Primer día

18 1 0
                                    

Era mi primer día en la universidad y ya iba tarde. Perdí el tren que debía tomar y tuve que esperar quince minutos al próximo, agreguemos a mi mala suerte que llovía y hacia un frío casi insoportable.
El tren llegó lleno de gente que no tenía lugar ni para respirar, pero yo ya iba tarde, no podía dejarlo pasar.
El calor que hacía en ese vagón era insoportable y yo ya podía sentir a mis pulmones enfermándose por ese cambio de temperatura repentino.

Corrí lo más rápido que pude intentando llegar a tiempo y justo antes de llegar, una calle antes, olvide ese pequeño detalle de mirar a ambos lados antes de cruzar la calle.
En mi defensa nunca hay nadie en esa calle, es una de esas calles cortas sin salida y el maniático al volante salió de la nada.
Manejaba muy rápido para lo permitido en la calle en cuestión y frenó a cinco centímetros de donde yo estaba parada estupefacta. El estaba en su auto así petrificado como yo y cuando los dos disolvimos el shock, ambos sabíamos que alguno de los dos iba a empezar con los insultos, y yo no perdía el tiempo, acordémonos que estaba tarde.

Imbécil- grite, retrocediendo- Estas loco que andas a esa velocidad en esta calle?-

Me miro y abrió la boca para contestar, pero en vez de hablar me mostró una sonrisa irónica y levanto una ceja, desafiandome a que lo siga intentando. Este tipo era un idiota, pero no iba a darle el gusto. Además acordémonos que llovía hacia frío y yo seguía llegando cada vez más tarde.
Delicadamente le mostré mi dedo del medio y me dedique a seguir mi camino en carrera por llegar a tiempo a mi primera clase de la facultad.

Entré al salón lleno de gente impaciente con cara amargada y medio dormidos lista para disculparme con el profesor por la tardanza y noté que el profesor no estaba ahí. Genial. El mejor día de mi vida sin duda.
Resople y tratando de calmar mi respiración agitada de tanto correr me dedique a buscar un lugar donde sentarme entre los pocos que quedaban. Encontré uno adelante y me senté. mientras me concentraba en sacar mis cosas de mi bolso escuche al profesor entrar disculpándose por la tardanza.
Nos saluda con un buenos días y mi mente me burla con un "ja,ja no para ti".
Subo la vista mientras respondía al unido con mis compañeros y en el escritorio justo frente al mío estaba parado el maniático que casi me había asesinado hace cinco minutos. Listo, titulemos esto como el día perfecto de una persona con mala suerte.

Me estaba mirando fijo mientras se asaba su saco y lo acomodaba en la silla. Escuche algunos suspiros de chicas a mi al rededor y no pude evitar la cara de asco, la cual el vio para luego dedicarle una sonrisa al piso.

Mi mirada de asco fue dirigida a los suspiros babosos e incontenibles que había escuchado, no presisamente a la persona que tenía parada delante mío. Lo observe mejor mientras este acomodaba sus cosas. Era alto, mínimo 6 o 7 años más que yo, cabello oscuro, ojos claros bien posicionados en una cara con mandíbula marcada y pómulos perfectos. Se paraba dominante, con su cuerpo dominante y en su ropa dominante. Llevaba unos jeans negros ajustados perfectamente a sus piernas, una camisa con el cuello abierto y las mangas arremangadas a sus codos. Casi largó un suspiro baboso pero cuando noté lo que estaba pensando volví a mi mundo. Controlate, me dije.

El maniaco al volante camino hacia nuestro lado de su escritorio apoyándose en el y quedando justo en frente mío, dominante.

Bienvenidos a su clase de inglés- dijo cruzando sus brazos con una sonrisa - mi nombre es Mathew Waldorf - hizo una pausa corta- Mr. Waldorf.

Señalo a una alumna al azar sentada cerca de la puerta de entrada y le hizo señas para que se paré cerca de el, frente al resto.

Nombre - pidió, dominante.

Ashley Prelly - Contesto ella sonriendo. Babosa.
El resto de la clase fue completamente en inglés. El la miro un momento y luego le preguntó

Usted camina hasta la universidad señorita Prelly? - sus ojos no se despegaron de los míos mientras pronunciaba esas palabras.

N..no - tartamudeo ella - tengo auto- el formo una O con sus labios sin emitir ningún sonido y lentamente se acerco más a mi. Me hizo señas para que me parara al lado de la adorable señorita Prelly y obedecí ofreciéndolo mi peor cara. Tal vez debería calmarme, era mi profesor después de todo.

Nombre - exigió sin sacar sus ojos de los míos.

Sophie - dije - Sophie Standford - sus ojos se achinaron un poco cuando pronuncie mi apellido y una sonrisa irónica casi imperceptible apareció en su rostro.

Usted camina hasta la universidad señorita Standford? - me preguno y vi en sus ojos como se estaba burlando de mi. Idiota.

No - menti. Por que? - me traen
Su sonrisa se ensanchó aún más al escuchar mi mentes y vi como casi imperceptiblemente negó con la cabeza.

En auto? - pregunto mientras se apoyaba sobre mi escritorio quedando justo en frente mío. Me estaba desafiando.

No - sonreí ironica - en realidad mi padre vende tostadoras con ruedas para vivir y me deja por aquí de camino al trabajo - la clase rió.
Bueno en realidad eso era parcialmente normal. Si adivinan que es verdad en esa oración, los aplaudo, pero más de eso más tarde.

La verdad es que ya me estaba arrepintiendo de lo que dije, fue sin pensar, no lo conocía y era un profesor, aunque no se pareciera a ningún profesor que haya tenido nunca.

Oh señorita Standford - dijo poniendo sus manos en su cintura y negando con la cabeza, como retando a un niño. La clase volvió a reír. Idiota. - Tal vez quiera contarnos algún evento de hoy que la haya puesto de tan buen humor - dijo y se acercó a mi - alguna cara linda, quizás.
Estaba muy cerca, tanto que podía patearlo o escupirle la cara. Claro que si hubiese hecho eso la historia hubiese sido mil veces distinta, creo.

Un profesor diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora