Estabas encerrada no sabías cómo llegaste ahí, abres tu vista dolida por la luz que te chocaba con tu vista.
Miras tu alrrededores piadosamente ; era un lugar lujoso lleno de trofeos de oro y uno que otro diamante.
— veo que ya despertaste, linda, fuiste muy difícil de encontrar— dijo una voz masculina muy conocida
Tu jadeas pesadamente tu cuerpo estaba débil, te dolía tu muñeca y piernas la cual estaban atada a una cuerda brillosa.
— si te soy sincero... Te ves linda así
el sujeto se acercó a ti mostrando de quien se trataba.
— oh, hola Gold heart... ¿Este es otra de tu seducción macabras?— dices con burla intentando sonreír
— de echo no... Es un rescate.
— mmm ¿Quien es la afortunada o afortunado?
— eres muy chistosita, por eso es que me caes tan bien...
— lo sé
Él se acercó a ti y tocó tu cachete, extraño... No le pasó nada.
Aparto un mechón de cabello de tu rostro y sonrió.
— es tu rescate, linda.
Tu pupila se encogió ante esas palabras.
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carraspear un poco —¿squiusmi
Se alejo de ti y tocó tu cuello.
— mmm la marca que te hice no está... Es extraño
— ¿se te rompió el Windows o que? ¿Te volviste Yandere? Me gustan esos juegos pero tú muy bien sabes que tengo límites— dices confusa
— amor... No es un juego, de echo es verdad... Esa marca horrenda de ese sombrero te la quite, ya eres libre.
No tenías palabras ante eso. Gold heart con un chasquido te quito la cuerda dejándote libre Pero tú aún seguías en shock
Lágrimas salieron de tus ojos sin consentimiento tuyo. Gold heart se agachó a tu estatura para verte.
— calma, calma, no llores TN... Estoy aquí — dijo él limpiando tus lágrimas mientras tu cuerpo estaba en shock
"Pensandolo bien...yo podré... ¿Hablar con ella?"
Toma la muñeca del héroe apretandola.
— deja la hipocresía idiota, que quieres, si quieres cogerme solo dilo.
El héroe se levantó con una mirada seria.
— TN... No es hipocresía, no es interés, no es una ilusión... Es amo-
— si dices "amor" te arrancaré ese corazón de decoración que tienes en tu pecho.
— el punto, es que te estoy dando la libertad, para que no hagas lo que tú no quieres hacer.
Lo miras y le das un golpe en el pecho sin hacerle ningún efecto.
— ¿te crees la virgen María? ¿O santa Teresa o que?
El héroe saco de su bolsillo una cadena de color rojo, tu la arrebatas mirándola.
