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|𝑪𝒊𝒖𝒅𝒂𝒅𝒆𝒍𝒂 𝟏𝟗𝟖𝟗|

Todo empezó en 1989.
Yo solo tenía 5 años, cuando un día mi mamá llego a la casa después de una noche loca. Llegó toda drogada y borracha. También apareció con un tipo que estaba en las mismas condiciones que ella.

Maia y Federico se encontraban en el livingh cuando apareció ella. Este al ver cómo su madre había caído a la casa, de esa forma, le dijo a su hermanita que vaya rápido a su pieza. Esta accedió y fue con rapidez.

Él empezó a discutir con su madre mientras la pequeña Maia estaba asomada en la puerta, escuchando y viendo todo.

-Mira como veni', toda drogada y borracha. ¿No vez que esta Maia? y más encima traes a ete' tipo en las mismas condicione que vo'- le grito esté a su mamá con euforia y impotencia. No podía creer como podía hacer esas cosas teniendo a su hija viéndola. ¿Realmente quería que su hija crezca viendo toda esas cosas? ¿Teniendo que soportarla drogada?

-¿Que te pasa pendejo de mierda?- contesto ella haciendo montoncito. -a mi no me hable' así, no ve' que soy tu madre, nene.

-¿Ahora deci' que so' mi mamá? después de andar desaparecida, dejarnos sin comida y sin plata, sin cuidarnos y dejándonos a nuestra suerte por dias. So' un chiste, a eso no se le llama mamá- remató indignado. Una madre es la que cuida, cria, enseña, protege con todo su alma, ama, sobre todo. No una que no está presente y vive su vida como si no tuviera una responsabilidad, sus hijos.

Ellos gritaban y la pobre Maia miraba desde lejos, dentro de su pieza, llorando y sollosando. Quería que esta pesadilla terminara, que su hermano vuelva con ella.

Y con esto, el tipo que su mamá había traído se iba al ver lo que pasaba. Esta le decía que no se vaya mientras le seguía gritando a Federico, intentando impedir pasar la noche sola. Pues claro, para ella era mejor una noche con un chabón cualquiera antes que con sus propios hijos.

-Mira lo que ocasiona' pibe. Dejame vivi' un poco mi vida, ya bastante tengo que tu papá nos dejo sin un peso y tengo que cuidar de ustedes dos pendejos de mierda, me tienen harta- confeso acercándose a él de manera amenazadora. La furia que tenía era incontrolable. Estaba molesta con su hijo por arruinarle la noche.

-¿Cuidar? ¿¡cuidar!? ¿de donde sacaste que nos cuida' vo'? - dijo mientras hacía montoncito indignado. Como podía decir que los cuidaba si no movia un pelo por ellos.

La cosa se empezó a poner más fuerte. Mamá empezó a maltratar fisicamente a su hermano. Ella solo podía ver y escuchas que este gritaba y le decía que pare, que lo suelte. Pero ella no escuchaba y seguia. Una vez que Federico pudo zafarse corrió al cuarto con su hermanita y los encerró para después abrazarla mientras lloraba, y le decía que ya se iba a terminar, que nunca más iba a pasar eso.

Esta tan sólo deseaba que esto sea real y que no vuelva a pasar.




















Los días y meses siguieron así, con peleas. Ya era costumbre esas cosas, y siempre que pasaban yo solo me encerraba en mi cuarto llorando, esperando que todo pase y se calme.

Después de tanto tiempo viviendo en estas condiciones mi mamá se harto y se tomó el palo. Desde esa vez nunca más la pude ver y casi no sabía nada de ella.

Mi hermano se empezó a meter en cosas turbias. Empezó en el consumo y tráfico de drogas con un grupo de amigos la cual se llamaba "bastris".

Era un ambiente muy feo, él se drogaba todos los días y tomaba todo el tiempo, cosa que me hacía acordar a mi mamá. Yo solo lo veía y deseaba irme a otro lado lejos de toda esa onda mientras intentaba olvidar las cosas del pasado. Pero al estar en ese ambiente desde muy pendeja, al final esas cosas cayeron en mí a la larga también, cómo por ejemplo; consumir desde muy chica, tener un vocabulario de mierda, entre otro tipo de cosas y actitudes.

POLOS OPUESTOS / /Danilo Sánchez\\Donde viven las historias. Descúbrelo ahora