Pokemon: Hunted

Roto y sin Reparo: Parte 1

El tiempo que llevo mirando el techo desde que desperté es algo de lo que no estoy segura, 15 minutos, 2 horas, toda la maldita noche... La verdad no quiero saber. Soy consciente de que si no descanso, en la mañana sufriré las consecuencias, pero me aterra el solo hecho de cerrar los ojos. Es ahí cuando las imágenes regresan a mí, un monstruo con una sonrisa horrible, Ash ensangrentado, yo temblando de miedo ante lo que pueda pasar. Ya llevo 2 semanas tratando de sobrepasar esta etapa, supuse que solo era mi mal genio haciéndome una mala broma "tienes que tomar acciones o ella se lo llevará", pero de alguna forma las pesadillas se sienten tan reales.

- ¿Qué mierda me está pasando? —

Me mueve en mi cama una y otra vez, intentando encontrar la posición perfecta para intentar dormir, pero incluso así mi mente no deja de divagar, perderme en cómo me aterra todo lo que veo.

- Ugh carajo —

Sin más remedio u otra opción, me levanto para ir por un vaso de agua, quizás eso me calme un poco. Aprovechando el momento tomo mi teléfono, 3 AM es lo que marca el reloj. Por dios, sí que tengo un serio problema.

Al pasar al lado de la habitación de mi madre puedo percatarme que ella no está. Todas esas modelos desabridas y sus vestidos son más importantes que yo al parecer.

- Hm, nuevamente sola... como casi todas las semanas —

Ahora más que nunca quisiera tener a alguien junto a mí. Por un instante se me cruza la posibilidad de llamar a mis amigos, aunque son las 3 de la mañana, dudo mucho que estén complacidos de que los despierte solo porque tengo miedo de la oscuridad.

- Al demonio —

Tomo mi teléfono y marco a la primera persona que tenga en mi listín. El teléfono suena y suena, pasan los segundos y me comienzo a desesperar. Contesta maldita sea, quiero a alguien... por favor...

- ¿Dawn? —

- Ash... — Había olvido a quien tengo al inicio de mi listín.

- Tiene que ser bueno como para tener que levantarme a esta hora —

- S... Sí, es solo que... quería hablar con alguien —

- Pues ¿Qué paso? ¿Estás bien? —

- Si... No... La verdad no sé, últimamente he tenido estas pesadillas acerca de... — Mierda, podría verme como una rarita si le digo que sueño con él - Perder a mis amigos... —

- Mm, ¿pesadillas? Pues oye, tranquilízate, todos tenemos pesadillas —

No es eso, es que esta siente muy real, se siente más como un recuerdo —

- ¿Recuerdo?... o bueno... quizás te golpeaste la cabeza y ahora estás recordando cosas —

- ¿Te han dicho que eres un idiota? —

- Me lo recuerdas todo el tiempo —

No puedo evitar reírme, sé que a veces puede ser un tarado, pero por lo menos es capaz de alegrarme un poco.

- Mm, mira si de verdad te estás sintiendo mal, yo y los demás podemos ir a tu casa a pasar la noche —

- Eso... no suena mal... —

- Pues está decidido, entonces, haz espacio en casa que estaremos ahí —

Continuamos hablando por un rato más. Cosas tribales fueron las que discutimos, para cuando me di cuenta estaba recostada en mi cama solo hablando con Ash.

- Bueno, tengo que dormir antes de que me regañen —

- Espera... ¿Podríamos quedarnos en la llamada? —