Strawberry Cake [2yeon]

🍓11🍓

El suave viento de la noche rodeó por completo la escena. Tan helado como su sentir, tan vacía como el profundo dolor extendiéndose en sus corazones, con esa fría brisa que lograba helar por completo la situación. Y el invierno no había llegado todavía.

Nuevamente estaban ahí, en esa fría banca, bajo el lento vaivén de las hojas de otoño, de ese árbol que había sido testigo de gran parte de sus charlas, sus boberías y sus vivencias. Anteriormente, ese sitio había sido maravilloso para pasar el tiempo juntas, para reírse y dar paso a nuevas experiencias, nuevas anécdotas.

Pero esa noche, todo aquello se esfumó. Tan dolorosamente lento, como el caer de una simple hoja.

Nayeon sintió su corazón oprimirse, llena de angustia, cuando las lágrimas de Jeongyeon no lograban detenerse y ésta se negaba a seguir escuchándola.

—¿V-Vas a rendirte c-con tanta facilidad? —cuestionó, muy dolida, en medio de su llanto. Im sintió que una parte de sí estaba yéndose, cuando Jeongyeon se negó a tener contacto con ella, alejándose lo más posible, temiendo a ser dañada de nuevo.

Facilidad no era exactamente lo que Nayeon había vivido en cada fracción de su existencia.

—¡No es fácil! —apresuró a decir, buscando desesperadamente alguna forma de acercarse sin que ella huyera de su agarre—. Nunca ha sido fácil, Jeongyeon. Y-Yo... Simplemente ya n-no puedo seguir viviendo así —una risa amarga se escabulle en sus oídos, con tanta dureza que sus ojos también empezaban a picar.

—¿Y tu mejor solución es alejarte? ¿Dónde están nuestros planes, Im? ¡Estamos a medio año de graduarnos! ¿Qué hay de la universidad? ¿N-No era eso l-lo que iba a m-mantenernos juntas? —su voz vuelve a quebrarse, al igual que su corazón.

¿Nayeon realmente deseaba terminar con su relación? ¿Aún después de todo lo que habían pasado?

—J-Jeongyeon, ellos...

—¡Ellos no me importan! ¡Y creí que a ti tampoco! ¿Qué cambió, Nayeon? Tú no piensas así —recriminó con ese gran dolor que poco a poco se extendía por su pecho. ¿Así terminaría el gran amor que prometían tenerse?

Nayeon sabía que ella tenía razón. Pero no podía decirle la verdad, no podía hacerle saber que su plan había fallado, que sus padres ya habían tomado una decisión.

No podía decirle que se iría en menos de una semana.

Si hubiera sido honesta, ¿las cosas serían diferentes en un futuro?

—No es sano que sigamos así —quizá aquello si era cierto, pero no era lo que ella quería—. Debemos buscar caminos distintos, Jeongyeon —sintió su garganta arder con esas estúpidas palabras. Finalmente consiguió tomar la mano de una Jeongyeon completamente perpleja, que no podía creer lo que había escuchado.