suficiente con su compañero en el anillo.

'Es mejor verlo antes de que eso ocurra....'.

Mientras pensaba en esto, vi a alguien que salía de la entrada del edificio. No tuve que acercarme a él para darme cuenta de que era Woo Seo.

Al salir antes de lo que esperaba, Woo Seo aún parecía agotado, con los hombros caídos mientras se alejaba. No estaba visiblemente tambaleante, pero la forma en que caminaba con una mano en la cabeza le hacía parecer peor de lo que estaba. Al menos fue capaz de mantener la cordura cuando se encontró con Kang Ji Seok. Esto parece mucho más difícil ahora que antes.

Salí del coche cuando le vi entrar en un estrecho callejón junto al edificio. Le seguí en silencio, sin dejar de mirarlo.

Se llevaba la mano a la frente como si el dolor de cabeza no fuera a desaparecer, las piernas le flaqueaban tanto que tenía que agarrarse a la pared para caminar y sus hombros se movían lentamente al compás de su respiración entrecortada.

Quería extender los brazos y abrazarlo, aunque sabía que tendría que esperar a que me encontrara primero, pero deseaba que dejara todo eso a un lado y durmiera un poco.

Mi cuerpo, que parece haber empequeñecido mucho en sólo unos días, se siente como si estuviera en peligro de derrumbarse en cualquier momento, lo que me impacienta aún más.

Saqué un cigarrillo para calmar mi estómago y me lo llevé a la boca. Enciendo la punta del cigarrillo e inspiro, sintiendo cómo el acre humo asciende por mis vías respiratorias y llega a mi cabeza en lugar de a mis pulmones. El humo alivia mi punzante dolor de cabeza y empieza a aclarar mis pensamientos. La impaciencia que me hace querer ignorar las palabras "espera" va remitiendo poco a poco.

Caminé un buen trecho y terminé mi cigarrillo, pero aún quería otro. Pensé que el humo áspero me calmaría y me haría esperar un poco más.

Por desgracia, mi último cigarrillo lo había fumado hacía un rato. Me arrepentí, pero también me alegré de haberlo hecho. Sentía que si seguía apoyándome en el humo, me relajaría demasiado y la distancia entre nosotros no se reduciría. Me pregunté por qué estaba tan ansioso ahora.

Pensé para mis adentros: "Ya me he decidido".

Arrugué el paquete de tabaco vacío y lo tiré, y mis pasos se hicieron cada vez más rápidos. La distancia que nos había separado era ahora de sólo dos o tres pasos, e incluso eso se estaba cerrando. Si Woo Seo miraba hacia atrás, no habría forma de evitar la confrontación, pero no dejé de caminar.

A diferencia de mí, su paso se iba ralentizando poco a poco, no porque sintiera mi presencia, sino porque estaba distraído con otra cosa.

Woo Seo levantó la mano y miró algo: su teléfono móvil, un tema ante el que apenas podía componerme.