Capítulo 3

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𝙿𝚊𝚛𝚝𝚎 3
・❥・𝚁𝚎𝚗𝚌𝚘𝚛・❥・

Un silencio tenso y cargado de emociones llenaba la sala de estar, mientras todos los presentes observaban con expresiones atónitas la escena que se desarrollaba frente a ellos. La mano del omega impactó con fuerza en la mejilla del alfa, resonando en el ambiente como un triste eco de dolor y desesperación. Taehyung, con los ojos fijos en el suelo, podía sentir el peso de cada lágrima que escapaba de los ojos del menor.

—Koo... —susurró el pelinegro, extendiendo tímidamente la mano hacia Jungkook en un gesto de consuelo, pero fue rechazado de manera brusca. El omega apartó su mano con determinación, sus mejillas húmedas siendo testigos mudas de su sufrimiento.

—No me toques —las palabras de Jungkook resonaron en la habitación, cargadas de dolor y angustia, su voz temblorosa reflejando la tormenta de emociones que lo invadía en ese momento.

Uno a uno, los familiares presentes abandonaron discretamente la estancia, dejando a Taehyung y Jungkook a solas para enfrentar sus sentimientos. Sentado en un sillón, el castaño tapaba su rostro con ambas manos, tratando en vano de contener el torrente de emociones que amenazaba con desbordarle.

—Me abandonaste, Taehyung —su voz sonaba quebrada, llena de un dolor profundo que resonaba en cada palabra pronunciada.

—No fue así, Koo, en serio —Taehyung intentó justificarse, pero las palabras parecían vacías ante la tormenta emocional que los envolvía a ambos.

—Jimin te llamó en cuanto desperté, lo escuché —el reproche en la voz de Jungkook era palpable, su mirada cargada de una mezcla explosiva de rabia y dolor—. Cuatro meses han pasado desde entonces, Kim Taehyung, y solo ahora decides hacer acto de presencia. Ni siquiera te dignaste a llamarme.

—Me fui porque necesitaba avanzar. Entiende que fue un milagro que despertaras, Jungkook. ¿Cómo crees que me sentí al recibir esa noticia? Había perdido toda esperanza; incluso los médicos sugerían desconectarte.

—¡Quería a mi alfa a mi lado! Mis músculos estaban atrofiados y fui sometido a incontables pruebas...pensé que no sobreviviría. Necesitaba tu apoyo más que nunca, pero tú decidiste regresar cuatro meses después como si nada hubiera pasado.

Un silencio pesado se instauró de nuevo entre ambos, envolviéndolos en una atmósfera cargada de emociones encontradas. Cada lágrima que surcaba el rostro de Jungkook era como un puñal clavado en el corazón de Taehyung, mostrándole con cruel claridad el dolor que había causado.
Observaba a Jungkook con los ojos llenos de pesar y remordimiento, mientras las palabras acusatorias del castaño resonaban en su mente una y otra vez.

—Lo siento, Koo... —susurró con la voz entrecortada, incapaz de sostener la mirada del omega—. No quería...nunca quise hacerte daño.

Jungkook levantó la mirada, sus ojos enrojecidos por el llanto fijos en Taehyung. En su mirada había una mezcla de dolor y decepción que cortaba más hondo que cualquier palabra pronunciada. Kim podía sentir el peso de cada lágrima derramada por el menor como si fueran gotas de plomo sobre su conciencia.

—¿Cómo pudiste...? Lo único en lo que podía pensar es en que ya no sentías nada por mí, que yo ya no era nadie relevante en tu vida. 

—No es así, Jungkook —Taehyung juró, sabiendo que bajar la cabeza y lamentarse no sería suficiente. Si quería que el castaño lo perdonara, debía demostrarle que sus sentimientos por él seguían intactos. Por eso, sin dudarlo, se arrodilló frente a él y tomó sus manos con determinación—. Eres el amor de mi vida, mi otra mitad, Koo. Sentí que moría viéndote en esa cama inerte. No hubiera resistido quedándome aquí.

El labio inferior de Jungkook tembló mientras intentaba contener los sollozos. Su lobo se sentía nostálgico al ver al pelinegro frente a él, irradiando tanto amor que no pudo evitar abrazarlo en busca de calidez y protección. El aroma a vino seco y jazmín invadió sus sentidos, haciéndolo sentir más relajado y reconfortado.

