Strawberry Cake [2yeon]

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La cita termina más pronto de lo que me gustaría. Y realmente me doy el atrevimiento de llamarla cita, porque parecíamos dos adolescentes enamoradas tratando de coquetearse bajo cualquier oportunidad. Estaba tan encantada con esa idea.

Jeongyeon se había portado tan dulce y servicial, tal cual ha sido siempre, nada había cambiado en ese aspecto.

Me sentía como una tonta y egoísta durante el camino de regreso. Quería pasar más tiempo con ella, no tenía ganas ni ánimos de dejarla ir tan pronto. Pero ambas teníamos cosas que hacer, lamentablemente.

—¿Por qué no podemos estar juntas otro ratito? ¡Aún es temprano! —Chaeyoung muestra su descontento, al informarle que vamos de vuelta a casa y que Jeongyeon no podrá acompañarnos un rato más.

—Tengo un par de asuntos que atender, fresita. Pero mañana estaré disponible todo el día, solo para ti —la observa por el espejo retrovisor antes de mirarme a mí—, y para ti también —susurra guiñándome el ojo. Me río, pero estoy muy de acuerdo con su propuesta. ¿Ella para mí? No podía darme nada mejor...

—¡Pero no es justo! La noche es joven aún, ¿no podemos ver una película aunque sea? —mi hija insiste, por lo que me encargo de mirarla y sonreírle. Ella solo frunce más el ceño. Vaya actitud...

—Bebé, tenemos una visita y Jeongyeon tiene cosas que hacer. Mañana podemos hacer algo divertido con ella, ¿qué te parece? —un prominente puchero se planta en su rostro. No está contenta con la idea, pero la conozco y sé que tampoco le gusta discutir por mucho tiempo. Igualita a mí.

—¿Quién va a visitarnos, mami? —pregunta, rindiéndose al fin. Jeongyeon suelta una risilla al verla con esa carita infantil.

—Es una sorpresa. Pero te encantará conocerla —aseguro.

Y es que de verdad ella amará la visita, quizás más de lo que yo la amaría. Porque esa mujer me daba miedo...

—Señorita pan, ¿no puede quedarse a conocer la visita también? —y ahí iba de nuevo.

—Lo siento, fresita. Realmente tengo cosas que hacer hoy, pero es para estar completamente libre mañana. Estaré todo el día con ustedes.

—¡¿Podemos hacer una pijamada?! —emocionada, nos mira con los ojos brillantes. Ambas nos vemos unos segundos y luego reímos.

—Lo pensaremos —responde sencillamente.

—¡Está bien! —queda satisfecha y finalmente observa el camino en silencio.

Yo hago lo mismo, abrazando mi cuerpo con los ojos fijos en el camino, hacía mucho frío. Puedo sentir la mirada nada discreta de Jeongyeon, así que giro mi rostro para mirarla también, encontrándome con un gesto de desaprobación.

—No trajiste abrigo —miro mis brazos descubiertos y es verdad, realmente no había hecho mucho caso al frío hasta ahora.

—¿Recién te das cuenta? —la observo con una sonrisa juguetona, pero su semblante no cambia. Yoo sobreprotectora Jeongyeon, nada nuevo.