Lirium, Reino de Fierce, año 189 antes de la fundación de Kaido.
Hoy son las festividades en honor al fundador de la ciudad, el legendario mago Kil Harizh. Él fue quien levantó la Torre de Magos que hoy es el centro de la ciudad y fue el artífice que consiguió erradicar al último agente del Caos, hace ya dos mil años, según la leyenda. Se dice que la base de la torre está edificada con los restos del Gran Alce Pálido, y que, de su cresta, Kil conformó el artefacto mágico más poderoso jamás creado, una reliquia ancestral: el Bastón Pálido. Hace ya dos mil años de eso, y muchas cosas han transcurrido hasta hoy en día. Las Guerras Élficas, el Imperio y la Unión de Lirio. Sin embargo, esta ciudad ha sobrevivido de algún modo todos esos envites. Los emperadores solían ser coronados en el Catedrum de Lirium, y la ciudad siempre ha gozado de relevancia, como un símbolo, especialmente para el Cónclave de Magos.
Mi nombre es Kirk Orberum, aprendiz de mago. Tengo 31 años recién cumplidos. Soy hijo de madre humana y padre medio humano, medio elfo. Vivo en la ciudad de Lirium, actualmente en el Reino de Fierce. Escribo este documento porque así me ha sido encomendado, para que quede registro de los sucesos de este, que esperamos sea el primer año de una nueva era.
Me adherí a la educación en la magia cuando cumplí mi mayoría de edad a los quince años, como está estipulado por el Cónclave de Magos. Estudié durante cinco años en espera del examen de admisión para iniciarme como aprendiz en la Torre de Magos de Lirium, la más antigua y prestigiosa institución mágica de toda Pahena. Mi examen fue, en palabras del mago examinador, un trabajo perfecto e impecable, casi fruto de una intervención divina. Aun así, mi entrada en la Torre para ampliar mis conocimientos y mi capacidad de uso mágico fue retrasada durante dos largos años, hasta que, por fin, el Círculo Supremo de la Torre de Lirium falló a favor de permitirme la entrada. Desde entonces, he permanecido dentro de los confines de esta torre, lejos de mi familia, adquiriendo conocimientos y realizando con esmero y esfuerzo lo que mis maestros me comandan y, aun así, todavía soy un aprendiz de mago. He visto otros compañeros de clases convertirse en magos, reputados hechiceros de la sociedad, teniendo infinitamente menos talento del cual poseo. Aunque pueda ser tachado como una persona soberbia, he de argumentar que cada quien debe conocer su potencial en el mundo, y creo fervorosamente que varios seres han avanzado a posiciones que no les corresponde. Carecen del talento, de la formación necesaria. [...] Pero no es esa la cuestión.
Los magos deben servir fervientemente al Señor del Orden, así como Kil Harizh, el primer gran mago, dejó instruido antes de fallecer. El culto al Señor del Orden no es un culto independiente, sino más bien, una parte de un culto mayor, el culto a los Cinco Dioses. El Señor del Orden es uno de ellos, y los magos, sin importar su especie, debemos mostrarle respeto y fervor, procurando no desviarnos de su camino del orden, ya que un mago fuera del camino del orden, que sucumba a sus sentimientos pasionales, sigue el camino de los Agentes del Caos. Normalmente, nunca le puse atención a esto. Así me fue instruido y así lo acepté, como parte de mis obligaciones para convertirme en un mago. Pero tras estar seis años dentro de este inmundo lugar, conocí a una persona que me abrió los ojos.
Normalmente, los magos masculinos tienen un contacto muy limitado con los magos femeninos, para evitar los problemas pasionales antes hablados. No obstante, en la vasta biblioteca de los aprendices encontré a esta chica disfrazada de hombre. Pensé en denunciarla a los guardias, pero me detuvo. Alegó que solo investigaba un misterio, y me invitó a ayudarla. Con dudas, acepté la proposición, solo con el objetivo de desvelarla no solo a ella sino a todos sus colaboradores, pero no fui capaz. Ella, llamada Jut, era menor que yo, no puedo decir con exactitud por cuantos años, pero si puedo afirmar que era un genio. Hija de una dríade del bosque y un elfo, su estatura parecía la de un niño más que la de un adulto. Tenía una mente avispada, y me enseñó algo que me hizo dudar de todo lo que había aprendido en la Torre. Una lista. Una lista de nombres de los aprendices de mago, con una simple marca que señalaba quien podía ascender y quien no. No había ningún criterio, no había ninguna crítica, simple y puro interés personal de las personas a cargo, el Círculo Superior. Me dolió ver mi nombre tachado, y ver como los ascensos se sorteaban, al azar, o a dedo. Todo bajo la fachada de mantener los principios del "orden". Nunca recuperé la confianza en la Torre, y supe desde ese momento que, si quería convertirme en mago, tendría que buscar un modo de sortear la corrupción de esta institución podrida. [...]
Me interesé en el estudio de textos antiguos, de textos religiosos para buscar evidencias del culto al Orden. Me empapé de la mayor cantidad de historia que pude, buscando el momento en el que los Círculos Mágicos sucumbieron ante la corrupción. Ahí tuve dos grandes revelaciones. La primera, el Circulo de Magos siempre estuvo corrupto desde la muerte del primer mago superior, Kil Harizh [...]. La segunda, era un tema que realmente era secundario, pero que me llamó la atención. Los distintos textos religiosos nombran o profetizan la existencia de trece Agentes del Caos [...], pero los textos históricos identifican como Agentes del Caos a solo cuatro seres míticos: El Gran Alce muerto a manos de Kil Harizh, el Demonio Rojo, caído en tras liderar las hordas de orcos, la Serpiente Emplumada, muerta a manos de los centinelas, y la Carpa Bicolor, devorada por los Dragones. También se identificaron otros agentes, pero las fuentes históricas discrepan sobre su veracidad. Tomando exclusivamente las fuentes más fiables, solo son nombrados doce agentes en total, mientras que las fuentes religiosas, en especial aquellas cercanas a las vías del Orden y la Armonía, aclaran la existencia de trece Agentes del Caos. Esto, sumado a que el origen de los círculos mágicos era agrupar a los magos y entrenarlos para que fuesen capaces de responder ante las amenazas de los Agentes del Caos, citando al mago fundador, Kil Harizh, me hizo darme cuenta de lo mucho que se había desviado de su camino esta institución. ¿Acaso ya no temen la llegada del último Agente del Caos? ¿Acaso sus altas torres ya los ha terminado de aislar del mundo real y de sus obligaciones? Poco a poco me vi cada vez colaborando más y más con Jut. Reunidos en una sala aislada junto a otros tres magos, Aurum, Hubert y Aila, creamos la Sociedad de los Vigilantes. Estábamos dispuestos a devolver a toda esta institución a su camino original. Devolver a esta torre su función de posta de vigilancia. [...]
Hace medio año, los magos intervinieron por orden del Círculo Superior y con el apoyo de los guardias reales en el dormitorio de Jut. La acusaron de blasfemia contra el Señor del Orden y de poner en peligro al Círculo de Magos. [...] Recuerdo ese día como si fuera ayer, y aun me hiela la sangre. Todos fuimos llevados a la base de la torre, al Anfiteatro. Nos obligaron a tomar asiento bajo la mayor escolta que había visto hasta la fecha de guardias reales. Y después, llevaron a [...] Jut, maniatada, con una túnica sucia y gravemente maltratada. La arrojaron al suelo [...]nunciaron que Jut tendría un duelo mágico con el Mago Superior. [...] Murió sin poder hacer nada. [...]ba lleno de rabia. Juré ante [...] destruir esta [...] organización corrupta.
Es por eso que hoy, durante el festejo por la hazaña milenaria de Kil Harizh, nosotros los cuatro Vigilantes que aun viven, y nuestros seguidores que nos sucederán, destruiremos esta institución podrida. Siguiendo el verdadero cometido del Señor del Orden, hoy haremos patente ante el mundo la existencia del último Agente del Caos, oculto en las sombras, derribaremos a los corruptos que manipulan y malinterpretan la vía del Orden, y se hará justicia por la sangre derramada. Que el Señor del Orden, y sus cuatro deidades hermanas acojan con sinceridad este nuestro manifiesto, y que la historia guarde nuestro ejemplo en las mentes de quienes siguen el camino del Orden, si verdaderamente tenemos razón.
Torre de Magos de Lirium, Lirium, Año 2000 desde la hazaña de Kil Harizh.
Kirk Orberum.
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Leyendas e Historias de un Mundo Mágico.
FantasyPahena es una tierra mágica, nacida del caos y habitada por diversos seres derivados de las cinco primeras creaciones: los trasgos, las dríades, los centinelas, los dragones y los humanos primigenios. En este libro se recogen las historias, mitos y...