—Te extrañé tanto, cariño —musitó Taehyung con voz temblorosa, dejando un montón de besos en su rostro antes de esconderse en su cuello, inhalando su dulce fragancia casi imperceptible.

Jungkook llevó sus manos a las mejillas del alfa, observándolo por un instante antes de sellar sus labios en un tierno roce. Fue Taehyung quien, tras unos segundos, profundizó el beso moviendo sus labios con ternura, inclinando la cabeza ligeramente y rodeando la cintura del menor con sus manos grandes.

—Espera un momento, Jaehyunie —la voz paciente y dulce de Jimin los interrumpió.

—Pero quiero estar con mi papá —la voz berrinchuda de su cachorro se hizo escuchar, y podía asegurar que estaba haciendo un puchero, gesto que demostraba la similitud que tenía con su padre omega.

Pocos instantes después Jimin apareció tomado de la mano de Jaehyun, y el niño corrió a abrazar a su padre en cuanto lo vio. Jungkook inspiró profundamente, asombrado al ver al cachorro saltar sobre su alfa.

Ese era su bebé, aquel que llevó en su vientre durante nueve meses y finalmente tenía la dicha de conocer, aunque fuera ocho años después. Sus manos sudaban por los nervios, su corazón latía desbocado en su pecho, pareciendo igual de enloquecido que su lobo. Su pequeño era tan bonito, tan adorable con su flequillo castaño casi tapando sus ojos y el lunar en la punta de su nariz, justo como el de Tae.

Jungkook observó con anhelo a Jaehyun abrazar con fuerza al mayor. Sus ojos brillaron con emoción mientras extendía los brazos para abrazar a su hijo y esposo juntos por primera vez, como la familia que eran. Sin embargo, antes de que pudiera rodearlo con sus brazos, el niño lo observó de golpe, su expresión pasando de alegría a confusión y desconfianza.

—¿Quién es? —cuestionó alejándose unos pocos pasos del omega y mirándolo con cautela.

El corazón de Jungkook se encogió al ver la duda en los ojos de su hijo. Extendió una mano temblorosa hacia él, buscando reconectar después de tanto tiempo separados, pues a pesar de que nunca llegó a verlo con sus propios ojos cuando era un recién nacido, ese lazo que se formó durante el embarazo para él seguía intacto.

—Jaehyun, soy tu papá. Tenía tantas ganas de conocerte —susurró Jungkook con una sonrisa temblorosa, esperando que el niño reconociera su lazo y se acercara.

Sin embargo, en lugar de correr a sus brazos como lo había imaginado en tantas ocasiones, Jaehyun retrocedió un paso, frunciendo el ceño y mirando a Taehyung en busca de orientación. La tensión en el aire era palpable mientras el niño luchaba internamente con sus emociones, aferrando sus puñitos al abrigo de su padre.

—¿Quién es él, papá? —preguntó Jaehyun en voz baja, sin apartar la mirada del "extraño".

Los ojos del castaño se llenaron de lágrimas nuevamente, mirando a su esposo claramente lastimado por la situación.

—¿N-ni siquiera le hablaste de mí? ¿No le mostraste ni u-una foto?

—No llores, mi amor, te lo explicaré todo, lo prometo —el Kim mayor apartó con cuidado a su hijo para apretar la anatomía de su omega entre sus brazos, buscando darle algo de consuelo cuando rompió en llanto nuevamente.

Jaehyunie frunció su ceñito, observando a sus progenitores con los ojos entrecerrados y los puños apretados.

—¡Basta! ¡Papá es mío, no lo toques! —exclamó dando un pisotón, y Jimin, quien se había mantenido apartado en silencio, tapó su boca para evitar soltar una carcajada por los evidentes celos del pequeño—. ¡Papá es mío, solo yo puedo abrazarlo!







Todos aquí sabemos que no es posible despertar de un coma luego de 8 años sin ningún tipo de secuelas, solo es ficción, así que no se lo tomen demasiado en serio.
A partir de aquí comenzarán los momentos soft que había prometido.

Pranks of a little omega [TaeKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora