The Aliens Defiant Omega IV

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Lance

La mirada angustiada en los ojos de Fernando  me quemó. Me observó durante tanto tiempo que finalmente dos de los miembros del consejo rodearon la mesa para llevárselo. Aún así, siguió mirándome, incluso girándose para mirarme por encima del hombro mientras lo conducían fuera del edificio.

"Lance" dijo Al-madre suavemente. "Es tiempo de irse."

Comencé, volteándome para mirar a mis padres. Había estado mirando sin ver la puerta por la que lo habían hecho pasar.

Los demás ya no estaban. Cualesquiera que fueran las últimas palabras que se hubieran dicho, no las había escuchado. De hecho, nada se había registrado realmente después de que Fernando  dijera que quería que Checo fuera con él.

Me sentí extraño. Como si hubiera dejado mi cuerpo. Sin embargo, de alguna manera me mantuve firme, permití que me dirigieran hacia la puerta.

"Ahí estás", espetó Ocon. Su cola golpeó el suelo con irritación, levantando polvo a nuestro alrededor. "Me sorprende que no hayas ido persiguiendo a tu pequeño humano" 

Escuché el desdén en su voz, pero no me penetró como solía hacerlo.

"Ahora no", siseó Om-padre.

Se quejó durante la mayor parte del camino a casa y luego hizo alguna declaración acerca de que estaba enojado y que volvería a casa más tarde. No lo sabía. yo apenas Lo escuché.

Al-madre y Om-padre no dijeron nada hasta que llegamos a casa.

"¿Estás bien?" preguntó Al-madre.

Sacudí la cabeza y luego asentí, inseguro.

"¿Necesitas algo?" Preguntó Om-padre.

Sacudí la cabeza nuevamente y fui a mi habitación.

No fue hasta que estuve en mi cama, envuelto en las mantas, que todo me dio cuenta.            Había querido rebelarme, sentir la intimidad que nunca sentiría. Todo había sido idea mía.

Le había dado a Fernando todo de mí, ¿no? Y él sólo había querido a Checo. Él Podría sacarme de aquí, pero ni siquiera lo pensó.

Había sido amable y gentil conmigo. Yo lo había deseado y él tenía me dio todo lo que pedí. Todo esto fue culpa mía y, aun así, me dolió.Sollozos silenciosos y secos brotaron de mi cuerpo. Presioné mi cara contra una almohada para silenciarlos.

¿Por qué había sido tan estúpido? Pensé que la biblioteca estaba a salvo. No había tenido en cuenta qué tan ruidosos seríamos, ni cuántas personas estarían a nuestro alrededor, lo suficientemente cerca como para oírnos. Mientras tanto, en la cueva había estado preocupado por los visitantes que entraban, pero allí todo había sido mucho mejor.

Si hubiéramos sido inteligentes, podríamos habernos seguido viendo.

¿Y de qué serviría eso? Me preguntaba. Cuando Fernando había dejado bastante claro que lo único que le importaba era Checo,  Aunque ya estaba vinculado.

Estaba aquí y era libre y aún así... Tragué, dándome cuenta de adónde me llevaban mis pensamientos

¿Quería vincularme con Fernando? 

Mis ojos se abrieron de golpe y mi mirada voló hacia el techo leonado. Me había estado rebelando tan fuerte contra lo que querían mis padres... tal vez yo. Había estado ciego a lo que quería porque era lo mismo. Nunca en mi vida me había sentido tan humilde como en ese momento. No era especial, ¿verdad?