Dasha...
El escándalo se expandió por toda la ciudad del Cairut, los habitantes estaban asustados queriendo saber qué pasó con el emperador. Las calles llenas de comerciantes y caminos de tierra estaban llenas de militares del palacio. Todos buscando a una sola persona.
A Dasha.
Estaba maldiciendo bajo, tapándose con un velo negro en una cantina pequeña, no había podido irse de la ciudad; el movimiento fue tanto que, en menos de nada custodiaros las salidas de la ciudad.
Me siento algo culpable, no por lo que le hice al emperador, sino porque gracias a mí; están requisito a casi todas las mujeres, obligándonos a casi desvestirse, y eso es un maldito aprovechamiento. Pero no puedo hacer nada por ellas ahora.
Tengo que salir de la ciudad imperial, de lo contrario estaré perdida. Tengo que ir por mis hermanos. Ya han pasado dos días, noticias del palacio no hay, así que me trato de considerar ganadora, pero no. Mi sexto sentido dice que mi racha de asesinatos se ha rompido.
Tengo que ir por mis hermanos, antes de que digan que el emperador está vivo. Esa sonrisa escalofriante, bañada en sangre, junto con sus ojos brillantes; me tiene muy nerviosa.
Salgo de la cantina enrumbándome por las calles de tierra hasta las zonas más bajas, y peligrosas de la ciudad del Cairut. Probablemente es ahí donde se concentra la búsqueda de mi persona. Aun así, tengo que arriesgarme, tengo que hablar con personas de ahí para que me saquen de la ciudad.
La zona roja.
Se hablan muchas cosas del bajo mundo ahí, la mayoría incoherencias. Mismo lugar donde lincharon a un hombre por decir que vio monstros cerca de los muelles de la zona negra.
A diferencia de la zona roja, esta no está muy habitada. La gente, por más delincuente que sea, nunca se acercan demás. Múltiples mitos hay de ahí.
Por los caminos me encuentro con todo tipo de cosas, un hombre cortándole la mano a un chico por robar (intentan sobrevivir) mendigos, gente en el suelo pidiendo dinero y siendo pateados por delincuentes. Zona lamentable, si la zona roja es mala, no quiero ni imaginarme lo que hay en la zona negra para que nadie se atreva a visitarla con frecuencia.
Llego a un puesto de mala muerte, atravieso una puerta de cortina adentrándome en el pequeño sitio dedicado a la "magia"
-¡¡Oh, viene a mí la profecía, viene a mí el instinto... viene a mí la verdad!! -Delira la anciana llena de canas, arrugada pero extrañamente con bastante energía-. ¿Fuiste tú, verdad?
Nunca he sido demasiado creyente, antes de ir a por mí objetivo me encontré con la anciana, que conocí de pequeña y le debo una parte de mi desarrollo. Me soltó una profecía, no creída por mí, pero pese a eso la piel se me erizó por la manera en la que me lo dijo, emocionada, dedicada y desquiciadamente ferviente. Me heló un poco la sangre.
"Ese poder no es divino, ¡es oscuro!, usurpa la magia blanca y trae consigo maldiciones. Cuídate o te embelesas, aléjate o te encadenas. Salva y te condenas. Pero eso piénsalo después de hacerlo, porque vas a hacer algo peligroso ¿no? Vas a encontrar algo que no buscabas en este día, ¡EL DESTINO LO DICE TODO!"
-Para con tus "profecías" por favor. Nada se ha cumplido.
-Ni siquiera lo has entendido. Dime, ¿Cómo supe que fuiste tú la que atentó en contra de nuestro apuesto emperador?
-Sospechas...
-¡¡Magia!! Las profecías vienen a mí, me llenan, sé todo. Creas o no, es cierto y un arma que te puede ayudar. Quieres saber algo ¿no?
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LA ASESINA DEL EMPERADOR [SUKUNA RYOMEN]
FanfictionDasha es una ladrona y asesina a sueldo que viaja a la ciudad del Cairut, tras ser solicitada; tal parece un grupo secreto está planeando un atentado en contra del emperador, así que se le da la peligrosa misión: Matarlo. Todo por proteger a sus her...