Esa sensación de placer y dolor era nueva, manos acariciando su piel, labios dejando marcas demandantes y feromonas reclamando su cuerpo. hyunjin ya no podía escapar de las garras de eso Alpha, tan solo debía perderse en el éxtasis porque.....
hyunj...
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Miró con desconfianza el lugar, lo habían llevado al centro de la ciudad, era un edificio enorme y muy bonito por fuera pero por dentro era aún mejor, parecía ser solo para personas de gran estatus. Luego lo subieron al ascensor, todo fue en silencio y Jiaung nunca se apartó de su lado pero seguia sintiendo mucho terror, ya no podía confiar en el castaño.
De hecho.... Ya no podía confiar en nadie.
Al llegar al piso indicado el ambiente cambio completamente, había mucha gente extraña en el gran salón, fumando, tomando, bailando, follando, había muchas cosas horribles y Hyunjin quiso vomitar. Pasó por varios pasillos, la gente que pasaba a su alrededor daba miedo, había varios alfas y betas, también habían algunos Omegas que de seguro eran "acompañantes".
Finalmente llegaron al final del pasillo, era una enorme puerta que se abrió asustando a Hyunjin, en cambio Jiaung lo agarró del brazo lleno de felicidad.
La enorme habitación estaba decorada de blanco y negro, había estantes, una cama grande en una esquina, también había un escritorio y un enorme ventanal que daba la vista a la ciudad. Sentado frente al escritorio y dándole la espalda a Hyunjin había un hombre.
— Jefe, lo hemos traido.
— Ya veo, retirense.
Los hombres se fueron dejando solo a Jisung, Hyunjin y aquel desconocido.
— Ya traje a Hynnie, solo has esto rápido, quiero volver pronto a Corea. — Dijo Jisung apretando el brazo de Hyunjin, se le notaba muy nervioso a pesar de tener una mirada segura en su rostro anteriormente.
¿A dónde se te fue la valentía de hace un momento cabeza detrapeador?-Pensó mirándolo de reojo.
— Muy bien Jisung, no te preocupes, podrás quedarte con él. — El hombre se giró de repente mostrandose. — Vete, quiero hablar con él a solas.
Jisung lo míró con desconfianza y luego a Hyunjin, no quería dejarlo solo pero finalmente se fue de alli. El Omega pelinegro se quedó en silencio y sus ojos se abrieron, no se movió ni un centímetro mientras seguía en shock.
— No puede ser... ¿Cómo es que estás vivo? — Hyunjin tembló al verlo, los viejos recuerdos que había estado guardando desde hace mucho volvieron rápidamente.
El hombre sonrió. — Es bueno verte de nuevo, hijo mío.
Su padre, aquel hombre alfa que había causado la mayoría de sus traumas infantiles y que se supone había muerto hace mucho tiempo ahora estaba en frente de el con una enorme sonrisa en su rostro, esa mirada hizo a Hyunjin apretar los labios con fuerza, trató de evitar que su cuerpo cayera de rodillas ante la presencia de ese alfa. Debía soportarlo, la marca de Minho en su cuello lo estaba protegiendo, sus manos apretaron la camiseta del alfa tratando de calmarse.