Un pedazo de mi alma [Tom Riddle | Voldemort]

~05~

Peony y Tom estaban sentados en un rincón de una tienda de té en Hogsmeade. Esta fue su primera cita oficial en el tribunal. Tradicionalmente, un acompañante debería haber estado sentado a la mesa con ellos, pero Abraxas había sido convencido de sentarse en la mesa junto a ellos con Renata.

Tom levantó un Muffliato a su alrededor para darles algo de privacidad.

"Cuéntame algo sobre quién eras, Peony."

El rosa tiñó sus mejillas. Ahora Tom pedía cada vez menos piezas del futuro. Estaba cambiando todo el tiempo, con ella estando aquí, con él reclamando su título.

"Yo era Lady Potter-Black. Cara de serpiente mató a mis padres cuando yo tenía un año. Mi padrino murió en batalla cuando yo tenía quince años y me dejó su título".

Tom la miró seriamente, algo cruzó sus rasgos que ella no había visto antes.

¿Fue remordimiento?

"Sólo voy a decir esto una vez, Peony. Lo siento."

Peony prácticamente podía sentir el cambio en el aire. Tom Riddle, el Señor Oscuro, no se disculpó.

A nadie, excepto a ella, aparentemente.

"Gracias, pero no fuiste tú, Tom. No tienes que disculparte".

"Lo habría sido, si no fuera por ti. Ahora hay Potter vivos: Charlus, Dorea. Se graduaron hace apenas unos años. Estoy seguro de que podríamos conocerlos este verano si eso te hiciera feliz".

Peony sonrió, "Gracias Tom. Eso podría ser bueno".

Tomó un sorbo de té y se le ocurrió una idea.

"¿Tomás?"

"¿Sí?"

"Tengo un pensamiento sobre el futuro."

Un brillo codicioso llenó sus ojos.

"No pueden llamarse Mortífagos y no pueden usar la Marca Tenebrosa. Es atroz".

Él tomó un sorbo de té con calma, aunque ella se dio cuenta de que estaba molesto.

"¿Por qué no?"

"Tom, grita Señor Oscuro, en el mal sentido. El camino de menor resistencia es postularse para Ministro de Magia. Podrías tomar el cargo a los treinta si te concentras. Te rogarán que tomes el poder, pero no si haces alarde de esta cosa de la muerte. Asusta a la gente".

"He conquistado la muerte", replicó Tom.

"Lo has hecho, pero no necesitas anunciarlo. En la época de la que vengo, los Mortífagos son el equivalente mágico del Partido Nazi. Sé que eso no es lo que quieres que sea tu legado".

Tom cerró los ojos. El sonido de las sirenas antiaéreas resonaba en su cabeza. El recuerdo de un Londres bajo constante bombardeo de bombas alemanas jugaba detrás de sus párpados. Peony puso su mano sobre la de él y Tom quedó castigado una vez más. Abrió los ojos para mirar a Peony.

"No, no es."

Ella le sonrió un poco.

"Entonces céntrate en la política. Puedes tener todo lo que quieras en un período de tiempo mucho más corto".

Tom asintió.

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Eran poco más de las cuatro de la mañana, en Halloween.

Peony se agitaba de un lado a otro, gritando. Estaba atrapada en una pesadilla que no terminaría.

Renata corrió a su lado, pero fue inútil. No pudo lograr que se calmara. Abraxas irrumpió en la habitación y tomó a su gemelo en sus brazos.