Su mirada se desvió hacia el pequeño establecimiento, una florería que siempre pasaba de largo. Abrió los ojos de par en par al ver unos extravagantes y hermosos colores dorados meciéndose con el viento. Frenó sus pasos, provocando que las demás personas que venían detrás de él chocaran contra su cuerpo. No le dio importancia. Se sintió cautivado por esa persona que había robado su atención. Ese chico tenía un cabello tan bonito.
El florista del local. Un chico esbelto, de mediana estatura, piel pálida, cejas pobladas, cabellos rubios y un rostro relajado. Sus grandes ojos se encontraron con los suyos, sacándolo de su ensimismamiento.
Decidió acercarse luego de haber perdido su dignidad al estar parado como un idiota frente a su negocio. Se aclaró la garganta y fingió estar viendo unas flores. — Disculpe, ¿necesita alguna en especial? — su voz lo sobresaltó, no esperaba que lo hablara.
— ¿Ah? Yo solo estaba... — se giró para poder corresponderle la palabra, y se quedó en blanco cuando lo tuvo frente a frente. Se veía muchísimo mejor ahora que lo veía de cerca. Sus ojos color ámbar lo intimidaron un poco, haciéndolo sentirse torpe. ¿Qué carajos respondería? Tragó saliva y volvió a mirar las flores. — ...Estaba buscando flores para una persona especial — dijo sin pensar mucho. El rubio levantó ambas cejas y asintió un poco confundido por la respuesta que le brindó el albino.
— Oh, pues... Todas nuestras flores son especiales. ¿Será para un amigo, un hijo, un familiar o quizás alguna enamorada? — tanteó, buscando alguna flor que pudiera servir. Uzui sonrió, entrecerró los ojos y lo recorrió con la mirada.
— ¿Cuál es la que más te gusta a ti? — preguntó, siguiéndolo. El rubio se frenó.
— ¿A mí? — preguntó. Uzui asintió. El rubio lo pensó por un momento y buscó con la mirada. — Pues, cada flor tiene su propia belleza, su significado, cada una es única y especial. — no estaba comprendiendo muy bien a su nuevo cliente, pero el abuelo, dueño del local, le había dicho que su deber no sólo se trataba de vender, sino también de enseñar, aconsejar y hacer que el cliente se sintiera 'cautivado' por la belleza de las flores, debía buscar la manera de hacer que el cliente encontrara más de lo que buscaba. — Se me hace muy difícil escoger alguna, por lo tanto, siempre me guío por la situación que estoy enfrentando. La belleza pura y el lenguaje que transmiten ayuda a mejorar cualquier situación... — comentó, acomodando unas hortensias.
Uzui asentía mientras seguía siguiéndolo, lo miraba enternecido, escuchando con atención lo que decía. El rubio se frenó frente a otro estante y empezó a acomodar las flores de allí — Hoy considero que las gerberas se ven más hermosas de lo habitual... — murmuró, sonriendo con amabilidad.
El albino admiró su concentración y decidió agarrar una gerbera de color rosa. — Está bien, me llevo esta. — El rubio lo miró, el cliente había escogido rápido, internamente agradeció eso.
— ¿Solo una? — El albino asintió. — Está bien — dijo y se acercó a su cajero, agarró un pequeño listón rojo y lo ató en un moño sobre el tallo de la gerbera rosa. Uzui lo miraba atento.
— ¿Agatsuma... Zenitsu? — mencionó luego de leer el pequeño porta nombres que llevaba puesto sobre su mandil. El rubio levantó la mirada y le entregó su compra. — ¿Me puedes decir qué significa tu nombre? — tanteó, sonriendo de lado, mientras sacaba un billete de su billetera y lo dejaba sobre la mesa.
Zenitsu apretó los labios y entrecerró los ojos. — No soy una flor para decirte lo que significo — contestó, cobrándole por la flor y provocando una risita en el albino. El rubio frunció el ceño y sonrió en una mueca, en verdad que a veces le costaba ser amable con los clientes.
— Si fueras una, significarías 'mi buena esposa' — respondió, agarrando aquella gerbera. — Sería un bonito significado para una bonita flor — añadió, levantando la mirada para verlo. Zenitsu se ruborizó y apartó la mirada. Realmente hoy le había tocado un cliente bastante extraño. — Esta gerbera se verá más linda contigo. — dijo, pasándole de vuelta la flor.
El rubio no comprendió, pero de igual modo volvió a agarrarla. Miró al albino sin entender, Uzui le guiñó un ojo — Que tengas un buen día, Agatsuma Zenitsu, mañana volveré para saber qué flor escogerás.— se despidió, dejando más confundido al rubio.
Cuando apenas se marchó el albino, el rubio se ruborizó por completo. ¿Qué había pasado? ¿Mañana volvería? Oh no..., tal vez debería buscar algún suplente. ¿Lo había coqueteado? Pensó mientras miraba la gerbera rosa que tenía entre sus manos. Era la primera vez que recibía un flor por parte de otra persona. Ese pensamiento le hizo sentir una calidez en el pecho.
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Buenas buenas, sé que esto quizás no sea mucho :c pero estoy intentando salir del bloqueo xd por eso no hay mucho contexto detrás de este one shot o drabble, la verdad que no sé en qué se convirtió, no me pregunten, soy de la vieja escuela y no estoy muy actualizada con las nuevas etiquetas para los fanfics xd Pero había visto un fanart súper lindo que no pude evitar seguirle la corriente. No me acuerdo el nombre del artista para buscarlo en twitter xc Ojo, sé que algunas artistas piden no republicar sus fanarts, pero no sé cómo darle contexto a este escrito xc Perdón.
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