•Capitulo.2•

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[Vulnerabilidad y... ¿Amistad?]

Nix siguió a Maurice, sin embargo, al llegar a donde estaban los guerreros simios, sintió la mirada de casi, por no decir de todos, los simios sobre ella.

Instintivamente bajo la velocidad y se oculto un poco detrás de César, ya que era el único con el que no se sentía tan incómoda. César noto esto y le dio unas palmaditas en el hombro para después atraerla un poco más cerca de él mientras seguían caminando, tratando de que Nix se relajará, lo cual funcionó un poco, ya que la pelinegra ya no estaba tan tensa.

Cuando llegaron a un lugar seguro, Nix habló.

—¿Y en qué te puedo ayudar?—Pregunta ella mientras se estira un poco.

—Tu quedate. Te diré cuando necesite—Responde César con seriedad, cosa que a Nix no le gusto.

—No vine hasta acá para quedarme sentada aquí, voy a ayudar en lo que se-...—Dijo la pelinegra molesta.

Pero César la sujeto del brazo, era un agarre firme pero no tanto como para llegar a lastimarla.

—Dije, quédate... no discutas, esto. una orden—Ordeno el rey simio con firmeza dándole una mirada severa y penetrante a Nix.

Ella retrocedió y se sentó en una viga que estaba en el suelo a regañadientes, se sentía como una niña regañada por su padre.

Cuidala por favor, que no haga nada imprudente.—Le pidió César a Maurice.

El orangután asintió y se sentó en el suelo al lado de Nix, después de que César se fuera a ayudar a los simios, la chica resoplo con molestia mientras recargaba su cabeza en sus manos.

Todo quedó en un silencio incómodo entre el orangután y la niña, sin embargo, sintió que alguien la tacleaba en un abrazo, haciendo que se tensara, sus ojos y cabello se pusieron al rojo vivo, pero se relajo al ver qué era Ash.

—Ha, eres tú Ash—Susurro aliviada al ver al simio moteado y su cabello volvió a la normalidad.

Ash la abrazo con entusiasmo y ululo emocionado

—¡Nix! ¿Tu. bien?—Pregunto el simio separándose de ella.

—Si, estoy perfecta -Responde la pelinegra sin muchos ánimos- ¿Y Ojos azul-..?—Pregunto ella pero antes de terminar la pregunta, se topo con la mirada del mencionado.

Ojos azules desvío la mirada rápidamente con pena, él estaba a una distancia prudente de su amigo y de la chica, esta se acercó con curiosidad al joven príncipe simio.

—Hey, hola... ¿cómo estás?—Pregunta la chica mirándolo con curiosidad.

—Bien—Responde Ojos azules con simpleza sin verla todavía.

Todo se quedó en un largo silencio incómodo, si Nix en algo era mala, era en hacer platica.

—¿Tu. Querer venir. Nosotros?—Pregunta Ash metiendose en medio de Ojos azules y Nix.

—Hmm no lo sé—Responde Nix con duda mirando de reojo a Maurice, no quería dejarlo solo tampoco.

Sin embargo, Maurice se acercó a Nix y le dio un suave empujón.

—Tu. Ir. Yo con César—Menciona el orangután con una ligera sonrisa.

Nix sonrió y le dio una mirada agradecida, después, siguió a Ojos azules y a Ash.

{…}

Los tres caminaban por las ruinas de la ciudad, Nix miraba preocupada a todos los simios alrededor, había demasiados heridos, la pelinegra miraba a simios arrastrando a otros que estaban moribundos, fue una escena horrible y triste de ver.

•The beginning of the end• El planeta de los simios. Tem.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora