•Capitulo 9•

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{Desertora Pt.2}

—¿Nix...?—Susurro el simio en shock.

—Esto tiene una explicación un tanto chistosa dependiendo de cómo lo mires... pero, en serio, perdón por lo que te voy a hacer—Dijo ella con una sonrisa de disculpa, aventando una llamarada hacia César, esperando y no quemarlo.

El rey simio trato de esquivar la llamarada saltando por la ventana, lo cual logro con éxito, agarrándose de un tubo.

—¿A quien atacaste?—Pregunta uno de los soldados entrando al cuarto.

—Falsa alarma, era una rata que salto por la ventana—Miente ella saliendo del lugar tratando de aparentar tranquilidad.

"Por favor, ojalá que César no esté muerto"Piensa la chica con pánico uniéndose al resto de soldados.

La pelea estaba siendo intensa y los simios estaban perdiendo, haciendo a Nix desesperarse, hasta que se le ocurrió una idea, aventó de forma rápida unas bolas de fuego a unos postes grandes, derribandolos y bloqueando el camino de los militares.

—¿¡Qué te pasa!?—Exclamo uno de los militares enojado.

—Perdon, estaba tratando de darle a unos simios que entraron a esos edificios—Explica la chica fingiendo pena.

Haciendo que el soldado rodará los ojos y volviera su atención a los edificios donde supuestamente estaban los simios que Nix señalo.

¿Que pasa padre?—Pregunta Ojos azules al ver lo agitado que estaba su padre.

—Nix. Esta con. Los soldados—Responde César aún en shock, todavía no podía asimilar lo que acababa de ver, haciendo que el simio de ojos celestes frunciera el ceño confundido.

¿Cómo era eso posible? Ojos azules pensó que su padre había visto mal, sin embargo entro en shock al mirar a lo lejos a la chica al frente de los soldados, creyó estar mirando mal, pero reconocería esos ojos rojos donde fuera, se asomo un poco de dónde estaba escondido y trato de llamar la atención de la oji-rojo, pero ella estaba demasiado aturdida con los disparos como para captar las señas del joven simio a la lejanía.

Nix sintió sus oídos sumbar ante los continuos disparos, se sentía tan desorientada, veía tanto a simios como a soldados caer muertos, era como en su pesadilla, varios soldados le gritaban de forma agresiva que atacará a los simios con más intensidad, pero ella no pensaba hacer eso, podía atacar a los militares desde allí y volver con César, pero también pensó en Cornelius, lo había dejado en la base de los militares y no podía abandonarlo, no sabía que hacer, eso le estaba causando un ataque de pánico y el ensordecedor ruido no ayudaba en nada, sin darse cuenta, había quedado vulnerable.

Ash la tenía en la mira con su arma, se había impresionado al ver a la pelinegra del lado enemigo.

—¡Disparalé!—Le ordenó Red, esté estaba muy ocupado lidiando con varios soldados humanos como para hacerlo él.

El simio moteado dudo en sobremanera, no quería dispararle a la chica, era su amiga, la verdad no entendía porque estaba del lado de los militares, no tenía sentido, ella lo había salvado y había arriesgado su vida en más de una ocasión por los simios, simplemente no tenía sentido, las manos de Ash comenzaron a temblar, ¿Apretaba el gatillo o no?

Fue entonces que Nix reaccionó y se escondió detrás de un edificio al notar el peligro, sin darle chance al simio moteado de dispararle, lo cual alivio a Ash, el cual centro su atención en los demás soldados humanos que los atacaban.

La chica por su parte, miro varias granadas que tenían los soldados, las agarro y se metió a un edificio sin que los militares se dieran cuenta, subió lo más rápido que pudo hasta quedarse sin aliento, al llegar a la azotea, se azomo y trato de calcular donde aventar las granadas.

•The beginning of the end• El planeta de los simios. Tem.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora