Caída en picada

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Caí. Tenía claro que tú recuerdo aún fresco en mi memoria, iba a significar la perdida de lo construido. Pero no puedo culparme solo a mí, tú tampoco lo hiciste muy sencillo.

La esperanza nunca muere, no creía en eso hasta que te conocí, no sé como dejar de creer que la esperanza llegó a su momento de fallecer. Y de que solamente queden los recuerdos de lo que fuimos y del amargo sin sabor de lo que no pudimos ser. Tú presencia me desequilibra, no sé cómo actuar, si al hablar parecemos dos viejos amantes que compartieron un amor efímero.

Lo que me mantiene junto a ti, son los buenos recuerdos del pasado? O de forma más preocupante son los aprendizajes y experiencias del futuro venidero?. No sé, ya no sé nada, solo se que me siento perdida y por ahora, así me quiero quedar, antes de que me golpee la dura y cruel realidad, de qué no somos ni seremos, incluso queriéndolo con todas las fuerzas del corazón.

No aprendí a decir adiós, solo hasta luego y ese fue mi error. Decir hasta luego, es dejar abiertas las posibilidades para un encuentro cercano o lejano, que quizás iba a trascender.

Lo que nunca dije Donde viven las historias. Descúbrelo ahora