-Shinazugawa, hola- Le saludó giyuu con una mini sonrisa, y un sonrojo para nada notable
Cuando lo saludó, dejó de usar el celular y dirigió su mirada hacia el contrario-¿Que mierda quieres?, estoy ocupado-
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¿𝑺𝒆𝒓𝒂́ 𝒒𝒖𝒆 𝑮𝒊𝒚...
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Ya era hora para irme hacia la escuela, ya tenía mi comida lista, me había bañado, y tenía en mis manos el intento de unos ohagis para Shinazugawa, el profesor tan temido de Matemáticas. Sabía que no tenía una oportunidad, pero hacía lo que podía. Nadie sabía de mis sentimientos, pero, tengo pensado en contarle a alguien y que me de algún consejo, creo que no voy a poder solucionar esto por mi solo.
-Que complicado que es amar a alguien- Dije en voz alta, sin darme cuenta que estaba hablando solo
Deje de pensar demasiado y sali de mi departamento, caminando hacia mi auto.
Abrí la puerta y me senté en el lado del conductor, deje los ohagis en el asiento del copiloto, y me quedé mirando hacia los ohagis, poniéndome nervioso, ¿Como iba a reaccionar Shinazugawa?
Ignore mis pensamientos nuevamente y me puse en marcha hacía la Academia
𝑳𝒖𝒈𝒂𝒓: 𝑨𝒄𝒂𝒅𝒆𝒎𝒊𝒂 𝑲𝒊𝒎𝒆𝒕𝒔𝒖
Estába en la entrada de la Academia, con los ohagis en mi mano, completamente nervioso, pero no se me notaba, creo.
-¡Tomioka! ¡Hola!- Dijo una chica linda de pelo rosa con puntas verdes, la profesora Kanroji, profesora de artes
-Hola, Kanroji, es un gusto verte, ¿Como andas?- Intentaba hablar lo más formal posible, tenía un cierto pelinegro que me miraba como si hubiera matado a toda si familia, ¿Que le pasaba a Obanai?
-¡Muy bien!, ¿Y tu, Tomioka?-
Pensé un poco -Me alegro que estés bien, yo estoy bien, por suerte-
Veía como Kanroji bajaba su mirada, hacía lo que tenía en mis manos, apuntó a eso y dijo -¿Para quien es eso, Tomioka-san?- preguntó curiosa, todavía sonriendo
Pensé en contarle lo que sentía. ¿Que más da?, no tengo nada que perder -Ya que estas aquí y me preguntas eso, es para Shinazugawa-
-¿Huh?, ¿Por qué?- Dijo curiosa, hasta que, lo pensó un poco más - ¿¡Te gusta?!- Dijo raramente feliz
-Kanroji, ¡No lo digas tan alto!- Dije nervioso, estaba empezando a poner rojo de la vergüenza. Al tener una piel pálida, el sonrojo se me notaba muy fácil
La chica de pelo rosa con puntas verdes, lo analizó, se sonrojo de la vergüenza y se empezó a disculpar - ¡Lo siento!, ¡No me di cuenta!
Suspire. Tengo que ir directo al grano, necesito ayuda con esto -Kanroji, escuche que eres buena con el amor, ¿Crees que puedas ayudarme con esto?- Dije nervioso por su respuesta
