𝐄𝐩. 𝟏: 𝐋𝐨𝐬 𝐩𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫𝐨𝐬 𝐝𝐢́𝐚𝐬.

56 7 8
                                    

¡Hey! Aguarda ahí. Ya has entrado a la historia, ¿no es así? Bueno, deja un voto y/o un comentario, inclusive tu opinión del capítulo, una crítica o tus primeras impresiones. Recuerda que votando y dejando comentarios ayudas de esa manera a que la historia pueda seguir obteniendo actualizaciones, además de llegar a más gente.

Más abajo, al final de la historia se encontrarán las notas de la autora. 


—No quiero ir a la escuela... —dijiste adormilado en tu propia mente, sintiendo poco a poco tu cuerpo parecía hundirse en el suave colchón y las cálidas sabanas.

Te diste media vuelta, tomando una extremidad de la sabana para así taparte aún más, llegando al punto de que la mitad de tu rostro estuviera bajo la calidez y la sensación de comodidad que ofrecía tu nueva cama. 

Cerraste los ojos, intentando reconciliar el sueño que temías haber perdido. Flexionaste las piernas y juntaste ambos brazos, cerraste los ojos con fuerza e inhalaste, luego exhalaste, sintiendo como la tranquilidad volvía a establecerse en tu alma. 

Desgraciadamente, nunca podías vivir plenamente tranquilo, mucho menos con un hermano mayor metiche de por medio y lo sabías bien, después de todo, Tokoyami se acercaba con paso seguro y decidido a tu habitación; sus talones al golpear el suelo lo delataban.

La puerta de tu habitación se abrió sin previo aviso -los pesados talones de tu hermano no contaban-. Tokoyami y Dark Shadow ingresaron a tu fortaleza de la soledad como si esta fuera un baño público. El huésped y la entidad obscura compartieron miradas por un segundo, luego suspiraron. Tokoyami se acercó a tu cama y Dark Shadow te destapó mediante el uso de fuerza bruta, después de todo, tus manos se habían aferrado a las sábanas en un vago, pero desesperado intento de seguir durmiendo. 

—Despierta, Osamu. —informó tu hermano mellizo mientras se dirigía a tu armario, iniciando así una pequeña búsqueda con el objetivo de encontrar tu uniforme —Papá fue claro. Uniforme doblado y alistado en tu escritorio —recrimino Tokoyami ante la falta de interés de su hermano por irse acomodando a su nueva vida. 

Tus ojos se abrieron al escuchar aquel nombre que en lo poco que llevabas de vida nadie solía usar; tu segundo nombre de origen japonés: Osamu

Un suspiro escapo de tus agrietados labios, tus ojos rodaron con desinterés y los ruidos que emitía Tokoyami eran lo suficientemente molestos para no dejarte descansar tranquilo. Te levantaste mediante el uso de una abdominal más que torcida y vaga.

—Llámame por mi nombre, —aclaraste con una voz adormilada y ronca. Tus manos pasaron por tu rostro, ocultándolo, exponiendo únicamente tu boca, la cual dejo escapar un largo y profundo bostezo —el primero y buenos días de paso —comentaste mientras tus manos viajaban desde tu frente hasta tu espalda, donde caía tu cabello como cascada o, mejor dicho, el nido de urraca que se había formado en tu cabeza por moverte de un lado a otro sin cesar en toda la noche.

—Es complicado de pronunciar. Es mejor tu segundo nombre, es nacional y a nadie le costaría pronunciarlo. —respondió Tokoyami —Buenos días para ti también —expresó el "hermano mayor" de tan solo unos minutos de diferencia. 

Tokoyami, después de confirmar que tu uniforme ya estaba colocado y perfectamente doblado sobre tu escritorio, posterior a eso, comprobar que tuvieras tu mochila. Optó por retirarse de tu habitación junto a Dark Shadow.

𝙉𝙪𝙚𝙨𝙩𝙧𝙤 𝙢𝙪𝙣𝙙𝙤 𝙥𝙤𝙙𝙧𝙞𝙙𝙤 ▶BNHA, Male ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora